Dos estudiantes palentinas retenidas en Santo Domingo piden ayuda para volver

Su familia ha hecho un llamamiento desesperado a través de las redes sociales porque Paula y sus cinco compañeras llevan una semana intentando encontrar un vuelo que las traiga de vuelta a casa y «ha sido imposible», asegura.

Paula y Marta tienen 22 años. Llegaron el tres de febrero a la República Dominicana en una labor de cooperación en colegios de este país, y estaban haciendo sus practicas de fin de carrera en un instituto de Sabana de la Mar, junto con otras cuatro compañeras de Burgos, todas estudiantes de Pedagogía en la Universidad de Burgos, cuando el coronavirus ha parado el mundo.

Hace una semana cerraron el instituto y las trasladaron a Santo Domingo para coger un vuelo de vuelta a España. «Pero el único vuelo salió este viernes y no había sitio para ellas, estaba completo», relata desesperada la madre de Paula.

«La única aerolínea operativa es Iberia y no nos dicen cuando habrá otro», añade, explicando que la otra opción que barajan es coger un vuelo que haga escala en Miami, pero no saben si luego podrán salir de la ciudad norteamericana.

Asegura que las chicas han ido al Consulado muchas veces, pero «no les hacen caso, ni les dan respuesta». «Les dicen que no pueden hacer nada, que busquen un vuelo y las dejan aisladas y solas» afirma Olivia, que agradece enormemente todas las gestiones que está haciendo la Universidad de Burgos para repatriarlas, aunque de momento, sin éxito.

Las familias reconocen que la situación es «compleja» pero no pueden entender que haya estudiantes españoles atrapados en países extranjeros «cuando aquí se está facilitando a los estudiantes extranjeros la vuelta a sus países de origen».

«Esto no es solo por mi hija. Es por todos los estudiantes españoles que están fuera de España y quieren volver y no pueden. Es incomprensible», afirma Olivia Nogales, haciendo suya la impotencia de muchas familias que están viviendo la misma situación.

Por eso se les ha ocurrido pedir la colaboración ciudadana para compartir su desesperación a través de las redes sociales y los medios de comunicación y llegar a los oídos de las instituciones competentes para rogarles que «hagan algo ya para devolverles a sus hijas».

Mientras tanto las seis estudiantes de Castilla y León están aisladas en un piso en Santo Domingo, saliendo lo menos posible, para evitar el contagio, atrapadas en un país que no es el suyo. «Y viendo cómo las miran como apestadas cuando salen a comprar al supermercado porque son españolas», asegura Olivia.