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Reparto de fabiolines en la Plaza de San Francisco. Marta Moras

Palencia

El sector conmemora el Día del Pan abocado a los cierres por las bajas ventas

Los panaderos reivindican la tradición y la calidad de sus productos con un obrador en la plaza de San Francisco y el reparto de 750 fabiolines

Jueves, 17 de octubre 2024, 07:37

Es uno de los alimentos más esenciales y universales, y sigue siendo el símbolo que une tradición y cultura. Palencia ha conmemorado este miércoles el Día Mundial del Pan con una jornada dedicada a resaltar su rica tradición panadera. El acto central ha tenido lugar ... en la plaza San Francisco, donde se han repartido 750 fabiolines, uno de los panes más representativos de la provincia. La actividad ha contado con un obrador interactivo impulsado por el Centro Tecnológico de Cereales de Castilla y León (CETECE) junto con la Asociación Provincial de Panaderos de Palencia, y los palentinos han podido conocer de primera mano el proceso de elaboración artesanal del pan y descubrir la historia detrás de la Fabiola de Palencia.

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La conmemoración del Día Mundial del Pan es muy importante para el sector panadero en la actualidad. Su situación en la provincia es delicada. Las viejas panaderías cierran con cada vez mayor frecuencia, por las bajas ventas y por el esfuerzo necesario para mantener el negocio. Una tendencia cada vez más común en el mundo rural nacional. «Todos los oficios artesanos van poco a poco desapareciendo. El pan pertenece a un gremio que exige muchos sacrificios, esfuerzos e implicación personal. Es necesario que las panaderías obtengan un mínimo volumen de ventas. En los pueblos muchas veces no se alcanza esos mínimos para cubrir los costes. Encontrar profesionales formados y técnicos en la panadería es nuestra pretensión. El Cetece lleva 26 años formando a muchísimos profesionales que sí están con la mirada puesta sobre el mundo rural. Se está incentivando otra vez el inicio de nuevas actividades panaderas», argumenta Jonathan Cavia, técnico docente de panadería y pastelería y codirector de la iniciativa.

La celebración del Día Mundial del Pan en Palencia cobra especial trascendencia dada la tradición y calidad de los productos artesanales de este sector en la capital y la provincia. El valor de la fabiola palentina, su conexión con la prestigiosa harina de la región y el reconocimiento a su legado molinero. «Buscamos impulsar el Día del Pan y promocionar nuestro pan. Queremos destacar un poco la tradición, el producto de la fabiola y la harina palentina, que siempre ha tenido un gran prestigio. Hay una historia de molinería muy importante en Palencia. La marca de garantía de la fabiola palentina es la única de España», afirma Jonathan Cavia.

La fabiola palentina es un símbolo de la tradición panadera de la provincia, reconocida por su calidad y su elaboración artesanal. Un producto emblemático único y muy valorado a nivel nacional. «Al pan candeal lo denominan el rey de los panes. Es un tipo que sigue manteniéndose fuera de las modas. Sigue siendo un producto muy apreciado incluso fuera de Castilla, es uno de los que más se vende en Madrid o Ciudad Real. Aunque se hagan de otras formas, siguen siendo los mismos ingredientes con diferentes figuras», explica Jonathan Cavia.

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Las actividades continuaron durante la tarde con el curso práctico 'Haga Pan en Casa', destinado a enseñar las bases de la panadería artesanal. Y este martes y jueves se han organizado visitas de estudiantes de centros formativos para conocer el obrador del Cetece, además de aprender sobre la importancia nutricional del pan y observar en directo su proceso de elaboración. El mundo de la panadería cuenta con grandes atractivos para los jóvenes estudiantes, aunque el tema económico persiste como la principal barrera a superar. «El gran problema de entrada es la inversión. Con la digitalización, la maquinaria y la robotización, el pan no es tan sacrificado como hace unos años. Antes, las jornadas laborales eran constantes y el sacrificio era muy grande. Son muchos los jóvenes interesados en el sector y mantener los oficios tradicionales. Sería muy interesante para el futuro poner el foco sobre estas personas. Son inversiones muy grandes para gente joven sin demasiados medios. Un pequeño impulso les motivaría más para adentrarse en el mundo de la panadería», expone Jonathan Cavia.

«La sociedad sigue apreciando la calidad en el producto. Desde el punto de vista de la economía circular, claro que se puede apoyar la instalación de pequeñas micropanaderías, tampoco se necesitaría una gran instalación. Existe en la actualidad maquinaria suficiente para que el trabajo no sea tan sacrificado y no implique trabajo nocturno ni la carga de tanto peso. Lo importante sería hacer un buen plan de cómo poder apoyar a aquellas personas que tienen la cualificación y la intención de abastecer de este producto en las zonas rurales», concluye Jonathan Cavia.

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