Olmos de Ojeda: «El reto más importante es que llegue Internet»

Desde que asumí el reto de ser alcalde hasta la actualidad han pasado muchos años. Para ser exactos, cuatro lustros llevo al mando del Ayuntamiento de Olmos de Ojeda. Un municipio que mucho ha cambiado desde el día en el que acepté el desafío de ser su regidor. Hemos pasado a ser un pueblo que parecía del siglo XIX a ser una localidad que hoy lucha por su supervivencia en medio de la denominada España Vaciada.

Cuando llegué al municipio –hay que decirlo, nací en el paseo de Pereda junto a la bahía de Santander– las calles eran barro y apenas había una bombilla a la entrada y otra a la salida del pueblo, que funcionaban durante todo el día. Ahora, todo esto ha evolucionado, y mucho. Casi el 100% de nuestras vías están asfaltadas y las bombillas –que había que cambiar cada poco porque se gastaban– pasaron a ser farolas programadas con un horario hasta llegar a las actuales luminarias de tipo led. Hay que resaltar que hemos sido uno de los primeros pueblos en apostar la instalación de este tipo de luminarias. Llevamos casi catorce años con ellas y el ahorro se ha notado mucho, en apenas tres años se amortizó la instalación. El Ayuntamiento pasó de pagar 400 euros a 100 tras el cambio de bombillas a pesar de la actual crisis energética. Desde el Ayuntamiento también se ha trabajado en la red de abastecimiento de aguas. Creamos desagües y colectores para que los vecinos contarán con este servicio.

Desde el punto de vista personal, ser alcalde me ha permitido ser más cercano a mis vecinos. En Olmos de Ojeda la gente es amable y acogedora, el potencial humano no se ha perdido aunque hayamos pasado de 1.300 habitantes a los 180 actuales.

De cara al futuro siempre hay muchas materias en las que se puede mejorar pero uno de los retos que tiene por delante Olmos de Ojeda es la mejorar de las telecomunicaciones. Llevamos más de veinte años demandado que se instalen los sistemas necesarios que mejoren nuestra cobertura pero las compañías de telefonía no quieren invertir en pueblos pequeños como el nuestro a pesar de que nuestros vecinos también necesiten este servicio.

Otro desafío que tenemos por delante es exigir a las autoridades competentes que aumenten el número de facultativos necesarios en el medio rural. En nuestro caso, el médico acude casi cada quince días y llevamos casi dos meses sin un profesional asignado.

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