Reyes Maroto, antes de reunirse con el clúster de automoción de la C. Valenciana, en la jornada de hoy. EFE
Crisis de Siro

Sandwich de máquina por cuenta de la ministra y un americano al teléfono

La jornada maratoniana para el comité de empresa terminó más allá de las tres de la madrugada en el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo

Viernes, 10 de junio 2022, 21:19

El preacuerdo de Siro vio la luz pasadas las tres de la madrugada del viernes, en una jornada maratoniana que para los representantes de los trabajadores comenzó pronto por la mañana para preparar la reunión que, pensaban, iban a tener con la Junta. Por la ... tarde, en la Consejería de Economía y Hacienda y mientras esperaban la llegada del presidente de Cerealto Siro, Juan Manuel González Serna, los comités fueron invitados por la Delegación del Gobierno a desplazarse a Madrid y conocer la nueva oferta del grupo inversor transmitida por la ministra de Industria, Comercio y Turismo. El ministerio fletó un autobús y algunos sindicalistas viajaron en sus vehículos particulares. La reunión comenzó a las 20:30 horas y se alargó hasta las 3:00 de la madrugada.

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Todos los presentes en la reunión, en realidad representantes del ministerio y sindicalistas, ya que la Junta no tuvo presencia y los inversores estuvieron al teléfono, coinciden en destacar el interés demostrado por Reyes Maroto en tomar cartas en la crisis de la empresa palentina no solo como responsable política, sino como natural de un pequeño pueblo de Valladolid (Ataquines) y conocedora de la importancia que tiene la industria en el medio rural a la hora de fijar población.

Prueba de que su empeño tiene connotaciones personales es su intención de viajar a las plantas para seguir las votaciones.

Maroto, que lleva en conversaciones con el fondo norteamericano Davidson Kempner y el turco Afendis desde febrero, tuvo al teléfono hasta el último momento al responsable del grupo inversor. Con el cierre de la empresa como un desenlace más que posible, fueron pasando las horas y llegó la medianoche. Las asistentes hicieron un receso y se encontraron con las máquinas de 'vending' como única alternativa. «La ministra pagó de su bolsillo la cena. Vació las máquinas del ministerio de todos sándwiches que quedaban disponibles», aseguran desde su gabinete.

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