El Hospital Río Carrión y San Telmo aún con flechas de dirección y geles en todas las esquinas han ganado el pulso a la covid-19 y han recuperado la normalidad que hace no tanto parecía imposible. La pandemia ha sido una gran piedra en ... el camino de la reducción de listas de espera, una batalla diaria contra la que luchan los sanitarios. Una muy grande y que ha estado demasiado tiempo en el medio, impidiendo o ralentizando el trabajo normal de los hospitales.
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Ya con la sexta ola controlada, a pesar del ligero repunte de casos, se trabaja sin descanso para aliviar el alto número de pacientes que espera su momento para pasar por el quirófano. Oftalmología es la especialidad que más demanda tiene, seguida de Cirugía y Traumatología. «Estamos haciendo un plan especial para reducirla día a día y trabajamos al máximo para bajar las cifras de las listas de espera. Tratamos de apurar el tiempo de quirófanos el máximo posible, con la colaboración de todos los profesionales de los servicios quirúrgicos, de anestesia y del personal de los quirófanos», explica el gerente de Atención Sanitaria, Juan López Messa. «Se está haciendo un grandísimo esfuerzo, se está trabajando al 100% e incluso, muchos días, superando las horas de trabajo», agrega.
Palencia cuenta con nueve quirófanos en el Río Carrión y cuatro en San Telmo, donde se operan las áreas de Oftalmología, Traumatología o se hacen artroscopias. A nivel regional y con los datos del año pasado, el número de pacientes en espera pasó (de diciembre de 2020 a diciembre de 2021) de 30.322 a 42.107, 48.680 si se cuentan los pacientes pendientes de fecha. Y es que el número de entradas en lista de espera a nivel regional ha pasado de 80.781 procedimientos en 2020 a 113.483 en 2021.
Las horas de trabajo de los quirófanos son, según la normativa vigente, de siete horas y media. El horario suele ser de 8 a 15:30 horas, aunque en algunos servicios se puede parar a las 15 horas y continuar por la tarde. «Consideramos que de 8 a 15:30 horas hay mayor rentabilidad, sobre todo en el área quirúrgica. El horario continuado nos hace aprovechar más los tiempos de quirófano y al personal», agrega.
Las listas de espera de consultas también soportan mucho retraso, sobre todo en determinadas especialidades. «Tenemos un problema fundamental, pero no es un problema de nuestro centro, sino general, que es en Traumatología. Hay muchos pacientes esperando y con una demora muy alta en la primera consulta», analiza López Messa. Dermatología y Neurología son las siguientes áreas más afectadas, aunque, en este caso, el motivo es la falta de profesionales. Actualmente la plantilla de los dermatólogos está al 40% (2 de 5) y la de los neurólogos, al 50% (3 de 6). «No hay en la bolsa de empleo profesionales para ello, por ese motivo se intenta hacer el máximo posible de actividad, incluso a mayores fuera del horario, pero sigue sin dar con la demanda que hay», explica.
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«Sobre mayo terminan el MIR los profesionales y habrá que ver los que pudiera haber. Otra cosa que, a lo mejor, nos palia en parte es una oferta pública de empleo de 2019, que está en fase final de su desarrollo. Muchos profesionales accederán a la plaza en propiedad de distintas especialidades y cabe la posibilidad de que alguna de estas vacantes sean ocupadas por nuevos especialistas», argumenta el gerente de Atención Sanitaria.
La falta de profesionales no se limita solo a las especialidades, sino que también pasa factura –y mucho– en Atención Primaria, sobre todo en el medio rural. «Hay una falta importante de médicos de familia y esta carencia no se ha paliado con una oferta de empleo. Se han incorporado una serie importante médicos, pero seguimos teniendo vacantes», afirma. Las zonas básicas de salud del norte, las más alejadas de la capital, son las más complicadas para cubrir las plazas vacantes.
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«En Paredes de Nava, por ejemplo, hay un problema que se produce más que por falta de profesionales porque estos están de baja por incapacidad temporal y no hay personal para sustituirles. Entonces, tienen que ir profesionales de otra zona para poder mantener las consultas de ese área», admite López Messa.
La falta de productos por la huelga de transportistas no se ha dejado notar, de momento, en el Río Carrión. Las imágenes de estantes vacíos y cajas sin género de los supermercados no se dan en el almacén general del hospital, situado en el nuevo aparcamiento del complejo asistencial. «Lo hemos estado revisando y no hay problema de abastecimiento de equipos médicos o material de equipos médicos y tampoco en farmacia», explica. El servicio de hostelería ha solventado los pequeños problemas, como la falta de leche o algún otro producto concreto, para la manutención diaria de los pacientes. A diario llegan camiones con distintos materiales, desde tubos hasta vendas o medicinas, para abastecer el corazón del hospital, clave para el buen funcionamiento del mismo.
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La sexta ola no ha causado los mismos estragos en los hospitales que las anteriores, sobre todo en la primera y en la tercera, cuando el Río Carrión estuvo al borde del colapso. A pesar de que ha habido muchos más positivos que en los periodos anteriores, los ingresos se han reducido drásticamente. En los peores momentos de esta sexta ola, los pacientes covid ocupaban las dos últimas plantas –undécima y décima– y la mitad de la novena. «La situación del hospital en cuanto a covid está mucho mejor. Tenemos solo la planta undécima con pacientes y otros dos, una mujer parturienta y un niño, en otras zonas», explica el gerente de Atención Sanitaria, Juan López Messa. Doce positivos permanecen ingresados en el hospital.
«Ahora mismo los ingresos por neumonía covid son una minoría de esos pacientes, muchos ingresan por otra patología y al hacerles la prueba dan positivo y entonces se les pone en zonas de aislamiento», añade. Por eso, la inmensa mayoría ahora son pacientes con covid, pero no pacientes por covid.
Otra buena noticia, en cuanto al tema de la pandemia, es que desde el 7 de marzo la UCIno tiene enfermos con coronavirus. «Hace varias semanas que no hay paciente en zona covid. De todas formas, la UCI está muy presionada en estos momentos con muchos ingresos por patología de pacientes críticos fundamentalmente y está habiendo mucho trabajo», concluye.
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