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Tres meses han pasado ya desde que se celebró el último sorteo de la ONCE, exactamente el 15 de marzo, antes de que el estado de alarma por la alerta sanitaria del coronavirus lo paralizase todo. Hasta la venta de cupones. Hasta la ilusión de tener el número ganador o, en su caso, el reintegro, que te permitiera volver a jugar sin sacar más dinero del bolsillo. Este lunes, por fin, volvieron a escucharse frases tan de la rutina, de la calle y del día a día, que parecía que todo volvía a ser como antes. «¿Me das uno para hoy?», «Dame un cupón que toque, por favor».
Los sesenta trabajadores de la ONCE de Palencia –dentro de los 762 de Castilla y León– volvieron a las calles, a los quioscos y a repartir ilusión y alegría entre los palentinos. La primera imagen de los cupones no podía ser otra que un vendedor con mascarilla y con un perro guía de vuelta a su rutina diaria, de vuelta al contacto con la gente, en el primer día de la fase 3 en Palencia.
José Miguel Puerta llegó este lunes antes a su quiosco, ya estaba allí a las ocho y veinte, con ganas de afrontar un nuevo día de trabajo, después de tanto tiempo. «He llegado con más ganas de las que me esperaba. Creo que ya era mucho tiempo sin estar en la calle, encerrados en casa», señala el vendedor, que lleva quince años repartiendo cupones y esperanzas en la plaza de San Lázaro. «Echaba mucho de menos el contacto directo, el tú a tú con la gente», argumenta.
Una de las preguntas más habituales de los clientes, más allá de comprar un cupón, tenía que ver con los que ya tenían en casa, los de antes del confinamiento. «Tienen mucha incertidumbre por los cupones que tenían, es que los compraron hace tres meses», afirma. «También, les inquieta cuándo será el sorteo del Día del Padre, que no pudo celebrarse», agrega. Iba a tener lugar el 19 de marzo, el mismo día de San José, pero se celebrará este domingo por la noche –aunque ya no se venden más cupones para este sorteo–.
«Ha sido un lunes bastante normal, todos mis clientes han venido», afirma José Miguel Puerta. «El que es de jugar sabe cuándo abrimos porque lo habrá escuchado en la radio o leído por ahí», argumenta. Algunos, sorprendidos, se paraban al ver abierto el quiosco. «Anda, no sabía que ya abrías hoy. Dame uno para hoy», afirmaban algunos.
De lo que sí que se dio cuenta José Miguel es de que la afluencia de palentinos por la tarde era menor. «Yo noto que hay menos gente por la tarde, aunque también el que no haya colegio hace que también se note en las horas punta de la mañana», cuenta.
El quiosco y la separación que ya existe entre el vendedor y el cliente hace que sea más fácil retomar todo como era antes. «Utilizo mascarilla y tengo gel para darme cada poco tiempo. También limpio el mostrador y la bandeja varias veces al día. Se han hecho una limpieza a fondo de todos los quioscos, pero es necesario mantenerlos bien», añade. «Yo creo que prácticamente no hay miedos entre la gente, puede que alguno se acerque menos a la ventanilla o te hable desde el lateral, pero todo es entendible», concluye José Miguel Puerta, que ayer disfrutó –por fin– de la vuelta al trabajo, de su vuelta a la rutina.
Mario Simón fue uno más de las decenas de clientes de Palencia que este lunes se acercaron a algún quiosco de la ONCE a comprar un cupón tres meses después, a por el primero tras el confinamiento. El alcalde de Palencia no quiso esperar y el primer día que volvió la ilusión de la ONCE a la venta, acudió al quiosco de Soraya Ortega, en la esquina de La Cestilla con la Calle Mayor, a por el suyo.
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