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Alberto Martínez rellena los roscones con nata. Nuria Estalayo
El roscón palentino que enamora a los cántabros

El roscón palentino que enamora a los cántabros

La Tahona Cántabra, situada en la localidad palentina de Pomar de Valdivia, vende este dulce navideño por toda España, pero con especial demanda en Santander y en Aguilar de Campoo

Nuria Estalayo

Viernes, 5 de enero 2024, 10:50

Un gran éxito de ventas ha tenido este año La Tahona Cántabra, cuyo obrador está situado en Pomar de Valdivia, en el norte palentino. Sus deliciosos y artesanales roscones de Reyes se están vendiendo por toda España, pero con especial demanda en Santander donde tienen un punto de venta, y en Aguilar de Campoo y comarca donde pueden ir a recogerlos al propio obrador.

Reconocen que estas Navidades les está superando la demanda. «Somos un obrador familiar, no muy grande, con tres personas trabajando, y este año nos resulta difícil dar abasto a coger todos los pedidos que nos solicitan», señala Marimar Celador, que se halla al frente de La Tahora junto con su marido, Alberto Martínez, y su hija Sandra.

Ha sido algo inesperado recibir tantas solicitudes y han vaciado su despensa, teniendo que volver a contactar con sus proveedores y recargar el almacén con más productos. Otros años vendían sobre unos 1.500 roscones, cifra que ya habían superado antes de empezar la semana fuerte de Reyes.

«Además, este año se ha pasado mucha gente por aquí, llegan de diferentes lugares, algunos desde Santander, Burgos, Palencia, Bilbao o incluso de Zaragoza; hay quien nos ha comentado que ha venido a buscar el roscón y de paso se ha ido a dar una vuelta por Aguilar», comenta Alberto, mientras no deja de trabajar rellenando roscones con una buena capa de nata.

El roscón de nata es su especialidad, pero también los hacen de crema, trufa, cabello de ángel, dulce de leche, nutella y este año, por primera vez, de pistachos

El roscón de nata es su especialidad, pero también los hacen de crema, trufa, cabello de ángel, dulce de leche, nutella y este año, por primera vez, ofrecen otra exquisita variedad más, hecha de pistachos. Asimismo, invitan al cliente a personalizar su roscón eligiendo dos sabores diferentes, uno para cada mitad. El precio del roscón es de 20 euros sin relleno (de unos 600 gramos) y de 25 euros (sobre el kilo de peso) con relleno.

El más vendido de todos es el de nata. «La calidad es muy buena, la mejor que se puede tener», asegura Alberto. Los encargos deben realizarse con, al menos, 48 horas de antelación ya que ese es el periodo que necesita el roscón para estar preparado. «Es lo mínimo que necesita el proceso para su elaboración puesto que la masa necesita casi medio día para su fermentación y luego la cocción es lenta», detallan.

Catorce años en la provincia

Abrieron el obrador en tierras palentinas hace casi 14 años, pero ellos proceden de Cantabria, al igual que su receta para hacer el roscón, la cual es muy antigua y ya la elaboraban en la capital cántabra antes de llegar a Pomar. «Es de un pastelero de Santander ya fallecido», refieren, precisando que utilizan «productos naturales, sin conservantes ni aditivos, y adquirimos los ingredientes en esta zona, hacemos compra local». Por eso, aseguran que el secreto de la receta está en «su proceso artesanal y sobre todo en la calidad de los productos».

Aparte de roscones, hacen todo tipo de repostería, panettones incluidos estos días navideños, pero sobre todo elaboran productos cántabros como quesadas y sobaos. Sus productos se pueden adquirir durante todo el año ya sea contactando con ellos o a través de mercados y ferias en los que son habituales. Se mueven por todo el territorio nacional y desde luego no faltan a las citas del norte palentino como la Feria del Dulce de Aguilar o la Feria agroalimentaria de Cervera. También asisten los martes al mercado aguilarense.

Asimismo, cada fin de semana se desplazan a la turística localidad burgalesa Orbaneja del Castillo donde tienen un puesto de venta. «Lo que más nos piden en las ferias y mercados siempre son los sobaos, también las quesadas y las magdalenas, sobre todo las de naranja», especifica Marimar.

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