Un grupo de alumnos, este martes en danza contemporánea en la escuela Smile. Manuel Brágimo
Palencia

Retorno a clase tras el éxito en la Final de Danza de París

La escuela Smile vuelve a las clases con ilusión tras el éxito de 25 alumnos en el certamen europeo y sin el miedo y los condicionantes de los dos últimos cursos por la pandemia

Carmen Aguado

Palencia

Miércoles, 21 de septiembre 2022, 07:55

La Escuela de Danza Smile ha vuelto esta semana a las aulas en un comienzo de curso muy especial tras su rotundo éxito en la Final de Danza 2022 celebrada en París a principios del mes de septiembre y donde obtuvo seis premios en las ... cinco categorías en las que tomó parte el centro artístico.

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Unos galardones que ponen de manifiesto el excelente momento por el que pasa la escuela, que obtuvo el primer y tercer premio en danza contemporánea avanzada en categoría juvenil; el primero en danza contemporánea intermedia en categoría juvenil y el primero en ballet clásico intermedio en categoría juvenil.

Un total de 25 alumnos acudieron a esta cita internacional bajo la dirección de Noelia Pastor, Natali Camolez y Susana Bros Munielo. La Escuela de Danza Smile interpretó cinco coreografías de ballet clásico, danza contemporánea y jazz durante las jornadas que se celebraron en la capital francesa.

De esta forma, Smile repite reconocimiento, ya que, en el año 2019, antes de la pandemia, el centro artístico se alzaba con el primer premio en danza contemporánea categoría junior y con el segundo premio en danza contemporánea categoría open durante el certamen celebrado en Roma.

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«Ni en el mejor de nuestros sueños pensábamos en volver con seis premios. El nivel es muy alto y ha sido una sorpresa. Todos los grupos han llegado encantados y eso también te motiva a seguir. Para mí, que soy palentina, es un orgullo poder llevar el nombre de Palencia no solo por competiciones nacionales, sino también europeas», explica Noelia Pastor, directora de Smile.

Tras dos años marcados por las diferentes restricciones impuestas en las aulas con una importante reducción de aforo, la distancia de seguridad entre los alumnos y el uso de mascarilla obligatoria, en este curso destaca la normalidad, que ya se respira durante estos primeros días en las aulas.

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La recuperación del número de alumnos ha ido en consonancia con el aumento de matrículas que este año se han registrado. Al contrario que en 2020 y 2021, cuando todavía muchos de los padres eran reticentes a que sus hijos volviesen a este tipo de actividades, este curso vuelve a tener cifras muy parecidas a las de 2019.

El interés de los chicos en la danza contemporánea ha permitido formar una clase solo masculina

«Lo que hemos notado este curso es que se ha acabado la pandemia. De repente ha habido avalancha de alumnos otra vez. Estamos recuperando lo que había antes. La gente ha perdido el miedo y es algo que se ha dejado ver en las matrículas. Ha vuelto una ilusión que el año pasado todavía no percibíamos», afirma Pastor.

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De hecho, este curso vuelve a tener lista de espera, ya que han sido más las solicitudes de ingreso que las plazas disponibles. La dirección destaca que este año se ha recuperado el alumnado adulto, que durante los dos años pasados prácticamente se había perdido. Este año también se recupera la disciplina de pilates, que durante estos dos años fue suprimida.

El perfil mayoritario de alumnos es de entre 4 y 14 años, cerca del 80% del alumnado total de la escuela. De los 4 a los 7 años solo hacen ballet, hasta que pueden escoger seguir con este baile o elegir otro. En la mayoría de los casos, los pequeños eligen seguir con la danza clásica, mientras que otros también deciden incorporarse a otra disciplina.

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El ballet suele conservar prácticamente la mayoría de sus alumnos hasta los 13 o 14 años, que es cuando aumenta la carga lectiva hasta las seis horas semanales y cuando más dura se hace la técnica de ballet, ya que comienzan a utilizar las zapatillas de punta y se plantean el esfuerzo que les está suponiendo.

Cada año son más los niños que se inician en un baile que tradicionalmente había sido femenino. Antes de la pandemia eran únicamente dos y ahora son hasta doce los niños que aprenden danza clásica. Un grupo más mayoritario lo hace también en danza contemporánea, llegando a conformar una clase únicamente masculina.

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