Palencia

El reto de cuadrar las cuentas con impuestos congelados y la oposición en pie de guerra

«No hay plata», le recordó la portavoz de Vox, Sonia Lalanda, emulando al presidente de Argentina, en uno de los últimos plenos al equipo socialista. Y aunque no es del todo cierto, la situación económica del Ayuntamiento de Palencia no pasa en la actualidad por su mejor momento.

¿El problema fundamental? La falta de nuevos ingresos para afrontar gastos extraordinarios que llegan en este 2025. El coste de algunos servicios públicos se ha visto disparado, en otros casos deben renovarse contratos, como el transporte urbano o la grúa, y sacar pliegos competitivos para que no queden desiertos y, además, ha llegado el momento de que el Ayuntamiento comience a devolver el préstamo que recibió del Estado para sufragar el coste de la sentencia de la calle Jardines, un primer plazo de 2,5 millones de euros.

Todo un reto para una Concejalía de Hacienda que tiene que trabajar con elementos muy limitados: un presupuesto por el momento prorrogado y unas ordenanzas fiscales (los impuestos y tasas que cobra el Ayuntamiento) prácticamente congeladas.

El primer reto, sacar adelante unas cuentas actualizadas que permitan afrontar en condiciones las necesidades económicas del Ayuntamiento. Sin embargo, subyace el problema de las dificultades que está encontrado en los últimos tiempos el equipo de gobierno para cerrar acuerdos económicos con la oposición. Ya se vio en los debates y negociaciones sobre las ordenanzas fiscales. No hubo posibilidad de entendimiento, con lo que la propuesta aprobada apenas pudo incluir algunos de los incrementos que quería el equipo de gobierno socialista.

Y, claro, sin esos aumentos en la recaudación municipal, las cuentas para afrontar los gastos que se avecinan este año, no cuadran. No habrá aumento en los ingresos del Ayuntamiento por impuestos como el IAE o el de vehículos, como tampoco subirán las tasas por el agua, el alcantarillado, la recogida de basuras o el transporte urbano, entre otras muchas, que se han tenido que congelar por falta de apoyos para su subida.

Al final, el único ingreso extraordinario, de unos 600.000 euros, le llegará al Ayuntamiento por el llamado 'catastrazo', el incremento de los valores catastrales correspondientes a los edificios, que se han actualizado después de casi 20 años. Esto supone un importante aumento de la recaudación por el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) y no porque la oposición aceptase una subida del tributo, sino porque el aumento en el valor catastral lo fija el Gobierno.

Y así, con una fiscalidad limitada por los grupos de la oposición, el equipo de gobierno se ve obligado este año a intensificar el trabajo de mejorar el rendimiento de sus servicios de recaudación, que no han funcionado nada bien en los últimos años, principalmente por falta de personal, según ha reconocido el propio concejal de Hacienda, Carlos Hernández.