Cuando el calor asoma y el verano amanece, Villalobón ve rejuvenecer sus calles gracias a los niños, que salen a pasear y a jugar por ellas una vez acabado su periodo lectivo. Llenan plazas y lugares como la pista de skate, pero también cualquier otro donde haya la promesa de una reunión o de un divertimento. Y si ellos disfrutan, lo hacen sus mayores también, aunque haya ocasiones, como sucede en agosto con algunos padres, que necesiten que les echen una mano con los peques, algo que desde el Ayuntamiento del municipio hacen con la guardería que abren.
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Es sensible el Consistorio a que esto pueda acontecer, como de hecho acontece, en este periodo y en otros del año, en los que los niños tienen vacaciones y, en principio, más tiempo libre. Solo en principio, porque las actividades como excursiones a otros pueblos se suceden, aunque sea en verano cuando más hay. Así, durante estos meses de julio y agosto, en Villalobón hay una escuela de verano, que va desde los tres hasta los catorce años, y que cuenta este año con alrededor de 140 niños y sirve como servicio a familias del pueblo y de los alrededores.
Después de hacer alguna que otra actividad de ocio, pero enfocada al aprendizaje también, a menudo van a la piscina, realizan juegos o van de excursión una vez por semana, como la reciente programada al castillo de Ampudia u otros días que van al cine. Para todos, aunque en parte también por ellos, durante la disputa de la Eurocopa se instaló una pantalla gigante en la plaza del pueblo para que pudieran ver a España salir campeona y festejar todos juntos, pues ese es otro fin, el crear comunidad y estrechar lazos de esos que nunca se olvidan, los que uno hace cuando es pequeño.
No obstante, no solo de las actividades que se hacen para los pequeños vive Villalobón, sino que las veraniegas, al igual que las del resto del año, intentan alcanzar a todos los públicos. Así, son frecuentes los juegos populares o campeonatos como los de futbolín y dardos, además de conciertos varios, con cuya ubicación se busca favorecer a los negocios de la localidad. Desde el mes de junio, la programación conocida como de prefiestas se sucede cuidando la tradición, para contentar a los mayores y para intentar preservarla a través de los más jóvenes, como se hace con los juegos de bolos o con un (aparentemente) simple parchís. Este año, como novedad, está previsto también que se den varios días clases de bailes clásicos.
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