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El municipio de Cervatos de la Cueza no sólo atesora la morada familiar del libertador de Argentina, Chile y Perú, el general José de San Martín, convertida en casa-museo, sino que también alberga uno de los dos asentamientos romanos de primer orden que computa ... la provincia palentina: La Tejada. Un yacimiento arqueológico descubierto en 1970 en una explotación agrícola de la pedanía de Quintanilla de la Cueza, enclavado en Tierra de Campos y a escasos kilómetros del Camino de Santiago, abierto al público en 1986 y cuya gestión corre a cargo de la Diputación de Palencia, declarado BIC (Bien de Interés Cultural) en 1996 y al que recientemente le ha tocado la lotería tras percibir tres millones de euros de una convocatoria rehabilitadora del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio.
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Jose Rojo
Un montante que, junto a los más de un millón y medio de euros que aportará la institución provincial, se destinará a la ejecución de una reforma integral de la nave que abriga actualmente estos vestigios tardorrromanos con el fin de levantar un nuevo edificio para darle un mayor empaque a este conjunto histórico y cultural, dotarle de más servicios –actualmente no dispone de luz artificial ni de agua potable– y prestaciones, impulsar su proyección turística, complementar su visita con la de la villa romana de La Olmeda y estimular una mayor afluencia de visitantes hacia dos frentes cercanos: el tramo terracampino de la ruta jacobea y el museo territorial Campos del Renacimiento, que apiña la riqueza patrimonial de Becerril de Campos, Paredes de Nava, Cisneros y Fuentes de Nava.
La Tejada se ha definido como villa romana o explotación agropecuaria del bajo imperio romano, pero tanto el conjunto de estancias decoradas con pavimentos de mosaicos y provistas de sistema de calefacción ('hipocaustum') y la extensa superficie del yacimiento excavado presuponen que el complejo se construyó como hospedaje de viajeros en tránsito por la vía romana que comunicaba Burdigala (Burdeos) con Asturica Augusta (Astorga), un trazado que en la actualidad coincide con el del Camino de Santiago, que dista escasos kilómetros del enclave de Quintanilla de la Cueza. Sin embargo, otras investigaciones apuntan a que esta edificación podría haberse dedicado a «procurar encuentros amorosos, dada la temática de algunos de sus mosaicos», según explica Carolina Valbuena Bermúdez, diputada del área de Cultura, Turismo y Deportes.
Un lenguaje moderno
La ambiciosa intervención restauradora, que contempla la demolición de la actual estructura envolvente del yacimiento, se efectuará en los cerca de 10.200 metros cuadrados de superficie de La Tejada y el nuevo inmueble constará de tres bloques que cubrirán la totalidad de los vestigios arqueológicos para garantizar su adecuada conservación y potenciar este asentamiento como un recurso turístico de primera categoría.
«La edificación actual no reúne las características necesarias para la correcta protección de los vestigios arqueológicos, así como tampoco para la visita y contemplación de estos por parte del público. Se trata de una nave de tipo industrial, ejecutada con un sistema de estructural de pilares y cerchas metálicas, con cubrición de fibrocemento y cerramiento lateral de bloques de hormigón y chapa metálica. La configuración de la nave no presenta una disposición apropiada ni acorde con las características del yacimiento, y los materiales de cubierta y cerramiento se encuentran en mal estado», recoge la memoria que se remitió al departamento ministerial para acceder a las ayudas del plan de rehabilitación integral del patrimonio histórico para uso turístico. Deficiencias que serán subsanadas con la futura envolvente que ha diseñado el jefe de servicio de Arquitectura de la Diputación, José Antonio González Delgado (Palencia, 1964), quien ocupa el cargo desde hace 17 años y cuya propuesta arquitectónica se circunscribirá al actual terreno excavado, alrededor de una hectárea, de las casi seis hectáreas que abarca este yacimiento. «Hemos planteado un edificio que se divide en tres cuerpos prismáticos dispuestos paralelamente y separados entre sí por unas franjas lineales de dos metros y medio de anchura, y los laterales de estas franjas se apoyan en una estructura metálica de grandes cerchas sobre las que descansarán las cubiertas. Es una disposición secuenciada de volúmenes con el fin de que posibilite la incorporación de nuevos cuerpos ante el posible crecimiento del yacimiento. A pesar de la fragmentación volumétrica exterior en tres edificios, el interior se muestra de manera lineal, con lo que la visita y contemplación de los vestigios se realizarán de forma unitaria, como un solo lugar sin divisiones espaciales. Además, trazaremos una pasarela peatonal volada que circundará todo el perímetro del yacimiento para facilitar el recorrido a los visitantes y evitar su sujeción sobre los propios restos arqueológicos», explica González Delgado. Y añade: «En esta envolvente hemos utilizado un lenguaje moderno. Los tres cuerpos prismáticos están cubiertos de chapas de acero y guardan una ligera inclinación, dos de ellos hacia un lado y el tercero hacia el sentido contrario, y sus laterales están cerrados; sin embargo, los que están orientados al suroeste y noreste tienen una disposición abierta mediante lamas de madera y un cierre interior de planchas de policarbonato con el fin de facilitar el control lumínico del interior. Con respecto a las franjas lineales que separan los tres cuerpos, éstas se solucionan con muros de gaviones, formados por rejillas metálicas galvanizadas y rellenas con piedras de distinto tamaño. Y los grandes muros del interior están pigmentados en color ocre terroso y encofrado de cañizo para otorgarlos un acabado más natural y en consonancia con el entorno».
Una vez iniciada esta voluminosa obra, el tiempo estimado para su finalización será de año y medio.
El arquitecto palentino José Antonio González Delgado subraya que el edificio se ha diseñado bajo los preceptos de la eficiencia energética y de la reducción de la huella ecológica. «El nuevo edificio será autónomo, ya que instalaremos placas solares para generar electricidad y, también, recogeremos el agua de lluvia para destinarlo al riego y a las cuestiones sanitarias. Pero el interior no estará calefactado, al igual que en La Olmeda, salvo en las zonas de oficinas y en el acceso de la entrada». José Antonio González Delgado adelanta que el proyecto contempla el montaje de un área expositiva, donde se exhibirán los restos arqueológicos más significativos de La Tejada, así como la creación de un espacio multiusos con el fin de hilvanar una agenda anual de actividades culturales.
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