«Recuerdo con horror las sesiones de radioterapia en Valladolid»

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Pilar Relea, quien tenía cincuenta y tres años en el momento del diagnóstico, no entiende por qué tuvo que esperar tanto tiempo tras haberse sometido a una mamografía en la que se le diagnosticó un tumor de ocho milímetros. Asegura que, tras recibir la primera llamada, ya imaginó que algo malo sucedía. «Me quedé paralizada y totalmente descuadrada», admite. La palentina recibió radioterapia durante dieciocho sesiones, que se alargaron hasta agosto de 2022.

Lo peor de este tratamiento, recuerda, fue ir todos los días hasta Valladolid, ya que en Palencia aún no existe este servicio para los enfermos oncológicos. «Lo recuerdo con horror, hacía mucho calor y venía peor después de recibir la radioterapia que te mete más calor en el cuerpo», rememora Pilar quien aún todavía sigue de baja médica, aunque prevé poderse incorporar a su trabajo en los próximos meses.

Pilar Relea es optimista porque tras los últimos resultados médicos que recibió el 29 de septiembre, su oncólogo le ha asegurado que todo va muy bien, aunque hay que seguir vigilantes y ya tiene preparadas las pruebas para dentro de seis meses. Para ella, la Asociación del Cáncer de Palencia ha jugado un papel clave en su recuperación.

«Yo solo tenía a mi hija. A mi madre no se lo he podido decir porque es una persona muy mayor y no se ha enterado. Encima de que te pasa esto, no se lo puedes decir y esta es otra pena que tienes encima. Así que iba y venía de la asociación, ante cualquier cosa estaba atendida y siempre que lo necesitaba acudía. Yo estaba como en mi casa, me sentía muy bien. Me ha ayudado todo, no se puede decir mucho sino todo», reconoce.