![La radio en Palencia: un viaje sonoro a través de nuestra historia](https://s3.ppllstatics.com/elnortedecastilla/www/multimedia/2025/02/15/radio-kEWC-U230869375574noB-1200x840@El%20Norte.jpg)
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«Es la música que nos mantiene a todos intactos. Evita que nos volvamos locos. Debería tener dos radios en caso de que una se rompa». Así resume en pocas palabras el maestro Lou Reed, lo que significa para él este medio de comunicación que el pasado jueves celebró su conmemoración en todo el mundo. Y es que para muchos, la radio se ha convertido en una compañera de viaje, para otros, los que se colocan detrás de un micrófono a diario, en una pasión. Más de 22 millones de personas escuchan a diario en España a las principales figuras del medio convencional y musical en un medio que recientemente soplaba las velas de su centenario.
Unas velas que la radio palentina soplará dentro de aproximadamente una década, ya que el origen de este medio en la provincia tiene una fecha y una hora: el 13 de agosto de 1936 a las 22.30 horas. Apenas un mes después de haberse iniciado la Guerra Civil y desde uno de los despachos del número 29 de la calle Mayor, edificio que ocupaba por entonces el Gobierno Civil, se lanzaron los primeros mensajes a través de las ondas palentinas. El primero en hablar fue César Suárez, secretario del gobernador civil, que leyó durante cerca de media hora varias proclamas. «Fue todo muy breve y propagandístico, dado el momento que se atravesaba», señala el periodista e historiador palentino, Julián García Torrellas. Una emisión que apenas pudieron escuchar unos pocos palentinos dada la escasa potencia de la estación radiofónica. «Seguramente no llegó a los vecinos de la zona del Paseo del Salón», asegura.
Aquellos primeros años de Radio Palencia, que fue así como se llamó la emisora, fueron muy difíciles y sobre todo austeros. «En semanas sucesivas se piden donativos de discos, de hecho, una casa de Palencia donó muchos metros de cable para mejorar las emisiones», reconoce el historiador palentino. Con el avance de la guerra la técnica va mejorando, aunque las horas de emisión siguen siendo pocas, eso sí, similares a las del resto de emisoras. «Aquellas radios comenzaban su programación a mediodía y acababan a la hora, aunque por las tardes y a veces por las noches, también había programación», afirma Torrellas.
Desde un primer momento el contenido de la programación es netamente político, con una clara propaganda en los contenidos radiados y mucha música. «Desde enero de 1937, cuando se crea Radio Nacional en Salamanca, se conecta con la emisora para conocer los llamados partes de guerra. Antes, esas conexiones se hacían con Radio Castilla de Burgos», explica Torrellas. La emisión nocturna duraba cerca de dos horas y en ellas se conectaba con el Cuartel General para radiar el parte de guerra y con Radio Sevilla, donde se escuchaban las arengas de Queipo de Llano, según recoge la agencia Ical.
Pero antes de este inicio tan convulso hubo dos intentos de poder acercar la radio a Palencia, los dos mediante iniciativa privada, aunque con poco éxito. «Durante los años de la Segunda República se crea una ley mediante la que se pueden crear emisoras en ciudades, donde se regula el tiempo que se puede dedicar a la publicidad y los ingresos. Es entonces cuando se crean emisoras importantes como Radio Castilla de Burgos, Radio Valladolid, Radio León o Radio Zamora», explica. En Palencia son dos las empresas interesadas en montar algo parecido a una emisora de radio. «Hay constancia porque el requisito es que tenían que tener autorización del Ayuntamiento y en las actas del Consistorio se refleja que hay dos intentos que no llegaron a fructificar», afirma el historiador, que entre risas reconoce que hubo un intento «peculiar» de radio o hilo musical que se había probado antes en otras ciudades como Bilbao.
«En el año 1933 coincidiendo con las fiestas de San Antolín, se montaron unos altavoces en los Cuatro Cantones y también a la altura de donde actualmente está el Patio de Castaño, en los que el dueño de una tienda de electrónica de la calle Mayor estaba conectado con un micrófono y contaba noticias y ponía música. A veces lograba hasta anuncios publicitarios para ganarse un dinero extra», asegura. «Se retransmitió un saludo del alcalde en las fiestas y un concierto desde la cafetería del bar Palentino», apunta, pero fue algo efímero, aunque «se había pensado en retransmitir hasta los plenos municipales».
Pero volviendo a los oscuros años de la guerra, la radio palentina sobrevivió a ella a duras penas. Eso sí, por aquella época la radio estaba muy implantada en la capital, sobre todo en bares y cafés, que fueron los primeros en adquirir los aparatos de precios tan elevados que podían costar lo mismo que un billete de tercera clase en barco a Sudamérica. «El final de la guerra abrió un paréntesis sobre el futuro de la emisora. Tanto es así que incluso se piensa en su cierre por la carencia de personal, y, sobre todo, de medios económicos para mantenerla», asegura Torrellas.
Hubo que esperar hasta finales de los años 40 para hablar de profesionalización de la radio. «Se contrata a la primera plantilla de locutores, de técnicos, guionistas y hasta un cuadro de actores. Se estructura una programación de varias horas por las mañanas, tardes y noches, se emiten programas variados, se inician las primeras emisiones de radioteatro y se hacen retransmisiones en directo», detalla el historiador.
El artífice del radioteatro palentino es Gonzalo Martín Santos, que dirigirá a los primeros actores en aquella radio. «Crea espacios como 'Felipe y Don Asperidio', un coloquio entre dos personas de diferentes edades que incluso criticaban asuntos municipales saltándose por completo la censura», asegura Torrellas. Tuvo tanto éxito que el cuadro de actores actuó por toda la provincia. De esa radio surgieron nombres como el de Agustina Martín, que a los pocos años abandonó Palencia con destino Venezuela y pronto se convirtió en una auténtica estrella de la radio, pero sobre todo de la televisión gracias a los llamados culebrones como 'La Doña'. Aunque el éxito de la radionovela acabo en los 60 con la llegada de la televisión, pero la radio seguía muy viva. Por aquel momento, Radio Palencia había cambiado su denominación para hacerse llamar La Voz de Palencia, dentro de la Red de Emisoras del Movimiento (REM) controlada por Falange Española de las JONS.
Uno de los momentos importantes para la radio palentina fue la llegada de la radio musical y eso se trasladó a la emisión de programas como 'Estafeta del disco', donde dedicaban canciones que sonaban en el programa. «La gente sabía dónde vivía el locutor y dejaban las dedicatorias a la portera de su casa», señala Torrellas. Un momento curioso es que se hacían programas especiales para saber el lugar en el que le tocaba hacer la mili a la gente y se formaban auténticas colas en la calle para saberlo. Aquellos años las emisoras ampliaron sus horarios de 8 de la mañana a 12 de la noche.
Pero sin duda el programa que más repercusión tuvo en aquella radio entre los 60 y los 70 fue 'El Cimbalillo', que en el año 1972 se llevaba el Premio Ondas. «Al principio era una glosa de Palencia, después, poco a poco, se fueron dando informaciones como farmacias de guardia», explica. No fue hasta la llegada del recientemente fallecido Fernando Matía, cuando el programa se convertiría en referencia informativa en aquellos años en los que todavía se tenía que conectar con 'el parte» de Radio Nacional de España, única emisora del régimen en ofrecer noticias nacionales e internacionales. «Tenían mucho éxito la cartelera de espectáculos y la lectura de esquelas al final del programa», afirma el historiador, que reconoce que los propios oyentes decían que «si no salías en El Cimbalillo no eras noticia». Además contaba con corresponsales en todos los pueblos.
La llegada de la democracia y la denominada Transición abrió el espectro radiofónico en la provincia. En 1981 La Voz de Palencia pasa a formar parte de Radio Cadena Española y un año más tarde llegan Antena 3 Radio y la Cadena SER. «Hasta 1977 no existe libertad informativa. Los gobiernos de UCD sacan nuevas radios y explotan la FM, que no había llegado a Palencia. Es entonces cuando el Gobierno saca a concurso centenares de emisoras, aunque se trata de un proceso caótico que tarda en resolverse más de dos años», relata Samuel García, periodista, doctor en comunicación y autor del libro 'Libertad en las ondas. La radio informativa de la Transición española (1977-1984)'. Muchas de aquellas emisoras privadas partían de la prensa española, de empresas que antes habían hecho periódicos o que incluso querían lanzarse al mercado de la televisión privada, que aún tardaría otros diez años en llegar.
«Con esa llegada la radio palentina conoce la verdadera competencia y multiplica sus horas de emisión», asegura Samuel. «A nivel nacional estaban García y de la Morena, a nivel local se hablaba mucho del director de la SER, Pepe Castrillo. Era otro estilo de hacer radio, incluso en Palencia. Era mucho más directo porque las radios privadas llevaban a su antena muchas veces el habla popular de la calle».
Sin embargo, para este doctor en comunicación algo importante que ha perdido la radio en Palencia, «aunque se mantiene en otros lugares» es la narración del deporte local, que levantaba auténtica pasión entre los aficionados palentinos. «La radio en cadena ha ido ganando terreno a la local, pero en Palencia ha perdido mucho más que otros sitos porque no existe retransmisión deportiva. Es una pérdida importante que ojalá se pueda recuperar en el futuro porque la sociedad española entiende muy bien la conexión entre radio y deporte», reconoce Samuel. Este joven periodista destaca como importantes, sobre todo en los años 90 y en estos últimos años emisoras de carácter comunitario o municipal como Radio Colores o ACUP Radio en la capital y Radio Guardo o Radio Aguilar en la provincia, que se han convertido en lugar de encuentro de muchos apasionados por el medio.
Pero el medio cambia y se va adecuando a lo que los nuevos tiempos piden, con ello también se ha ido reduciendo el tiempo de espacios locales en detrimento de la amplia programación en cadena, pese a ello, Samuel considera que sigue habiendo mucha demanda de radio local. «La población quiere saber lo que pasa en su calle, en su casa o en su pueblo», reconoce. «Me encantaría que la radio local se abriese a formatos más allá de la información del día, que se exploren formatos nuevos y diferentes y si no se puede de forma lineal, ahora tenemos el podcast y hay mucho que contar», concluye.
Hoy en día, las voces de la radio en Palencia siguen adelante trasladando la pasión de aquellos pioneros a los receptores, pero también a los teléfonos móviles. Ellos también reconocen estar enamorados de este medio. «Entré en la radio con 20 años», explica Alberto Calleja, locutor de la Cadena SER. «Lo más grande que puedo decir es que le habré dado algo, pero ella me ha dado mucho más a mí. La radio para mí es una posibilidad de ayudar porque el altavoz sirve a muchos para escucharles y que su vida pueda ser mejor», asegura.
Para Manuel Lobejón, locutor de COPE, el medio ha sido el hilo conductor de su vida desde que era pequeño, ya que su padre colaboraba con RNE y Radio Palencia y aún conserva las tardes de domingos escuchando el fútbol con su abuelo con el sonido morse de los goles. «Desde 2009 es mi compañera de vida y es un sueño cumplido. Es un chute de adrenalina cuando se enciende la bombilla roja del estudio, reconoce Lobejón. «Es una vocación que necesita muchas horas, muchas más de las que a veces dice tu contrato, pero hacerlo en un gran medio me da vida cada día».
En ese sentido, para Irene Rodríguez, locutora de Vive! Radio, la radio se ha convertido en una compañera que te informa de los últimos sucesos, pero también te ayuda a desconectar del día a día. «Es una herramienta muy potente de distracción y una compañera que puedo llevar en mi móvil, pero que también se escucha en las tiendas», explica y reconoce que el medio sigue más vivo que nunca gracias al podcast y las redes sociales».
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