El radar meteorológico de Autilla será modernizado para mejorar sus prestaciones

Uno de ellos, uno de los quince repartidos por toda la geografía nacional y el primero en entrar en operación en España está en Autilla del Pino. Es un edificio que llama la atención en la subida al páramo (que linda por el lado sureste con el Camino de Pelindangos), principalmente por el radomo o la parábola del radar protegida de forma esférica y de material plástico que se vislumbra desde lejos. El radar de Autilla del Pino de la provincia de Palencia se encuentra instalado en el seno de un edificio antiguo construido como Observatorio Especial de Física en la década de los 80 del siglo pasado, y cuya remodelación está a punto de llevarse a cabo para poder instalar un nuevo radar de Banda C y actualizar su tecnología a la polarización dual.

Para el cumplimiento eficaz de sus funciones, la Aemet requiere una mejora que permita recibir al equipamiento meteorológico del nuevo radar y disponga de los mismos sistemas auxiliares y de control y automatización que el resto de radares de la red, una intervención que estará financiada por la Unión Europea, con fondos procedentes del Mecanismo de Recuperación, Transformación y Resiliencia.

El programa pretende reducir los costes de operación y mantenimiento de los sistemas de observación de radares, dotándoles de la capacidad de polarización dual, reemplazar las estaciones de radar por equipos de última generación y mejorar la cobertura nacional.

En esta mejora se enmarcan los nuevos radares de polarización dual de Autilla del Pino, que está en proyecto, así como el de Guadramiro (Salamanca), ya en ejecución, y el de Almazán (Soria) en una siguiente fase del plan, tres radares de última generación en Castilla y León, capaces de realizar un seguimiento de los fenómenos adversos, en especial los asociados con precipitaciones intensas, ya que son capaces de discriminar el tipo de precipitación observada, si se trata de lluvia, granizo o nieve hasta 240 kilómetros, según explicó esta semana en una visita a Autilla del Pino el delegado territorial de la Aemet en Castilla y León, Manuel Mora, acompañado por el director de Programa de Nuevas Aplicaciones José Antonio Pellitero.

«El de Autilla es de los que mejor cobertura tiene de toda la Península, porque esta zona no tiene bloqueos orográficos y nos da datos del norte de nuestra comunidad, a lo que no llega el radar de Asturias», apunta Pellitero. «Pero si está lloviendo a baja altura y el lugar está a 240 kilómetros, el radar no detecta la precipitación, por ello la cobertura ideal para una buena precisión son los 120 kilómetros», añade Pellitero. «Con los 15 radares de la red actual tenemos cobertura en todo el territorio, pero se pretende aún mejorar con la instalación de varios radares adicionales y renovando la tecnología de los actuales para obtener una mejor cobertura», explica.

El Gobierno ha iniciado este proyecto de renovación y ampliación de la red de radares meteorológicos, que en caso de Castilla y León, contará con tres radares. En Autilla del Pino, la intención de la Aemet es aprovechar el edificio actual, si bien se están barajando todas las alternativas posibles en función de los equipos con los que se dote al edificio de tres plantas que estuvo llamado a ser un Observatorio Especial de Física de Nubes, como continuación de un proyecto pionero de la Organización Meteorológica Mundial, el Proyecto de Intensificación de la Precipitación, que finalmente se vio truncado a principios de los años 80 del pasado siglo.

El proyecto dotará a la instalación de Autilla del Pino en un plazo aproximado de dos años de un moderno sistema de polarización dual (el actual es de polarización simple), que se traducirá en una mayor fiabilidad de las observaciones de los denominados blancos meteorológicos. Esto permitirá distinguir fehacientemente entre lluvia, nieve y granizo, o si se trata de otro tipo de blancos no meteorológicos, como bandadas de aves, toda una revolución en una comunidad estrechamente vinculada al campo, pues sus datos serán de gran ayuda para los agricultores.

Asimismo, desde este radar de Autilla se medirán los movimientos del aire, lo que permitirá a los meteorólogos estudiar e identificar fenómenos como turbulencias, tornados o estructuras ciclónicas y, sobre todo, los desplazamientos y la dirección de los blancos meteorológicos.

La mejora en la detección va a ser «sustancial», destaca Manuel Mora. «La información de estos nuevos radares se integra en los modelos numéricos y van a mejorar los pronósticos porque se sumará a lo que no llega de los satélites y de la red de observación convencional de superficie»,