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Carmen Aguado
Viernes, 5 de enero 2024, 07:51
«Hay más abandonos que adopciones». Este es el resumen que Fermín Pérez, responsable de Scooby Palencia, hace de la situación que vive actualmente la protectora de animales palentina. Y es que ya llega la noche de Reyes y, un año más, junto al árbol ... amanecerán de nuevo mascotas como regalo.
Una práctica de la que alertan tanto protectoras como veterinarios, que tratan de concienciar sobre la importancia que tiene incorporar un animal a una familia, las obligaciones que conlleva y también los gastos necesarios, que muchos de los dueños no pueden asumir y que acaba lamentablemente en abandono.
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«Esto de regalar perros en Reyes… En pleno siglo XXI y que tengamos que seguir hablando de esto, me parece absolutamente vergonzoso. Vivimos en una sociedad civilizada en la que no pueden seguir pasando estas cosas», asegura Fermín Pérez, quien lleva más de cuarenta años vinculado a Scooby.
Desde la protectora de Scooby Palencia afirman que se trata de un acto de completa irresponsabilidad, ya que los animales no son juguetes y no pueden ser utilizados para satisfacer los deseos de nadie, ya que, en muchas ocasiones, se juega con ellos durante unos días y luego se terminan arrinconando para acabar siendo abandonados.
«Seguimos viendo mucho abandono, en los últimos tiempos, sobre todo, de galgos. Nos parece algo extraño en Palencia, ya que todavía no ha terminado la temporada de caza y no sabemos a qué puede responder. También estamos recibiendo camadas incontroladas. La verdad es que ha habido un repunte de abandono en los últimos tiempos, después de la pandemia», resume Fermín Pérez.
De un animal hay que ocuparse, educarlo, cuidarlo y velar por su bienestar. Todo ello está muy alejado de las responsabilidades que cualquier niño asume a una corta edad, por lo que este comportamiento responde a la inconsciencia de los propios padres, recuerdan desde las protectoras municipales de animales.
«Esto no puede seguir así y hay que tomar conciencia. No damos abasto para recolocar tantos animales, son muchos. En redes sociales te encuentras mucha gente que está ofreciendo sus perros y ahora, cada vez más, sus gatos», asegura.
La protectora palentina recibe cada día un elevado número de llamadas que alertan de abandonos, pero también muchas responden a gente que pide que recojan a sus animales. Fermín Pérez destaca la falta de concienciación a este respecto en muchos pueblos en los que todavía se siguen recriando animales de forma descontrolada.
«Cuando terminó la pandemia volvimos a la misma situación. Los perros pequeños y de pelo largo salen enseguida de la protectora, pero los que son más grandes, están cruzados y son mestizos, salen mucho peor. Si son machos y de pelo negro ya es muy difícil y los mastines, ni te cuento», señala Fermín Pérez.
Actualmente, Scooby Palencia cuenta con setenta y cinco perros en sus instalaciones y muchos más gatos. Estos últimos tienen mucho más difícil ser adoptados, ya que la mayoría de las personas lo que quieren son perros. «Luego, mucha gente se queja porque cobramos un importe. Todo eso conlleva dar al animal vacunado, desparasitado y en perfecto estado», recalca.
Desde la protectora se lamentan de que la nueva ley de Bienestar Animal, aprobada recientemente por el Gobierno, haya excluido a los animales de trabajo y de caza ya que, aseguran, son quienes más necesitan una protección. «Generalizar siempre es malo, hay de todo, pero la ley saca de un plumazo todos esos casos en los que se podría producir algún tipo de maltrato», concluye.
Desde las clínicas veterinarias también avisan de la importancia que tiene educar, sobre todo, a los más pequeños en las obligaciones que conlleva tener un animal -un perro en la mayoría de los casos-, ya que es lo que más demandan los niños, sobre todo, cachorros.
José Miguel Gallo, veterinario de la clínica Don Can de Palencia, asegura que ha descendido esta práctica especialmente desde que ya no se venden cachorros en las tiendas o el público infantil no puede verlos en los escaparates, momento en el que muchos se antojaban del perro que estaba expuesto.
«Eso lo veíamos antes, ya no lo vemos. Antes se regalaba más de forma compulsiva. Ya no es como antaño porque está prohibido tener a los animales en un escaparate y ya los niños no lo piden tanto. Tampoco hay tantas camadas a nivel particular como antes, ya que está más profesionalizado», explica José Miguel Gallo.
El veterinario recuerda que ha habido tiempos en los que comprar un cachorro apenas costaba 100 euros, mientras que ahora ese importe ha subido considerablemente, lo que ha hecho que muchos padres se puedan replantear comprar un perro a sus hijos en Navidad por apenas el mismo precio que un juguete.
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