160 pacientes han sido tratados desde finales de marzo por el programa de apoyo psicológico creado en Palencia para atender las necesidades de contagiados, familiares y sanitarios afectados por la covid-19. Dos psicólogos clínicos, dos psicólogos clínicos residentes y dos psiquiatras se han ... encargado de este servicio, que surgió a finales del mes de marzo ante la evidencia de que la pandemia y sus consecuencias iban a generar un impacto psicológico que necesitaría atención específica.
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El Ministerio de Sanidad y el Consejo General de la Psicología ofreció en primera instancia un servicio telefónico de primera atención psicológica. Por otra parte, en las últimas semanas la Dirección General de Infraestructuras y Tecnologías de la Información establecieron la creación de una línea de atención telefónica (900405030) para facilitar el contacto a los familiares y pacientes aislados en domicilios. La idea era complementar la atención que se venía dispensando en las distintas áreas sanitarias.
«Ayudamos a los pacientes a poner palabras a su desborde emocional»
Algo tan sencillo como sentirse escuchado es fundamental en una situación límite, y esa es una de las labores principales del programa de apoyo psicológico para pacientes, familiares y profesionales afectados por la pandemia que lidera Alicia Martín. «Lo que pasa con los pacientes es que muchas veces se callan lo que les sucede para no preocupar a las familias. El único espacio que tienen los ingresados para poder hablar con sinceridad de sus miedos es el que se crea con un profesional que no esté implicado emocionalmente, que va a tener el tiempo y la formación para saber escucharle, que pueda desahogarse, que pueda llorar y que no haya al otro lado alguien que se puede asustar con eso y que quiera cortar rápidamente para calmarle. Ayudamos a los pacientes a poner palabras a su desborde emocional y estos apoyos suelen ser de mucho alivio para las personas», explica Martín.
Este programa ha ofrecido ayuda individual telefónica para los tres grupos de población a los que va dirigido, aunque Alicia Martín reconoce que todos, quien más quien menos, hemos tenido alguna pérdida derivada de la pandemia. «Todos hemos perdido algo, desde nuestra forma de relacionarnos a nuestra seguridad de tener una buena salud. Todos hemos tenido que afrontar una nueva situación de una forma muy brusca y las poblaciones en las que hemos orientado el programa han tenido pérdidas mayores. Hemos tratado a personas que han perdidos familiares, que se han visto en riesgo de morir o que sienten una enorme impotencia por ponerse en riesgo por desarrollar su profesión como sanitarios», explica Martín, que apunta que esos cambios bruscos se han visto incrementados en los pacientes que han pasado por la UCI.
«Muchos han sufrido una ruptura muy brusca. Van a Urgencias porque tienen síntomas y de repente despiertan en la UCI. Tienen un vacío de recuerdos y es necesario que se genere un proceso para establecer un puente entre la antigua situación y la actual, en la que han pasado por un momento muy crítico, tanto que algunos incluso han estado a punto de morir», explica Alicia Martín, que ha convertido el teléfono en todo un aliado para ayudar a los que más lo necesitan.
Las propuestas de los servicios de psiquiatría de las áreas sanitarias de la comunidad surgieron de los propios dispositivos, con iniciativas paralelas que se iniciaron de manera espontánea y se pusieron en común en las reuniones telefónicas con la Consejería. El objetivo era la atención de los colectivos afectados, los propios pacientes, los familiares y el personal sanitario. Entre las actividades realizadas hasta ahora destacan la puesta en marcha de un programa de atención específica y la elaboración de manuales de autoayuda.
La propuesta desde el Servicio de Psiquiatría del Complejo Asistencial Universitario de Palencia fue agrupar y coordinar las iniciativas de los profesionales implicados en base a la demanda percibida sobre las complejas circunstancias que se han ido dando a medida que ha ido evolucionando la pandemia. Estas situaciones agrupan principalmente las expectativas de los pacientes sobre la evolución de su enfermedad antes y después de ser diagnosticados, el sentimiento de soledad de los pacientes ingresados en el hospital derivado de las medidas de prevención, el temor del personal sanitario a contagiarse y trasmitir la infección a sus seres queridos, la preocupación de los familiares por no ver a los pacientes ingresados, el impacto ante la perdida de familiares, amigos o conocidos, la angustia por no poder despedirse de ellos de una manera habitual cuando fallecían, las consecuencias psicológicas derivadas de las medidas de confinamiento –especialmente en poblaciones más sensibles– y por último el estrés ante la situación laboral, económica y social de la pandemia.
La atención psicológica en Palencia se ha desarrollado en tres aspectos. En primer lugar, con los pacientes ingresados por covid-19 se puso en marcha el programa 'Cartas Coronavirus Palencia', iniciativa que había comenzado días antes en Madrid con el fin de aliviar los sentimientos de soledad de los pacientes aislados por esta enfermedad. Se recopilaron y se entregaron a las personas ingresadas mensajes breves de familiares, facultativos, personal sanitario o voluntarios en un proyecto cargado de sentimientos coordinado por la Dra. Pilar Oliva, psiquiatra del servicio.
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Por otra parte, el Dr. Ángel Royuela realiza en la actualidad el programa de psiquiatría de enlace para atender las interconsultas psiquiátricas de todos los pacientes en el Hospital Río Carrión, incluidos los pacientes ingresados por covid y al mismo tiempo se ofrece atención a sanitarios que lo solicitan durante el horario laboral.
«La medicación del covid suele interferir con el tratamiento psiquiátrico»
Ángel Royuela atiende las interconsultas psiquiátricas de todos los pacientes en el Hospital Río Carrión y ha acudido a ver pacientes a sus habitaciones para ajustar medicaciones psiquiátricas. «Entrar en una habitación de un paciente covid genera miedo. Es una situación complicada y los psiquiatras no estamos acostumbrados a trabajar con este tipo de pacientes», reconoce Royuela, que tuvo en sus compañeros a los mejores aliados. «El personal de enfermería me ayudó mucho a la hora de darme las pautas de lavado y colocación del EPI. Eso mitigó en mí los posibles miedos, aunque cuando entras a una habitación los pacientes no saben si eres un psiquiatra o un astronauta», añade.
Los perfiles a los que ha tenido que tratar Royuela han sido de lo más heterogéneo y el gran problema que ha tenido que solventar es la incompatibilidad de los tratamientos psiquiátricos con las medicinas que se están administrando a los enfermos en la lucha contra el coronavirus. «La medicación para los problemas derivados de la covid-19 interfiere en muchas ocasiones con la medicación psiquiátrica. Hay interacciones y hay medicamentos que están incluso absolutamente prohibidos. Ha habido que ajustar dosis, retirar medicaciones e introducir otros medicamentos», explica el Doctor Royuela, que cree que una vez que se regrese a la normalidad habrá patologías psiquiátricas que despunten tras el confinamiento.
La psicóloga Alicia Martín se ofreció a trabajar sobre familias y coordinar un equipo de residentes de psicología con la colaboración de una psiquiatra y otra psicóloga clínica. La atención psicológica realizada por este equipo está siendo fundamentalmente telefónica. Están realizando un trabajo proactivo que consiste en contactar telefónicamente con pacientes, pero sobre todo con familiares de pacientes ingresados especialmente aquellos en la Unidad de Cuidados Intensivos para ofrecer ayuda y apoyo, dado que las medidas de seguridad han reducido aún mas las posibilidades de contacto con los pacientes en UCI. Este equipo también se ha encargado re recoger la demanda detectada por los médicos de atención primaria y las necesidades de los sanitarios de atención primaria y emergencias sanitarias.
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El resto del servicio ha continuado realizando la actividad ambulatoria y hospitalaria. Se ha sustituido en su gran mayoría la atención ambulatoria presencial por la telefónica, reservándose la primera para la atención urgente y a demanda y la administración de tratamiento parenteral de larga duración.
Después de dos meses de trabajo y tras haber prestado su servicios a 160 pacientes, este programa va sacando conclusiones y una de ellas es que la crisis sanitaria actual y la económica que se avecina tendrá un reflejo en la salud mental de los españoles, aunque esta por determinar en qué grado. «Nos hemos encontrado ante una situación nueva, en evolución, y solo en la actualidad empezamos a vislumbrar cómo será la salida», apunta Francisco Carlos Ruiz Sanz, Jefe de Servicio de Psiquiatría del Complejo Asistencial Universitario de Palencia.
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