La presión vecinal en Grijota logra desalojar en cinco horas a unos okupas de un chalé

Después de ver esos movimientos sospechosos, los vecinos decidieron actuar. «Llamaron a la Guardia Civil, que vino y abrió diligencias, pero con eso no nos vale. Así que nos pusimos a dar guerra a los okupas entre unos cincuenta vecinos hasta que los conseguimos echar», relata Jimeno Doncel.

¿Pero cómo se 'da guerra' a unos okupas para echarlos de un chalé? Óscar Jimeno Doncel explica que esto fue lo que hicieron el sábado para conseguirlo: «les hemos increpado, les hemos dicho que se tenían que marchar, que no podían estar ahí, que es un chalé privado que tiene dueño», afirma.

Este trabajo unitario de toda la urbanización permitió que el dueño del chalé siguiera conservando su vivienda, que fue desalojada. «Hemos contactado con el propietario de la vivienda –que ha rehusado a hacer declaraciones en el periódico– y ha denunciado los hechos», explicó este vecino, que es propietario de una cerrajería y aprovechó sus conocimientos para evitar que vuelvan a repetirse los hechos. «He reventado el bombillo que habían puesto ellos para que no puedan volver a entrar. Hemos organizado cuadrillas vecinales nocturnas para vigilar que nadie quiera aprovechar la noche para entrar. Además, hemos dado un mando a la Guardia Civil para que acceda a la urbanización. Los agentes vendrán a hacer rondas, aunque nosotros estamos montando guardia», asegura este vecino.

Los okupas se acabaron marchando, pero los vecinos aseguran que en su marcha se mostraron beligerantes con las personas congregadas para echarles de la casa. «Iban sin mascarillas e incluso llegaron a escupir a la gente. Utilizaron la pandemia que se está viviendo como un arma», explicaba ayer una de las vecinas que participó en la protesta que logró sacar a los okupas de la casa.

Óscar Jimeno afirma que sabe bien quiénes eran los okupas que el sábado intentaron acceder a este chalé de Grijota. «Eran cuatro, dos mujeres y dos chicos, algunos de ellos de etnia gitana, y parece ser que las chicas estaban embarazadas. Les han echado ya de Villamuriel, se fueron a intentar ocupar a Villalobón y de Villalobón se han venido aquí, pero gracias a los vecinos no se han quedado», afirmó este hombre que, al igual que sus vecinos, espera que este problema sea solo un hecho aislado.