La nueva presidenta de Juventud Estudiante Católica, Clara Fernández-Merino. C. F. M.

La presidenta de la JEC: «Los alumnos debemos exigir a las instituciones formativas y transformarlas»

Juventud Estudiante Católica escoge como nueva dirigente a nivel estatal a la palentina Clara Fernández-Merino

Miércoles, 21 de octubre 2020, 08:27

El movimiento Juventud Estudiante Católica (JEC) escogió nueva líder en agosto: este 1 de octubre tomaba posesión en el cargo la palentina Clara Fernández-Merino, que ocupará la presidencia estatal durante tres años. «Intentamos fomentar una mirada crítica en la que juzgas tu entorno y revisas si lo aceptas», resume la nueva dirigente, que tiene 24 años y se formó en pedagogía y danza contemporánea. Explica que la organización vuelca sus esfuerzos en fomentar el pensamiento crítico de sus integrantes y luego en canalizarlo hacia una transformación real.

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Por ejemplo, el pasado miércoles, la JEC se involucraba en la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, que aglutinó a varias organizaciones católicas. Para denunciar la precariedad laboral, que atenaza sobre todo a los jóvenes, la iniciativa propuso un dorsal descargable. Se imprimía, se lucía durante un paseo de la longitud deseada y luego, pam, se registraba y podía compartirse en Internet. Mucho más visual que una recogida de firmas. En este caso pedían condiciones de trabajo dignas, un sistema productivo antropocéntrico o que se garantice el ingreso mínimo vital.

Los temas que trabajan en pequeños grupos se mantienen en línea con esta vocación religiosa, pero también reivindicativa. «Los estudiantes somos el corazón de cualquier institución formativa y debemos actuar como tal y pedir cambios», asegura Fernández-Merino, «queremos que desde pequeños se nos escuche: aunque nos quede mucho por aprender, no somos tontos, y no nos gusta que nos traten como si lo fuéramos», advierte. La campaña actual tiene mucho que ver con salir al mercado laboral en crisis.

En el equipo permanente estatal, acompañan Teresa Gutiérrez como secretaria general, Jesús Manuel Herrero como consiliario y Cristina Sáez, como coordinadora de animadores. El movimiento funciona a través de pequeños grupos que se distribuyen en tres 'etapas': secundaria, universidad y graduados. Eso sí, la combinación de activismo con creencias católicas no escapa al rechazo o a los estereotipos. «Yo antes no era capaz de decir en voz alta que creo, a menudo como cristianos estamos juzgados de antemano», admite la presidenta. Sin embargo, la puerta está abierta. «Creo que la riqueza de las sociedades es que sean de respeto y de diversidad», apunta. Tal y como ella lo ve, existen dos tipos de persona que se interesan en la JEC: «algunas se acercan con curiosidad, y de modo totalmente legítimo deciden si esto es para ellas o no; pero también viene otro tipo de gente que solo quiere escuchar para responder, para tratar de imponerse».

Identidad y trabajo a distancia

La nueva presidenta de JEC, que lleva vinculada al movimiento desde los 12 años, comienza la andadura con energía. Nunca dejó de asistir a su grupo, en la diócesis de Palencia, pese a estudiar en Burgos, en la Escuela Profesional de Danza de Castilla y León. Ahora compatibilizará sus funciones con un máster en gestión y desarrollo de equipos, en Barcelona. Es positiva al pensar que la pandemia ha enseñado que se puede trabajar a distancia. De momento, pasa en torno a una semana al mes en Madrid, según lo que se la requiera, pero se mantiene en contacto permanente con el resto de la directiva.

La combinación joven-estudiante es trascendental en el seno de la JEC, pese a que España es un país con un importante porcentaje de jóvenes que paran de estudiar al terminar la ESO. En concreto más del 17%, según los últimos datos del Eurostat. «Sin ser estudiante, una persona podría encontrar su hueco entre nosotros, pero hay otros muchos grupos, como Jóvenes Católicos Rurales o Jóvenes Obreros Cristianos, que podrían cuadrar más», resuelve Fernández-Merino, «así que es una cuestión de los medios en los que te mueves y de identidad, que también es importante mantenerla», reflexiona.

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