Alfonso Mendiguchía, actor y dramaturgo palentino
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Alfonso Mendiguchía, actor y dramaturgo palentino
«Los premios son un alimento para tu ego y te abren más puertas»'Von Lustig, el hombre que vendió la Torre Eiffel' es el título de la comedia que el actor y dramaturgo palentino Alfonso Mendiguchía (1973) firma e interpreta bajo el paraguas de Los Absurdos Teatro, una compañía que puso en marcha hace casi quince ... años junto a su socia y pareja, la actriz Patricia Estremera. Ambos protagonizan una obra que este año ha sido candidata a los premios Max en las categorías de Mejor Autoría, Actor y Vestuario y que se representará este jueves, a las 20:30 horas, en el Teatro Principal de Palencia.
-Vasco de sangre, palentino de nacimiento, salmantino de adopción y madrileño por el padrón. Este es el ADN con el que se presenta en la web de su compañía teatral. ¿Mantiene aún vínculos con su ciudad natal?
-Sí, claro. Mis padres viven allí y es el lugar al que vuelvo con frecuencia, sobre todo en fechas señaladas. Me fui de Palencia con 18 años y mis hermanos viven en sitios distintos, aunque procuramos reunirnos toda la familia en Palencia.
-Mendiguchía no es un apellido muy común por estos lares.
-Mi padre desciende de Santander y mi madre de La Rioja y en Palencia las quince familias que se apellidan Mendiguchía somos parientes.
-Supongo que le hará mucha ilusión actuar en su tierra.
-Me hace muchísima ilusión. A pesar de llevar 25 años en el teatro, esta será mi segunda actuación en Palencia. Hace ya años con Los Absurdos Teatro programamos en el Ortega una de nuestras obras y, en esta ocasión, es la primera vez que actuamos contratados por el Ayuntamiento y será nuestro estreno en el Principal. De hecho, solo he pisado este teatro antes de la gran reforma. Después no he tenido oportunidad de volver o no me acuerdo de si he entrado; prácticamente será la primera vez que entre al edificio.
-Aterriza en el Principal con 'Von Lustig, el hombre que vendió la Torre Eiffel'. ¿Qué hace original a esta comedia?
-Le hace original el tema, que cuenta la biografía de Von Lustig, el mayor estafador del siglo XX, y tanto la historia como todos los personajes son reales. Es original también la puesta en escena, en la que recreamos un teatro dentro del teatro, con lo cual toda la tramoya está a la vista y el público es partícipe del proceso teatral.
-Firma el texto y actúa con su socia, Patricia Estremera.
-La compañía, que cumple 15 años en enero de 2025, está formada por los dos. Patricia escribe los montajes dirigidos al público infantil y yo los de adultos. En esta obra, la dirección corre a cargo de Natalia Hernández, y lo cierto es que casi siempre contamos con el mismo equipo técnico. Nos gusta rodearnos de la 'familia'.
-¿Crearon su propia compañía para garantizarse el trabajo y así no estar pendiente de la llamada de productores?
-No somos de los que hemos esperado a que nos llamaran. Cuando nos llaman y la propuesta es interesante, trabajamos con otras compañías o elencos, juntos o por separado. La idea de crear Los Absurdos surgió de forma natural, ya que veníamos de otras formaciones y nos apetecía contar nuestras propias historias, a nuestra manera, y manejar todo de principio a fin, con todas las dificultades que eso entraña, pero también con todas las satisfacciones que nos reporta.
-Esta obra se ha quedado a las puertas de los premios Max 2024 en las categorías de Mejor Autoría, actor y Vestuario.
-Ser candidatos en esas categorías fue una gran alegría porque nunca antes habíamos presentado nuestro trabajo a esta convocatoria después de las casi veinte que hemos firmado y representado. Fue una sorpresa mayúscula estar nominados porque solo tres pasan la criba de un listado de quince o veinte en cada categoría. Fue una gran satisfacción competir con lo mejor del teatro nacional. Sin duda, esta obra ha dado a la compañía una de las grandes alegrías de nuestra trayectoria.
-¿Importan los premios?
-Los premios pueden ser importantes porque recibes el aplauso de una forma explícita por el trabajo realizado, que supone un alimento para tu alma, espíritu y ego y, sobre todo, porque puede suponer firmar más contratos y que se abran más puertas. Con el montaje que se va representar en el Principal ganamos el año pasado el premio Garnacha de Teatro, uno de los más relevantes a nivel nacional. Participar en este certamen es ya un éxito porque se representan ocho obras de lo más granado del país y ganarlo fue maravilloso. Este premio implica que te llamen para la cartelera de otros festivales y así poder seguir trabajando.
-¿Qué mensaje transmite esta función para atraer al público?
-Se la recomiendo a todo tipo de público y a cualquiera que le guste escuchar una historia interesante, divertida y que embauca porque es una especie de película de acción en el teatro. Abordamos con un toque de humor casi todas nuestras historias, a veces deformadas por la realidad o a veces plasmando la realidad. También procuramos que las obras vayan más allá y hablen de algo. En 'Von Lustig' hablamos de la impostura, de las falsas apariencias y de que si antes el 'tener' ya había sustituido al 'ser', hoy en día el 'parecer ser' es lo que ha sustituido a todo; el triunfador es el que parece ser. Escribí este texto en plena pandemia a raíz de ser imputado el duque de Feria por la supuesta estafa de las mascarillas, ya que este tipo entendió que para ser un gran timador primero tenía que ser un gran señor.
-Además de girar con este montaje, está en la agenda teatral de Madrid con otras funciones.
-Además de con Los Absurdos, que tenemos algunas fechas sueltas en Madrid, estoy con el Proyecto 43-2, una compañía de teatro documental, en tres representaciones; he estado en Sevilla con otra de nuestras obras y después me voy a Getxo con la compañía Teatro Corsario, con los que estoy de gira con 'El alcalde de Zalamea' por los teatros clásicos más importantes de España. En estos momentos participo en ocho montajes distintos.
-¿Interpretar distintos personajes en obras contrapuestas en días sucesivos no le trastoca la mente?
-En principio, puede parecer que me trastoque física y mentalmente, pero al final, mágicamente la memoria y el cuerpo responden a distintos parámetros y milagrosamente no mezclamos nada.
-¿Se considera más dramaturgo que actor o viceversa?
-Soy un actor al que le gusta escribir. Empecé a escribir cuando montamos la compañía por necesidad de querer contar lo que nos apetecía. Soy licenciado en Ciencias de la Información en la rama de Periodismo y siempre me ha gustado escribir y he escrito, a medias, con compañeros de otras compañías algún que otro libreto. Y con Los Absurdos surgió de forma espontánea. Me encanta escribir pero, al mismo tiempo, me genera un fuerte dolor cuando me enfrento al folio en blanco. Es un trabajo muy satisfactorio cuando compruebas que al público le gusta lo que escribes. Soy actor vocacional y escritor por accidente.
-¿Qué es el teatro para usted?
-Es mi vida, es lo que soy. Llevo en él 25 años y el teatro es la burbuja que envuelve toda mi vida, marca mi rumbo, mi carácter, mis deseos y contradicciones, todas mis experiencias vitales. Para mí el teatro significa viaje, trabajo, amigos… Y a todo eso se une que llevo una compañía teatral con mi socia, que también es actriz, además de mi pareja.
-En el medio audiovisual, ¿le pirra más trabajar en series que en películas? Se lo pregunto por el volumen de su trabajo, que es mayor en televisión que en cine.
-Soy actor y trabajo donde me llaman. Y el devenir y el enfoque de un actor le lleva a unos medios antes que a otros. Cuando llegué a Madrid, hace 25 años, empecé a trabajar en series y en los últimos ocho años estoy más enfocado en el teatro porque está saliendo mucho más trabajo. Me encantaría que se cruzara entremedias una serie o una película porque hace ya dos años que no intervengo en ningún proyecto audiovisual, pero es complicado porque somos muchos en la profesión y si uno está enfocado a una cosa, descuida la otra. Lo bueno de trabajar en el teatro es que no tengo que esperar a que nadie me llame y lo que tengo claro es que siempre estaré haciendo teatro.
-¿Y aún le queda tiempo para ejercer como profesor en la facultad de Artes Escénicas y Comunicación de la Universidad de Nebrija?
-Sí, surgió de casualidad. Ejercí como profesor durante diez años en la Universidad de Salamanca hasta que me fui a Madrid a raíz de la crisis de 2008. Una compañera de la universidad salmantina que trabaja en la de Nebrija me avisó de que necesitaban a un profesional de dirección de actores que fuera, además, doctor en Comunicación. Allí me presenté y ahí sigo como colaborador desde hace cuatro años.
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