«La posponemos un año, así no nos arriesgamos a anularla de nuevo»

El día de San Antonio iba a ser su día. El 13 de junio era el patrón de su pueblo, de Villoldo, y además era el día que había escogido para casarse con su novia Silvia Diez en el Balneario de Olmedo. Pero la crisis del coronavirus lo ha paralizado todo. La semana pasada, después de esperar cómo se iba resolviendo todo, decidieron anularla. «Hasta ahora habíamos aguantado porque parecía que pillaba lejos, pero van pasando las semanas y esto sigue así», afirma Borja Pastor.

«La posponemos un año entero porque si la movemos a septiembre, nos arriesgamos a que esto pueda empezar de nuevo y haya que volver a anularla», afirma. «Una gracia porque ya lo teníamos todo preparado, así que a cambiar todo. Lo teníamos planeado, este año la boda y al que viene el chiquillo», añade.

Las invitaciones de boda ya estaban hechas y entregadas, al igual que los detalles de boda. Otra cosa que tienen que posponer es la luna de miel, ese viaje increíble que les iba a llevar a Japón, Tailandia y Dubai en una ruta única para celebrar su enlace.

Lo que no quieren es tener que casarse con una ristra de normas de seguridad para evitar el contagio. «Imagínate que en tu día no puedes dar un abrazo ni un beso, ni la mano a tus familiares. Sería celebrar un día único de una forma muy cohibida. Y si te obligan a casarte con mascarilla, pues todas las fotos y todo, pues ya no es igual», reconoce. «Ya tenemos algo que contar a los nietos el día de mañana», añade poniendo un poco de humor. «Y si la separación de las mesas tiene que ser mayor, son 150 invitados y cada mesa es de cuatro». Él, como jefe de cocina de 'Casa Lucio', sabe perfectamente el problema al que se enfrenta la hostelería. «Todos los eventos que no han podido celebrarse, los están pasando a septiembre, así que va a haber un colapso terrible», explica.

Eso sí, no tiene muy claro que los trajes los puedan aprovechar en junio de 2021. «Ya veremos si podemos usar el mismo traje el año que viene porque con el confinamiento estamos cogiendo unos kilos», advierte.

Otro de los problemas a los que se enfrenta Borja Pastor es a tener que repetir la pedida de mano. «Ahora me dice la novia que le haga otra petición de boda, que esta no vale. Te cuesta pedirlo una vez, pues dos ya ni te cuento», concluye.

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