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fernando caballero
Palencia
Martes, 29 de mayo 2018, 10:46
Nació en Jaén en 1958, pero reside en Ávila, donde le acogieron profesional, personal y poéticamente. Periodista de RNE en Ávila, José Pulido ha compaginado esta profesión con una intensa trayectoria poética, que ha cristalizado en los libros 'Donde se escribe el silencio' (1983), 'Viejos ... rituales' (1988), 'La ciudad y la reina' (2000), 'El corazón disperso' (2005), 'Movimiento circular' (2006), 'Los enigmas de la esfinge' 2010), 'La línea de la vida', (2014), 'La metáfora del corazón' (2017) y 'Las bodas de araña' (2018). Pulido participa este martes, 29 de mayo, en los VIII Encuentros con la Poesía, que organiza El Norte de Castilla con el patrocinio del Ayuntamiento de Palencia. El recital comenzará a las 20:00 horas en el salón de actos de la Fundación Juan Manuel Díaz-Caneja (calle Lope de Vega, 2).
–¿Cómo llegó un jienense a Ávila?
–Soy andaluz de nacimiento y mi juventud la pasé en tierras de Toledo, primero en Talavera de la Reina y luego en Toledo, donde fui jefe de Informativos de RNE en Castilla La Mancha. Por motivos profesionales y familiares me trasladé a Ávila, porque mi mujer es de allí. Primero ocupó la dirección de RNE en Ávila y ahora soy responsable de la unidad informativa. Toda mi vida he trabajado en la radio y en RNE.
–¿El perfil poético que ha desarrollado en Ávila lo traía de Andalucía?
–Sí. Empecé a escribir desde muy joven. Me recuerdo escribiendo poemas con 14 o 15 años . En Talavera empecé a escribir de una forma más continuada. Allí creamos un grupo poético de una forma un tanto informal con una serie de poetas jóvenes talaveranos. Los dos primeros libros los publiqué en Talavera. En Ávila es donde he continuado desarrollando mi afición poética, he publicado el resto de los libros, he ganado varios premios literarios y sobre todo hago una labor de difusión, de promoción y de dinamización de la poesía. Soy miembro del consejo de redacción de la revista literaria El Cobaya, que dirige José María Muñoz Quirós y edita el Ayuntamiento de Ávila. También colaboro en un ciclo de poesía que lleva como título 'Los miércoles de la literatura', que también dirige Muñoz Quirós. En mi labor como creador he publicado ocho libros y he tenido la fortuna de ganar el Premio Rafael Morales en Talavera de la Reina, con el libro 'Movimiento circular';el San Juan de la Cruz en Ontiveros (Ávila), con 'La línea de la vida', premio al que le tengo mucho cariño porque lleva el nombre de San Juan de la Cruz y esas son palabras mayores. También conseguí el Premio Luis López Anglada y el Pilar Fernández Labrador, con 'La metáfora del corazón', que se convoca el Salamanca y al que también valoro muchísimo porque está teniendo un crecimiento enorme y una gran participación de poetas hispanoamericanos, que tienen un gran nivel. El último libro que he publicado se titula 'Las bodas de la araña', en la editorial Vitrubio, y es el que presentaré en Palencia.
–¿Cómo ha sido su evolución poética y qué temas aborda?
–He tratado siempre de conseguir una voz personal y reconocible. No dejarme llevar por estilos y por modas, sino por escribir una poesía que tenga una coherencia y una constancia, que evolucione y que mejore. Los temas que he tratado son muy variados. En mi último libro, entro en una poesía en la que hay mucha simbología, mucho interés por el mundo de los mitos y de los números, de las fábulas, una fábula renovada y adaptada al siglo XXI, donde la presencia de los animales sirva para hablar de la condición del ser humano. Abordo también el tema amoroso y las características de la condición del ser humano, el dolor, el tiempo, la alegría... El libro 'La ciudad y la reina' está dedicado a Talavera de la Reina, a su historia y a sus mitos.
–¿Su poesía combina sus raíces andaluzas y la tradición castellana?
–Creo que sí, porque de Andalucía hay una gran influencia sobre todo en el sentido de que es una poesía llena de imágenes, en la que la metáfora tiene un valor muy importante, sin llegar al barroquisimo de la poesía andaluza. Me gusta la poesía que tiene música, que suena bien. La preocupación por la belleza estética de la palabra sí es una influencia andaluza. De la tradición castellana me ha influido mucho, y cada vez más, el misticismo de San Juan de la Cruz, ese mundo interior, de la poesía que trata de decir lo que no se puede decir, lo inefable también, de alguna manera me lleva buscar más ese mundo difícilmente expresable, y creo que la poesía es la que tiene que llegar a esa capacidad de expresar lo que cuesta tanto expresar, los sentimientos, la emoción espiritual. Mi poesía no es mística, pero sí hay un profundo interés por la experiencia espiritual y por tratar de llegar a la capas más profundas del espíritu.
–Según le oigo hablar, su poesía tiene un halo de magia...
–Totalmente. Yo digo que 'Las bodas de araña' es un libro de magia. De hecho, la segunda parte se llama 'Mágicos animales'. La magia tiene mucho que ver con la poesía, en el sentido en que la magia trata de transformar el mundo, de dominar el mundo, y la poesía trata de entender el mundo, de penetrar en su esencia a través del lenguaje, y de alguna manera la poesía también hace magia, porque cuando escribes una imagen, una metáfora, una construcción lingüística llena de creatividad, de emoción, de poesía, logras realmente cambiar el mundo, conviertes en oro lo que tocas.
–El libro 'La linea de la vida' lo escribió tras los atentados a las Torre Gemelas y la crisis. ¿En qué medida la realidad puede influir en la creación de un poeta?
–Mucho. En mi poesía siempre hay un compromiso social con el ser humano, no un compromiso político en cuanto a una ideología concreta, sino un compromiso con el ser humano, con la condición humana, con la dignidad humana. La poesía siempre está hablando del ser humano, y si no habla del ser humano, no vamos bien. En 'La línea de la vida' hay mucha preocupación social en el mejor de los sentidos, preocupación por el ser humano, por nuestros problemas, por necesidad de dignidad, por enfrenarte a la violencia, a la muerte, al dolor...
–¿Qué opina de la poesía que está desarrollándose en Internet y en las redes sociales?
–Que las nuevas generaciones accedan a la poesía me parece bien. La poesía tradicional, la escrita en el soporte papel, de alguna forma también fue una revolución que vino a cambiar lo que hasta entonces había sido la poesía oral, la que cantaban los trovadores y los juglares. Este es otro cambio de soporte y de método para acceder a la poesía. Solamente le pongo un pero a esto, que hay un cierto adanismo en algunos de estos poetas, que parece que acaban de descubrir la poesía, que tratan de romper con la tradición, y la poesía tiene miles de años de tradición. El uso de las nuevas tecnologías no tienen que suponer una ruptura. Toda generación tiene que romper, pero a la vez que se rompe, hay que dar continuidad. No debemos olvidar nuestra tradición literaria, no solo la del siglo XX, sino la de toda la historia de la poesía en la humanidad.
–Las mujeres también están teniendo una mayor presencia en la poesía. Aquí hay otro cambio.
–Responde a la presencia creciente de la mujer en la sociedad, pero siempre ha habido grandes poeta o poetisas –a mí me gusta más la palabra poeta, como a Gloria Fuertes–, desde Safo a Emily Dickinson y a Gloria Fuertes, por poner tres ejemplos de épocas distintas de la historia de la humanidad. El problema es que la mujer ha estado apartada, ignorada, olvidada, y ahora afortunadamente se están incorporando. Esos tres ejemplo demuestran que la mujer es tan buena como el mejor de lo poetas. Que la mujer se incorpore me parece absolutamente normal y además de justicia.
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