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La toalla, el bañador y la crema de sol, junto a un buen libro y el monedero para tomar una caña bien fría. Ya está todo listo para pasar un buen día de piscina. Este puede ser el plan de muchos palentinos que acuden diariamente ... a zambullirse, a nadar, a huir del calor y a disfrutar del baño y de un rato agradable sin salir de la capital. El pistoletazo de salida del periodo estival y de la época 'piscinera' fue el mismo día en Palencia, el 21 de junio, donde la lluvia arruinó y pospuso los planes de muchos. Pero, desde ese día, cientos de palentinos han optado, empujados por el buen tiempo y por las ganas de disfrutar, por bañarse en una de las tres piscinas municipales. Tanto es así, que un mes y poco después ya se han superado el número de entradas con respecto a 2020. Había ganas de chapuzones, de eso no hay ninguna duda.
También es verdad que el año pasado fue un año distinto para todo. Era el verano de pandemia -aún lo sigue siendo-, casi recién salidos del confinamiento domiciliario y aún con las vacunas como una utopía lejana. El respeto por el virus, el miedo al contagio, limitaron mucho a los bañistas, en un verano en el que pocos se fueron de vacaciones, ya fuera por la propia covid o por la crisis económica derivada de la misma.
Entre las tres piscinas municipales (Sotillo, San Telmo y el Monte), el año pasado se vendieron a lo largo de todo el verano un total de 28.241 entradas. En este esperanzador 2021, con mucha población ya vacunada, pero sin perder de vista la virulencia del virus y sus variantes, desde el 21 de junio (que no fue nadie por el tiempo) hasta el 26 de julio, a principios de esta misma semana, se habían vendido 33.086 entradas. Casi cinco mil más sin haber terminado julio o lo que es lo mismo, un 17,2% más de bañistas que en todo el 2020.
«Estos datos siguen estando lejos de un verano normal, pero hemos tenido días de llenos en las tres piscinas, donde hemos tenido que colgar el cartel de 'No hay aforo'», señala el concejal de Deportes, Víctor Torres. «Pero las colas y las esperas, como fluctúan mucho entre entradas y salidas, han sido cortas. Igual ha llegado una persona y ha esperado veinte minutos porque al poco ha salido un grupo. No ha habido grandes esperas», añade.
Cierto es que un año normal, uno anterior a la llegada de la covid, sin mascarillas, sin contagios, sin ingresos y con libre movimiento ante la ausencia de este virus, las entradas de todo el verano superaban las 81.000. «Sí que esperábamos superar lo del año pasado y llenar algún día también. El año pasado no se llegó al lleno ningún día porque había más miedo, más incertidumbre y este año al tener mucha población vacunada, parte de los usuarios, que son gente de mediana edad, acuden más personas diariamente», argumenta Torres.
Ya antes de que se abrieran las tres piscinas municipales, las ganas de los palentinos de agua, de verano y de chapuzones, se veía venir. Y es que desde que se anunció la apertura de las mismas, antes de que se abrieran, se contabilizaron más de 3.000 tarjetas ya activas -con entradas y bonos-. La piscina más demandada sigue siendo el Sotillo, la que más aforo tiene. Y la que más veces se está llenando este verano es San Telmo que es, sin duda, la más pequeña de las tres.
Los precios de abonos y entradas se mantuvieron los del año anterior. Así, el abono individual va desde los 2,50 euros de adulto -1 euro, niños- hasta los 94, 35 euros que cuesta el de toda la temporada -36,20 euros el de niños-. Existen los abonos mensuales también y los bonos con un número concreto de baños. También están disponibles los descuentos para familias numerosas, carnet joven, mayores de 65 años, personas con discapacidad y desempleados de larga duración. «Los que tenían bonos del año pasado, al no haber modificado las tasas en las ordenanzas no tenían que hacer ningún cambio. Entonces, los que tenían un bono y les quedaban diez baños, por ejemplo, pues han podido y pueden usarlos este año», señala el edil de Deportes.
Algo que el año pasado fue imposible y este año, gracias a que la situación de la covid (a pesar del azote de la quinta ola) está más controlada, sí se está pudiendo llevar a cabo es la venta de entradas en taquilla, en las propias taquillas de las piscinas. «El año pasado era exclusivamente con el carnet. Este año como eran más flexible las situaciones sanitarias, sí que hemos permitido sacarlo directamente», explica.
Algo tan sencillo como comprar un ticket en una taquilla, era impensable en 2020 y este año se puede hacer perfectamente. La entrada de venta de bonos y entradas está al 50%. Como la mayoría de usuarios ya tenía el carnet del Patronato y sabían recargar las entradas, hay mucha gente que va con entradas diarias ya sacadas y otros que van con los bonos recargados.
Los socorristas, dieciséis entre las tres piscinas, tiene trabajo extra en estos veranos de pandemia. «Es verdad que en un año sin covid su trabajo se limita a vigilar y que no haya ninguna desgracia. Pero en estos años con covid, también están pendientes de vigilar a la gente que está más junta, preguntar si son convivientes y si no lo son, pedirles que se separen», analiza Torres.
Como todo, hay días y horas donde se incrementa la concentración de los bañistas, que obliga a estar aún más atentos o incluso reforzar los puestos. «En el Sotillo, que tenemos la piscina mediada y la grande, a veces es necesario poner otro para controlar. Hay un número total de socorristas, pero si alguna zona está más recargada se van rotando», añade.
En principio, la piscina que cuenta con más socorristas es el Sotillo con ocho, seguida del Monte que tiene cinco y la más pequeña, la de San Telmo, cuenta con tres, para que el día de chapuzones transcurra en paz. «Sí que tenemos vigilantes de seguridad en el Monte y el Sotillo por las tardes, que son más grandes y es cuando más gente va», incide Torres.
Los vestuarios, limitados a necesidad extrema el año pasado, pueden utilizarse con distancia de seguridad y el gel sigue estando disponible para lavarse las manos. «La gente está concienciada y sí que respeta las medidas», sentencia.
El perfil de los bañistas, de los que han ido comprando a lo largo del verano alguna de las 33.086 entradas, es muy variopinto. «Suelen ir familias con niños pequeños, grupos de jóvenes o señoras de 60 o 65 años, que van allí a pasar el día», analiza Torres. Sin duda, un buen chapuzón es perfecto para afrontar un día de intenso calor en este verano palentino.
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