Como cada verano, ya es tradición mirar al mercurio durante el mes de julio y ver cómo este supera los 35 grados de temperatura. Aunque estos meses estivales están siendo más livianos que los del año anterior, lo cierto es que Palencia se encuentra inmersa ... en la segunda ola de calor, que ha vuelto a disparar los termómetros.
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Hasta 37 grados se alcanzaban este martes y miércoles, lo que ha obligado a aquellos que permanecen en la ciudad y todavía no se han ido al pueblo o de vacaciones a buscar una alternativa para poder sobrellevar el calor. Una de las opciones son las piscinas municipales, y la del Sotillo ha llegado a registrar hasta 1.200 usuarios en solo una jornada.
Los palentinos no se lo han pensado y han agarrado la silla y la nevera para irse a pasar el día, en el mejor de los casos, o la tarde a remojo. En el agua es donde mejor se puede estar con este calor y así lo demuestran todos aquellos que han colocado su toalla en el césped durante estos sofocantes días.
Hay quien repite de forma diaria, haga más calor o menos, y hay otros que solo lo hacen en los días en los que el sol aprieta, en cualquier caso, todos ellos han protagonizado una de las estampas ya habituales en el verano palentino, la de la piscina del Sotillo completamente llena y con cientos de personas disfrutando dentro y fuera del agua. Es el caso de la familia de José Miguel Fernández, que acude diariamente con su mujer y sus dos hijos desde hace un cuarto de siglo durante el verano. Les gusta y está muy cerca de su casa, además, sus hijos han hecho ya amigos y cuentan con su propia 'pandilla'. A pesar de ello, sí que reclaman algunas mejoras. «Los vestuarios no tienen denominación. Hay muchas cosas que mejorar, llevamos años quejándonos y no mejora nada. La zona de baño está muy bien, pero el césped no», destaca la familia, que de lunes a viernes pasa la tarde al Sotillo mientras que los fines de semana también comen en las instalaciones.
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En este tiempo han hecho amigos y son conocidos de otros palentinos que también acuden con asiduidad, como es el caso de la familia formada por Pilar París, su hija Natalia García y sus nietos Alma Andrés y Manuel Andrés. Todos ellos pasan las tardes del verano en esta piscina a pesar de vivir en el barrio del Cristo. «Hasta que no hagan una más cerca, vendremos», asegura París, quien coincide con el resto de los usuarios en la dejadez de algunas de las zonas comunes, aunque eso no les impide disfrutar de una agradable tarde en compañía familiar.
«Cuando venimos, lo primero que hacemos es bañarnos, luego merendamos y jugamos a las cartas o al parchís», agrega la familia. Aunque no haga calor, ellos no faltan a su cita, «el verano es el verano y es de piscina», destacan.
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Aunque no todo el mundo lo hace en compañía, Sergio Díez lo hace solo cada día buscando poder tomar el sol y disfrutar de un rato agradable mientras, por ejemplo, se come un helado de hielo. Así es habitual verle tarde tras tarde, se ha sacado el bono por un precio de 65 euros, y su intención es poderlo amortizar. «Me gusta mucho tomar el sol, si calienta mucho, me pongo el sombrero y luego me baño o me remojo con los chorros. La verdad es que esta piscina está muy bien, nunca había venido, iba al Monte o a Villalobón pero esta última se ha saturado demasiado. He probado aquí y me encanta, se está muy bien», destaca Díez.
Seguridad
Una piscina tranquila que no da grandes problemas, explica una de sus responsables de seguridad, Aurelia Antolín, quien trabaja tarde tras tarde vigilando que todo transcurra con normalidad, sin ningún incidente. «Lo máximo que solemos hacer es quitar balones o neveras rígidas, que están prohibidas, pero no es gran problema», afirma. «Es bastante tranquilo, a la gente le suele molestar la música alta, hay que mandar bajarla, pero bueno, son cosas leves que se solucionan con sentido común y si la gente las comprende, son muy subsanables», agrega Antolín, quien también ha tenido que intervenir para asegurar el cumplimiento del uso obligatorio de gorro para bañarse.
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La necesidad de protegerse
Los farmacéuticos, que son el sanitario más cercano, destacan que la concienciación sobre la importancia de mantener medidas de seguridad frente a las olas de calor ha calado en la población, por lo que no es necesaria una divulgación. A pesar de ello, siguen velando por el bienestar de los pacientes, sobre todo, personas mayores y vulnerables.
Javier Font, titular de la farmacia de la avenida de Asturias, sostiene que «por norma general, la gente tiene cuidado, sobre todo gente mayor y niños, aunque siempre hay algún caso de insolación. La crema solar se vende, sobre todo, antes, al comienzo del verano; a estas alturas la gente está muy preparada», explica. En este sentido, «la crema solar no te protege de una ola de calor, sino que te protege del daño que el sol hace en la piel, pero otra cosa es la temperatura alta que te provoca un golpe de calor», agrega el farmacéutico.
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Los medicamentos fotosensibilizantes pueden aumentar la sensibilidad de tu piel a la luz solar, lo que puede provocar quemaduras solares o reacciones cutáneas, explica Ana Deza, presidenta del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Palencia.
La farmacéutica recuerda algunos consejos para protegerse del sol como el uso de protector solar en cantidad generosa durante todo el año, incluso los días de nublado y replicando esta aplicación cada doras horas, así como evitar la exposición solar directa permaneciendo a la sombra durante las horas de mayor intensidad solar, generalmente entre las diez de la mañana y las cuatro de la tarde.
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También es conveniente, recalca Deza, usar gafas de sol y sombrero protegiendo tanto los ojos como el cuero cabelludo de la luz solar directa. Mantener la piel hidratada ayudando a mantener la barrera cutánea, vigilar la piel estando atento a cualquier cambio y, por supuesto, evitar cualquier tipo de bronceado artificial.
Este último factor preocupa especialmente al sector sanitario ya que en los últimos tiempos se ha puesto 'de moda' esta práctica. Por eso, los farmacéuticos recuerdan que la luz ultravioleta que utilizan estos tratamientos también puede ser perjudicial cuando se toman medicamentos fotosensibilizantes. Además, es recomendable consultar con el médico o farmacéutico los posibles efectos secundarios de los medicamentos. Algunos fármacos de uso extendido como el Ibruprofeno o el Omeprazol además de los diferentes tratamientos hormonales pertenecen a este grupo, por lo que hay que prestar especial atención en caso de tener este tratamiento.
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