Piden dos años de cárcel a la dueña de un bar de Aguilar por los ruidos en su terraza

Los hechos se remontan al verano de 2014, cuando abrió el negocio de hostelería y, según la Fiscalía, desde el principio comenzaron los ruidos en la terraza del establecimiento hasta el punto de que un procedimiento civil en 2017 concluyó con el cierre parcial de esa terraza y el horario de cierre de la misma a las 21:30 horas.

La propietaria del bar ha manifestado este jueves en la vista oral que en la terraza de su negocio «no ponemos música», que solo hay música en el interior y que la puerta de acceso a la terraza solo se abre «cuando pasa la gente», que instaló en la terraza un toldo de tela grueso «que mitiga el ruido» y carteles «para limitar las conversaciones y risas» y que el bar está completamente insonorizado. También aseguró que en esa terraza solo se han llevado a cabo dos conciertos, uno por el aniversario del bar y otro en las fiestas de San Roque, que en la terraza solo hay seis mesas con capacidad para unas 24 personas, que siempre ha respetado el horario de apertura y que ha intentado llegar a acuerdos con el matrimonio denunciante «a través de mi abogado».

«Otros vecinos me decían que descansaban perfectamente y que tirara para adelante con el negocio», ha subrayado la acusada, que ha insistido en que «nadie me trasladó que causara graves perjuicios para la salud a esta señora». «Algunos vecinos de la comunidad que firmaron un escrito por las molestias me han dicho que lo hicieron por no ponerse en contra de esta señora», ha agregado M. M., que ha insistido en que no ha tenido ningún expediente del Ayuntamiento de Aguilar ni de la Junta».

Por su parte, uno de los denunciantes, L. A. C. M., ha insistido en que denunciaron a M. M. «por los ruidos de la gente en la terraza del bar» y que, en la actualidad, la terraza «sigue ocasionando molestias por el ruido de la gente y la música que sale del interior del local», si bien ha apuntado que se cumple con el horario de cierre de la terraza a las 21:30 horas, «aunque se retrasa algo».

«Hemos llamado a la Guardia Civil incluso a las 3:00 de la mañana por las voces de personas. No puedo descansar, mi mujer ha llamado en varias ocasiones por los ruidos y la contestación que ha dado la propietaria era 'señora, esto es un bar'. Mi mujer está sometida a un tratamiento médico y yo he tomado medicación durante tres años», ha asegurado L. A. C. M., que en 2017 impulsó un documento firmado por vecinos de quejas por ruidos «que se mandó al Ayuntamiento». Sin embargo, el letrado de la defensa ha afirmado que otros propietarios de esa comunidad no firmaron ese escrito y tienen ventanas que dan a la terraza, y que hay más edificios de esa calle y otra colindante que han firmado un documento en el que afirman no sufrir molestias.

«A mi vivienda han ido en cuatro ocasiones a medir los decibelios, la primera de ellas en abril de 2017, y se comprobó que no se respetaban los límites de ruido marcados por la legislación», ha añadido L. A. C. M., que ha matizado que la dueña del negocio ha intentado negociar con los vecinos «pero era un cerramiento retráctil y no aceptamos».

«Las molestias vienen desde que empezó la terraza, ponen música dentro y se oye con la puerta abierta de la terraza. Afecta a mi descanso, estoy en tratamiento desde un poco depués del inicio de la actividad hostelera», ha asegurado por su parte M. T. M. A., esposa de L. A. C. M. y también denunciante.

Posteriormente, han declarado varios testigos, entre ellos un vecino hermano de la denunciante que, a pesar de llevar audífonos, ha declarado que «hay ruidos que me revientan la cabeza», o una vecina que trabajaba como panadera, que ha asegurado que la terraza nunca le ha impedido el descanso y que, cuando iba a trabajar a las 4:00 horas, nunca había actividad en el bar. También han comparecido un técnico pericial propuesto por la acusación particular, que ha asegurado que todas las mediciones practicadas en la vivienda de los denunciantes superaban los límites, y una médico forense.