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Le piden 17 años por detención ilegal y agresión sexual continuada a su exparejaLa Audiencia Provincial de Palencia juzgará el próximo 27 de enero a un hombre, D. F. T. L., de 38 años, para quien el Ministerio Público pide una pena de quince años de prisión por un presunto delito de detención ilegal en concurso medial con ... un delito continuado de agresión sexual y con un delito de robo con violencia, y una pena de dos años de prisión por un presunto delito contra la integridad moral. La primera de las penas solicitadas por la Fiscalía lleva aparejada la prohibición de aproximación a la víctima a una distancia inferior a 200 metros y de comunicación con ella por tiempo de diez años, así como la medida de libertad vigilada por otros diez. La segunda, la prohibición de aproximación a la víctima a una distancia inferior a 200 metros y de comunicación con ella por tiempo de cinco años. Además, el Ministerio Público solicita para el acusado una indemnización de 21.029 euros a la víctima por las lesiones, los efectos sustraídos y daños morales.
Según el escrito de la Fiscalía, el acusado mantuvo una relación sentimental con convivencia con A. M. K. desde mediados de 2012 hasta febrero de 2020. La relación finalizó en esa fecha por decisión unilateral de la mujer, no estando el acusado conforme con el fin de la misma. Así se lo hizo saber de forma insistente, principalmente mediante infinidad de mensajes de todo tipo, pero también de forma personal cuando acudió al bar en el que trabajaba la mujer. En estas comunicaciones, el acusado la hizo sentir culpable por la decisión adoptada, llegando a crear a A. M. K. tal sensación que llega a ceder y accede a pasar tiempo con él.
Precisamente motivada por este sentimiento de culpa, A. M. K. prometió al acusado pasar con él el 12 de septiembre de 2020, día de libranza, y acudió a mediodía al domicilio de este, situado en una localidad de la comarca de Tierra de Campos.
La mañana del 12 de septiembre de 2020, nada más llegar, el acusado le pidió a A. M. K. la entrega de su teléfono móvil con la excusa de que no le llegaban los mensajes. La mujer se lo dejó pero inmediatamente y tras indicarle al acusado que estaba cansada, este la echó en cara que «seguro que estás cansada porque habrás estado toda la noche follando con otro». De acuerdo con la versión de la Fiscalía, la mujer le pidió la devolución del teléfono y el acusado, tras negarse en un principio, terminó dándoselo, pero acto seguido se lo arrebató de la mano. La cogió del brazo y la llevó a otra habitación, donde insistió en que le diera la contraseña del móvil y así poder observar las conversaciones mantenidas por A. M. K., terminando esta por proporcionársela. En ese momento, la mujer intentó pedir ayuda mediante el botón SOS de su reloj, pero el acusado se dio cuenta y también se apoderó de él. Salió entonces de la habitación para cerrar la puerta de la calle con llave y bajar todas las persianas.
Al volver a la habitación, el acusado interrogó a la mujer sobre las conversaciones que observó en el teléfono móvil de ella. A sus respuestas, la golpeó con bofetadas y golpes en la cara. En esta tesitura, el acusado empezó a quitarle los pantalones a la mujer, que se opuso, pero el acusado volvió a golpearla de modo que la mujer, a fin de evitar males mayores, dejó de resistirse. El acusado le introduce los dedos en la vagina e inmediatamente la penetró vaginalmente. La mujer intentó de nuevo resistirse pero, ante los nuevos golpes del acusado, dejó de oponerse con la única intención de que todo acabara cuanto antes.
Durante toda la tarde del 12 de septiembre de 2020, el acusado mantuvo a la mujer en la cama desnuda. En ese tiempo, siguió el interrogatorio en relación con las conversaciones que constaban en el teléfono móvil de la mujer. Asimismo, continuaron los golpes con la mano abierta en la cara, si bien en una ocasión, el acusado la cogió de la pierna y la tiró de la cama, y en otra, la golpeó con una toalla. El acusado insistió en preguntarla «por qué me has hecho esto, por qué me has dejado por otro». A lo largo de esa misma tarde, el acusado, en dos momentos distintos, la penetró vaginalmente y le introdujo los dedos en la vagina, mientras continuaba diciendo «por qué me has hecho esto, por qué me has dejado por otro».
Cercana la noche, el acusado y la mujer fueron al salón, ella seguía desnuda y allí continuaron las preguntas y las agresiones, consistentes en bofetadas y golpes con una correa del perro en las piernas.
«Llegado el momento de acostarse, el acusado le indicó a la mujer que iba a dormir en la calle y, efectivamente, tras darle una camiseta como única prenda de vestir, la obligó a salir a la terraza. Al cabo de cinco minutos, la dejó entrar en el salón, insistiendo en que eso era poco por lo que le había hecho», detalla el fiscal en su escrito.
Se trasladaron ambos al dormitorio y se tumbaron en la cama. El acusado retomó las preguntas y los golpes y, en un momento determinado, se sentó con el muslo en el cuello de la mujer, impidiéndole respirar. En este tiempo, el acusado le indicó que le realizara una felación y, a la vista de las circunstancias, la mujer así lo hizo.
En la mañana del 13 de setiembre de 2020, sobre las 6:00 horas, cuando ambos se despertaron, el acusado volvió con el interrogatorio a la mujer. De nuevo y por última vez la penetró vaginalmente, alegando ella que le dolía, dejándole el acusado vestirse y permitiéndole salir para ir a su domicilio, situado en otra localidad de Tierra de Campos.
Sin embargo, lejos de dejarla ir sola, la acompañó y se trasladaron en el vehículo de la mujer. Cuando llegaron a la localidad, ambos subieron a la vivienda y, sobre las 11:00 horas, preocupado por la mujer, se personó en el lugar C. R. P., que llamó al telefonillo. El acusado le impidió a la mujer que dejara subir al domicilio al hombre, que insistía. Sobre las 12:00 horas, ella logró abrirle la puerta del portal y cuando C. R. P. subió, ella pudo escapar. El acusado no devolvió a la mujer el móvil y el reloj que le había arrebatado en la tarde del 12 de septiembre de 2020, valorados ambos en 729 euros.
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