Las personas con discapacidad intelectual buscan en las oposiciones una salida laboral

Tampoco es fácil decidirse cuando las oportunidades son pocas. Desde 2012, cuando se celebró la primera convocatoria específica para personas con discapacidad intelectual, se han ofertado 711 plazas para la Administración General del Estado, y presentado a los exámenes más de 13.000 aspirantes en toda España, por lo que acceder a una plaza de estas características es «muy complicado», asegura Laura Carrasco. «Y más aun en provincias pequeñas como Palencia, donde se convocan una o dos plazas al año», continúa. En 2022 solo una y este año 2023 ninguna.

Sin embargo, en la Fundación San Cebrián, que lleva más de 40 años trabajando para mejorar la vida de las personas con discapacidad intelectual y de sus familias, tenían claro que las capacidades siempre son diferentes y que facilitar las herramientas para aprobar una oposición era un camino por el que había que transitar para poder hablar de plena inclusión laboral de las personas con discapacidad intelectual.

Por eso, desde hace cinco años, entre sus itinerarios de formación para el empleo incluyen uno para ayudar a las personas con discapacidad a preparar oposiciones. «A la Fundación llegan muchas personas perdidas, que quieren trabajar pero no saben muy bien qué hacer», explica Laura Carrasco. «Nosotros les hacemos una serie de entrevistas y vamos enfocándoles hacia la salida laboral más adecuada», continúa. Son itinerarios personalizados porque es el proyecto de vida de cada persona el que marca el camino y ellos tratan de orientarles hacia un oficio o a la formación para que puedan insertarse en el mercado laboral.

Ese es el objetivo de todas las acciones formativas que realizan para favorecer la inserción laboral de las personas con discapacidad intelectual, ya sea en talleres de competencias digitales para el empleo, habilidades sociales o informática básica, en el curso de auxiliar de monitor de ocio y tiempo libre, o en la preparación de oposiciones. Además de la formación, como señala la coordinadora, los itinerarios contemplan desde la orientación laboral hasta la intermediación con las empresas, la realización de prácticas y el apoyo en el puesto de trabajo.

Actualmente se están impartiendo dos programas de itinerarios formativos para personas con discapacidad (uno para menores de 30 años y otro para mayores de esta edad) en los que participan 45 personas mayores de 30 años y 25 usuarios menores de 30 años, con una inserción laboral del 8% entre los mayores y del 20% entre los menores.

En el caso de la formación para oposiciones han participado medio centenar de personas en estos cinco años, la mayoría de menos de 25 años, con estudios de ESO y alguno con FP Básica. Y muchos de ellos han participado en otros cursos de formación para el empleo en la fundación antes de decidirse a preparar la oposición. «Muchos empiezan y lo dejan, otros vuelven, es un poco intermitente», precisa Carrasco. En la última convocatoria han participado en la formación unas 15 personas de forma constante, y cinco han aprobado el examen, pero solo una, Sara García, ha logrado superar exámenes y méritos y sacar una plaza para trabajar en la Administración General del Estado, concretamente en la Subdelegación de Defensa de Palencia.

Exigencia mayor

Algo que no es nada fácil, porque el nivel de exigencia en provincias pequeñas como Palencia es mucho mayor. «Aquí tienes que sacar un 10 en el examen, sí o sí», afirma Laura Carrasco. Esto es así porque en Palencia hay menos organismos estatales y por tanto se convocan menos plazas. «Aquí hay que responder bien todas las preguntas. Hay que sacar un 10, cosa que no sucede en Madrid o Barcelona donde se convocan 90 o 50 plazas y muchos opositores pasan con un 6», precisa la coordinadora. Ese ha sido el caso de la última convocatoria, la de 2022. En Madrid había 90 plazas y en Palencia solo una. «Por eso hay personas que han sacado más nota en Palencia que otras en Madrid pero se han quedado sin plaza mientras que en Madrid con esa nota sí habrían entrado», continúa. De las cinco personas que aprobaron en Palencia, cuatro se han quedado fuera ya que solo había una y para conseguirla, además cuentan otros méritos, como la experiencia laboral y académica.

Por eso es tan complicado, insiste Laura Carrasco, que señala las dificultades que tienen las personas con discapacidad intelectual para acceder a una plaza pública desde una provincia pequeña donde apenas se convocan plazas. Además, hay que tener en cuenta que para ellos, la movilidad no siempre es posible y por eso es tan importante poder concurrir en su propia provincia ya que no todos están preparados para desenvolverse en otra provincia que no sea la suya, ni pueden renunciar a los apoyos que tienen cerca de casa y de su familia.