«Nos da mucha pena que haya muerto así»
Muerte en soledad ·
Los vecinos del hombre que llevaba dos semanas fallecido cuando fue hallado en su casa de Palencia se muestran consternados por el sucesoMuerte en soledad ·
Los vecinos del hombre que llevaba dos semanas fallecido cuando fue hallado en su casa de Palencia se muestran consternados por el sucesoLuis acudía cada día a la Cafetería La Huerta de la capital palentina. Pedía su cafelito y allí pasaba la tarde, jugando al mus o al tute. Lo de menos era cantar las cuarenta o hacer la señal de duples altos al de enfrente. ... Lo verdaderamente importante de aquella partida era pasar una tarde entretenida en un ambiente que le hacía sentirse como en casa. No en vano, La Huerta está ubicada a escasos 30 metros de la vivienda en la que residía. Pero todo cambió con la llegada del coronavirus. Este hombre, como tantas otras personas, dejó de frecuentar la cafetería desde la irrupción de la pandemia y los que le veían a diario, tomando su café y echando la partida, dejaron de verle de repente.
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Hacía mucho tiempo que este hombre de 63 años no se sentaba en torno a un tapete verde en aquella mesa de la cafetería en la que tanto había disfrutado en el pasado y, lamentablemente, ya no podrá hacerlo más. Agentes de la Policía Nacional encontraron en la noche del domingo el cuerpo sin vida de Luis J. G. R. en su domicilio de la calle Rizarzuela en esquina con la avenida Manuel Rivera de la capital palentina. Falleció por causas naturales, aunque sin que haya trascendido si por contagio o no de covid. Al parecer, el hombre, que tenía patologías de riesgo y vivía solo, llevaba más de dos semanas fallecido en su casa y fueron unos familiares los que dieron la voz de alarma.
Luis se había dedicado al sector de la construcción y, según indican sus vecinos, «era un persona educada, solitaria, a la que nadie visitaba». Su vecina de la puerta de enfrente, Damaris, asegura que eran conscientes de esta situación y que por esa razón brindaron su ayuda a Luis cuando pensaban que más la podía necesitar: en el momento de mayor incidencia de la pandemia. «En el confinamiento, mi madre se acercó a hablar con él y le dijo que si necesitaba que fuéramos por él a hacer la compra o cualquier cosa, que le podíamos ayudar en lo que necesitara. Le dio las gracias, pero nunca nos pidió nada», explicaba ayer su vecina, que hace unos días se extrañó porque llevaba días sin ver a Luis. «Le echamos en falta. Llevábamos días sin verle abajo y en casa hablamos sobre qué podría pasar con el señor de enfrente», relataba esta mujer.
Damaris ya no volverá a cruzarse por la escalera con Luis y los clientes de la cafetería La Huerta le echarán en falta para jugar al tute o al mus, juegos para los que se necesita la intervención de cuatro jugadores, un número que cada vez cuesta más recabar entre los que siguen acudiendo a los establecimientos hosteleros para jugar la partida.
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Según datos del INE, el 21,5% de las mujeres de entre 65 y 74 años vive sola, al igual que el 34,1% de las de 75 a 84 años y el 42,3% de las mayores de 85. Para los varones, los porcentajes son los siguientes: el 12,2% para el grupo de 65 a 74 años, el 15,3% para el de 75 a 84 y el 21,8% para los mayores de 85. Luis murió solo y son muchos los que, como él, acaban sus días en soledad. Una esquela en su portal anunciaba ayer su muerte y sus vecinos se mostraron consternados por esta pérdida. «Nos da mucha pena que la vida de este señor haya terminado de esta manera, que haya muerto así», sentenciaba Damaris.
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