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Alumnos y personas con discapacidad desfilan este miércoles en el campus.

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Alumnos y personas con discapacidad desfilan este miércoles en el campus. MARTA MORAS

Una pasarela sostenible y diversa en La Yutera

Los alumnos de Educación Social luchan por una industria de la moda menos agresiva con el medio ambiente y más inclusiva con todos los colectivos

laura linacero

Jueves, 5 de mayo 2022, 06:58

Cuerpos diverSOS, moda SOStenible'. Este es uno de los lemas que los estudiantes del grado de Educación Social han utilizado para ensalzar la diversidad y arremeter contra una industria especialmente contaminante. Un mensaje de auxilio que exige una concienciación por parte de la población para entender la repercusión de los grandes grupos textiles y acabar con los férreos cánones de belleza.

Así, a través del proyecto Más Social, estudiantes y profesores pusieron este miércoles en marcha el primer desfile sostenible y protagonizado por cuerpos diversos en Palencia. «Creemos que es necesario romper con los estereotipos del cuerpo que siempre se exponen y ejercen mucha violencia simbólica contra la mujer« explica Alicia Adán, estudiante de segundo curso del grado de Educación Social y organizadora de la actividad.

Una iniciativa que nace en el seno del comité del grado, pero en el que los alumnos participan activamente para hacerlo realidad. «Hemos diseñado este proyecto para dinamizar el espacio académico del propio campus y son los alumnos los que se movilizan y lo hacen posible», añade Sonia Ortega, coordinadora de Educación Social. Con la participación del alumnado como impulso y la sociedad consumista como objetivo, la facultad de Educación pretende poner fin a las excusas extendidas entre la ciudadanía. «Estamos ante la industria más contaminante del planeta», lamentaba José Miguel Gutiérrez Pequeño, profesor de Educación Social.

Las calles del campus se transformaron durante un día en auditorio para un especial desfile de moda

Y así, dieciséis personas se han convertido en modelos por un día para reivindicar que «la belleza no es exclusiva de las pasarelas, las revistas y los maniquíes; y la industria de la moda tiene que reivindicar su frenesí».

En ese desfile han participado tanto alumnos del grado de distintos cursos, como personas con discapacidad para visibilizar cuerpos reales y diversos. Algunas asociaciones como Mundo Azul Palencia, Asdopa o Azacán han colaborado con la causa y han hecho partícipes a personas con síndrome de down, con movilidad reducida y de una edad más elevada. Entre los aplausos de los asistentes y vítores que no pasaban inadvertidos, circulaban en parejas o de uno en uno los modelos con ropa sostenible para mostrar que la inclusión no pasa de moda.

Malestar personal

«La moda es para todos, para todos los cuerpos y todas las culturas», añadía Judith Quintano, profesora y coordinadora del proyecto. Además, lanzaba un mensaje de aceptación para todas las personas que no se sienten identificadas con esos estereotipos extendidos, pero minoritarios en la calle. «Se está convirtiendo en una industria que general mucho malestar personal, emocional y psíquico y hay que acabar con ello», explicaba la profesora.

Poner fin al discurso discriminatorio de la moda y favorecer además al medio ambiente es el foco de la iniciativa, que también contaba con un pequeño mercado que llamaba la atención de estudiantes de otras facultades. Especialmente curioso era un puesto organizado por los propios alumnos donde el trueque era el método de pago. «La idea es traer prendas e intercambiarlas con las que tengamos en el puesto, y si en el momento no le gusta ninguna le damos una pinza y puede venir en cualquier momento a cambiarlo porque puede que haya ropa distinta», explicó Alba Nieves, alumna de tercer curso de Educación Social. Una vuelta de tuerca al mercado que busca dar esa salida a ropa que aún le queda vida para vivir en muchas vidas. «Nos propusimos actuar en base a la sostenibilidad», confirma la joven.

Tal es la implicación, que han sido los propios estudiantes los que se han puesto en contacto con pequeños comercios de la ciudad que trabajan con ropa sostenible. «Es una manera de dar una segunda vida a la ropa y dar a conocer las posibilidades en la zona», apunta Alba Nieves.

Así, Mara Maté se ha animado a exponer las prendas que tiene en la tienda vintage de su madre para poner en valor la ropa de segunda mano. «Ya hay mucha producción, y no hay mejor forma de reciclar que usar lo que ya está hecho», añade. Con ropa vintage y respetuosa con el medio ambiente, animaba a los consumidores de moda a dar una oportunidad a este estilo más ecológico. «Todo lo que tenemos intentamos que contamine lo menos posible», asegura.

Y con este objetivo de colaborar en el consumo responsable, nace también Moda Re-, un proyecto de Cáritas enmarcado en la economía social, que busca generar empleo para personas en situación de riesgo de exclusión mediante el reciclaje y el tratamiento textil. «En Palencia tenemos distintos contenedores en colegios, parroquias y otros centros, además de en municipios de la provincia donde la gente puede depositar la ropa», explica Laura Espina, técnico de acompañamiento. Una vez recogida esa ropa, personas que necesitan esa integración laboral se encargan de la selección. «Es una empresa sin ánimo de lucro cuyo objetivo es meramente social», apunta Espina. Una razón más para colaborar con la moda sostenible que «contribuye a generar empleo, cuidar el medio ambiente y apoyar en la dignificación de la entrega de ropa a personas y familias que lo necesitan».

Gran mercado

La plaza de la Yutera se convertía así en un mercado solidario con el entorno y con la sociedad y en un escaparate de realidad. Una iniciativa inclusiva que, aunque este es el primer año que se hace, no será el último. «La idea es que se pueda repetir muchos años, ya no solo por el mensaje que se transmite, sino porque ayuda a los alumnos a colaborar juntos», señalaba Sonia Ortega. Desde luego, los organizadores ya tienen sucesores que prometen continuar el legado de la inclusión.

«Visibilizar todo tipo de cuerpos y entender la importancia de dar una segunda vida a la ropa es necesario», apuntaba Malena Martínez, estudiante de primero de Educación Social que no descarta unirse al proyecto en la segunda edición. Tan necesario como extender la pasión por la moda sostenible a todos los colectivos. «Esa inclusión era nuestro objetivo, por eso también hemos contado con mediación comunicativa en lengua de signos para los asistentes que lo necesitasen, para que la información llegase todas las personas», concluía Judith Quintano.

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