Pasapalabra, bingo y bolos para mayores y niños con autismo en Palencia

«¿Estado de ánimo en el que nos encontramos en vacaciones?» Esta era una de las preguntas del rosco de Pasapalabra, con el verano como protagonista, que tuvo lugar este viernes en la plaza de la Inmaculada, con la Catedral de Palencia como invitada. «Cinco letras y empieza por F», continuaba uno de los monitores de la Asociación Autismo Palencia, dando pistas a los concursantes. Y la respuesta no era otra que 'feliz', como estuvieron los ocho niños de la asociación junto con el mismo número de usuarios del centro de día Son Ángeles.

A las once de la mañana comenzó el encuentro intergeneracional que habían preparado ambas entidades. Llevaban tiempo dándole vueltas, pero dada la situación de la pandemia, era necesario esperar al buen tiempo para poder hacerlo al aire libre. Y este viernes fue el día perfecto, aunque el calor obligó a los participantes a buscar la sombra a ratos y a refrescarse con frecuencia.

Una gincana con cuatro grupos (azul, verde, naranja y amarillo) para disfrutar de un día juntos y cada equipo estaba formado por dos personas mayores y dos niños. «Está adaptada a la necesidades de los niños y de las personas mayores, con el tema de movilidad y también cognitivamente», argumentaba la directora y terapeuta ocupacional de son Ángeles, Blanca Escudero.

De las cuatro pruebas, una era la ya mencionada 'Pasapalabra', cuyo rosco acertó entero Iker, uno de los niños de la Asociación de Autismo. «En el centro lo hacemos mucho porque les gusta», afirmaba Escudero. Después, llegaba el turno de las 'Pistas'. Para superar esta prueba era necesario que adivinasen –trabajando el equipo junto– una adivinanza de cada letra de la palabra verano y finalmente tenían que sacar una frase completa.

Una partida de 'Bolos' era la tercera parada de esta gincana, que tan felices hizo a grandes y pequeños. Situada estrategicamente a la sombra, disfrutaron mucho con este juego. «Tiene muchos beneficios físicos y cognitivos. Es una actividad bastante completa», analizaba la directora del centro de mayores.

Y para terminar un juego de sillas adaptado a las circunstancias, por lo que las sillas se convirtieron en aros en el suelo, de fácil acceso para todos. «Estaban muy contentos los niños de hacer algo distinto, disfrutan de lo mínimo muchísimo y todo les hace mucha ilusión», afirmaba, por su parte, una de las monitoras de la Asociación Autismo Palencia, María Garrido. «Lo que más les gusta es ir a la piscina», añadía sin pensárselo. «Se tiran todo el tiempo, juegan con la pelota. Solemos ir al Sotillo y la semana pasada estuvimos con ellos en la del Monte», agregaba.

Después de una hora de juegos, con los bancos de la plaza para poder sentarse y las sombras de los cipreses como cobijo, llegó el momento del almuerzo. «No quiero ver un papel en el suelo», advertía uno de los monitores a los niños, mientras los mayores tomaban con calma un vaso de zumo.

Tras el descanso, una agradable partida de bingo para continuar con la gincana. Un cartón para cada participante, un rotulador y a jugar. En esta ocasión no hubo números, sino dibujos con la palabra debajo escrita para que todos disfrutrasen y tachasen con entusiamos cuando salía la suya. Y para terminar la mañana de actividades, nada mejor que un 'photocall', como si de una boda se tratase. Gorros de colores, gafas gigantes y muchas sonrisas. Así se inmortalizó cada equipo antes de la despedida.

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