El calendario apremia a las personas que han dejado para el último momento las compras navideñas, ya que la Nochebuena ya está aquí, es este mismo sábado, y muchos aún no han preparado los menús, ni comprado todos los productos para tenerlo todo organizado. Eso ... sin contar con los regalos, algún adorno más nuevo para decorar la casa –ya que en esta ocasión vienen muchos– o ropa más elegante para la ocasión. «Los últimos datos muestran que la gente sigue con ganas de comprar y se han echado a la calle. Lo vemos en todo, en los restaurantes, la ocupación hotelera y las compras, se ve gente en la calle, pero las cosas valen caras y hay lo que hay», subraya Conrado Merino, presidente de la Cámara de Comercio de Palencia.
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Es la época de mayor consumo del año, aunque, el incremento de precios de los últimos meses juega en contra de los compradores. «En esta ocasión, hay que controlar más el dinero porque lo que antes costaba cuatro, ahora vale cinco. Por eso, se va a comprar menos, pero dentro de los mismos valores de cotización. Cada familia va a gastar lo que buenamente pueda gastar. Eso sería una buena medida, para no vernos luego todos en enero con los números rojos», agregó.
Los sectores que más van a trabajar en estas fechas son la hostelería, con la recuperación de las comidas y cenas de celebración, y las tiendas de alimentación, porque «nos juntamos todos y vamos a tirar la casa por la ventana».
Las compras en la Plaza de Abastos no se han adelantado demasiado para las citas familiares que arrancan en unos días. Algunos previsores ya comenzaron a llenar los congeladores con productos frescos adquiridos antes del puente, pero la mayoría de los clientes lo deja para los últimos días. «Los lechazos se han vendido bien antes del puente, pero la semana pasada, por ejemplo, bajó mucho la venta. Ahora ya esperan a cogerlo el mismo día 23, pero sí que es verdad que muchos lo tienen ya encargado previamente», explica el carnicero Ángel García de Alcañiz, quien subraya que lo más demandado es el lechazo, que oscila entre los 18 y los 21 euros, y en menor medida el solomillo, mientras que cochinillos y pulardas se reducen a una minoría.
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«Algunos clientes han comprado ya los lechazos hace días para ahorrarse un poco de dinero, pero la mayoría lo encarga para el día 23, aunque aún no sepamos el precio final hasta esta misma semana», argumenta, por su parte, el carnicero Jorge L. de Guevara, quien incide en que no se han reducido las ventas y los encargos con respecto a otros años porque «la gente compra igual porque hace el esfuerzo de estar todos juntos».
Otros productos muy reclamados en estas fechas para poner a los invitados son los ibéricos, los embutidos típicos de Navidad o los patés, tan queridos en las mesas en estas fechas. «Las compras las dejamos para el final, para el 23 o 24. Puede que los clientes miren un poco más el precio, pero al final lo compran», señala Israel Tapia, de Embutidos Luciano. «En mi sector son precios estables, que no suben en Navidad», agrega.
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Para coger en los últimos días también se dejan algunos productos navideños, como los dulces. «Los clientes esperan para comprarlos porque no quieren comérselos y tener que volver a coger más, así que habrá más jaleo el 23 y 24 porque lo dejamos para el final», afirma la panadera Marta Obeso. Los precios de estos productos subieron al comienzo de la temporada de ventas, pero ya se mantienen, sin más incrementos.
El trajín, el movimiento de un puesto a otro, de un escaparate a otro para ver los precios y los productos es constante. Las compras, aunque sea con un ritmo algo más lento por el momento, se van sucediendo a la espera de las vísperas para hacer el grueso de lo que se necesita, pero en general los vendedores no ven reducidas las ventas con respecto a años anteriores.
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La OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) ha realizado un segundo informe sobre el aumento de precios de alimentos típicamente navideños. El primero se llevó a cabo un mes antes de Navidad y marcaba un incremento del 5,2% en dieciséis productos de estas fechas y este último, que se ha hecho dos semanas antes de las celebraciones, arroja un encarecimiento del 2,4% con respecto al mismo tiempo de 2021. Destacan, sobre todo, las almejas (un 19% más caras que hace un mes), el jamón ibérico (10%), el besugo (7%) o los percebes (6%).
A pesar de que el consumo no decae en estas fechas, la situación que se vive y se prevé no es buena porque la Navidad no es otra cosa que el esfuerzo de muchas familias tras un reencuentro que ha tenido que posponerse un par de años por la covid. «La situación no es buena. Nos estábamos recuperando de la pandemia, pero la electricidad se come más de la mitad de los beneficios de los empresarios. Un bar que estuviera pagando 800 euros, ahora paga 1.700, se lleva casi la parte de su beneficio. Es una locura y esto a corto o medio plazo no sé si se va a resolver», advierte Conrado Merino, haciendo un balance de la situación. «No vemos que se creen empresas ni comercios, sino que, al contrario, que van cerrando, y aún no se ven muchas situaciones de concurso de acreedores, pero se van a llevar a cabo en breve», concluye.
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