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Los jóvenes se marchan a las grandes ciudades o a otros países en busca de un futuro laboral y personal. Comunidades como Castilla y León y provincias como Palencia sufren cada año una fuga de talento que lastra el desarrollo de estos territorios a corto ... plazo mientras otras como Madrid o Cataluña absorben el talento joven que aquí se escapa. Que los jóvenes se van en busca de trabajos más cualificados y de salarios más altos es una realidad que se palpa cada año. Las estadísticas reflejan esta pérdida de talento. En Palencia, según los datos del censo de población y vivienda de 2021, había 7.632 personas de entre 25 y 39 años viviendo fuera de la provincia. O lo que es lo mismo el 30,4% de los jóvenes de esas edades emigraron a otras provincias españolas o a otros países.
En los últimos años las administraciones públicas han puesto el foco en este problema y han desarrollado medidas y programas para conseguir que la gente que se fue, vuelva.
Según el censo de españoles residentes en el extranjero retornados (RER) que contabiliza el Ministerio de Trabajo y Economía Social fueron 5.055 los castellanos y leoneses que regresaron a la Comunidad en 2022. A Palencia volvieron 271 personas, de ellas 178 habían estado residiendo en países europeos y 72 en Latinoamérica.
«La mayoría vuelven cuando se jubilan, pero también regresan personas en edad activa», explica Francisca Cabello, presidenta de la Asociación de Emigrantes Retornados de Castilla y León (AERCYL), creada para apoyar a los emigrantes que regresan a la Comunidad. Aunque estos últimos, los más jóvenes y los que todavía están en edad de trabajar, lo tienen más complicado para volver, asegura, porque no encuentran oportunidades laborales ni vivienda.
Para cambiar esta tendencia y conseguir que el talento más joven retorne a la Comunidad, la Junta de Castilla y León puso en marcha en 2016 el programa Pasaporte de Vuelta. Primero solo para atraer a las personas que estaban en el extranjero, y desde el año pasado también con incentivos para los castellanos y leoneses que viven en otras comunidades españolas.
Así, en 2023 (última convocatoria resuelta) se concedieron 144 ayudas a personas que retornaron a Castilla y León desde el extranjero o desde otras provincias españolas de fuera de la comunidad, siendo el 72% de los beneficiarios menores de 35 años, y el 57% mujeres. Además, el 52% retornaron a un municipio del medio rural.
En el caso concreto de la provincia de Palencia, en 2023 solo hubo tres personas que se beneficiaron de las ayudas del Pasaporte de vuelta, y ninguna de las ayudas al retorno desde otra comunidad, que se resuelven por orden de presentación hasta agotar el límite presupuestario independientemente de la provincia de destino, como precisan desde la Consejería de Presidencia.
Desde su puesta en marcha en 2016 las ayudas del Pasaporte de Vuelta han beneficiado a 642 personas en Castilla y León a las que hay que sumar los 81 beneficiados con la ayuda para el retorno desde otras comunidades que se estrenó el año pasado.
En la provincia de Palencia han sido 49 los palentinos beneficiados con las ayudas del Pasaporte de vuelta desde 2016, teniendo en cuenta que en 2020 no hubo convocatoria a causa de la pandemia. Así los palentinos retornados desde el inicio del programa fueron 3 en 2016, 9 al año siguiente, 12 en 2018, 7 en 2019, 9 en 2021, 6 en 2022 y 3 en 2023, pero de momento ningún palentino ha entrado en las ayudas al retorno desde otras comunidades, según los datos de Presidencia.
Este año se han unificado las dos convocatorias en una sola, para facilitar los trámites administrativos, se bonifica la vuelta al medio rural y se ha incrementado la cuantía a la vista de la respuesta de 2023, ya que se concedieron el total de las ayudas solicitadas que cumplían con los requisitos. Así, la Junta de Castilla y León convocó en mayo las ayudas para este año con un presupuesto de 520.000 euros, un 30% más que 2023, con 400.000 euros y la convocatoria se resolverá en breve. En cuanto a las ayudas económicas para facilitar el retorno, estas van desde los 2.500 euros hasta 5.500 euros por persona, en función de la edad y las circunstancias del solicitante, y pueden alcanzar hasta 6.600 euros si el retorno es a un municipio rural.
Además en 2023 la Junta firmó un convenio con la CEOE, las Cámaras de Comercio y la Confederación de Casas regionales para impulsar el retorno. De esta forma, la Junta subvenciona con 5.000 euros a las empresas que contraten por cuenta ajena, con una duración mínima de un año, a ciudadanos oriundos de Castilla y León. Y también ayuda con 5.000 euros a cada ciudadano en el exterior que quiera retornar para ponerse al frente como autónomo de un negocio que se transfiera, haciéndose cargo de los gastos de transmisión para contribuir al mantenimiento de negocios en activo.
Desde la Asociación de emigrantes retornados de Castilla y León, AERCYL, su presidenta Francisca Cabello valora el esfuerzo de la Junta de Castilla y León y de otras administraciones para atraer de nuevo a los que se fueron, pero lo considera insuficiente mientras las ayudas no se vinculen a resolver otras necesidades como el empleo y la vivienda. Cabello asegura que trabajo y vivienda son requisitos indispensables si se quiere facilitar el retorno de los castellanos y leoneses que viven en el extranjero. Así se hizo con éxito en los años 60 y 70 del siglo pasado con los españoles que emigraron a otros países en busca un mejor futuro. «Iban con un trabajo y un alojamiento, es lógico que si queremos que vuelvan aquí al menos les ofrezcamos lo mismo», afirma.
Lo confirma Carmen Alonso que es trabajadora de esta asociación y vive en primera persona los efectos del éxodo juvenil que sufre Palencia desde hace décadas. Su hijo Miguel Ángel estudió Turismo y se fue a trabajar a Edimburgo. De eso hace ya dos décadas. Hoy es contable financiero en Mánchester y aunque intentó regresar tuvo que volver a buscarse la vida fuera de España después de un año trabajando en Madrid por un sueldo que no le daba para vivir y pagarse el alquiler, explica su madre. «Yo sé que no va a volver. En Palencia no hay futuro para los jóvenes», afirma Carmen Alonso. «Y no solo por la falta de trabajo y de oportunidades, también echan en falta otras cosas, como la vivienda o el ocio», añade.
La mayor parte de las consultas que se reciben en la asociación tienen que ver con trámites tributarios y con las pensiones de jubilación. «Son tramitaciones complicadas incluso para las gestorías porque desconocen el funcionamiento de las jubilaciones en otros países», explica la presidenta, Francisca Cabello. De ahí la importancia de esta asociación que en 2023 recibió 3.293 consultas y en lo que va de 2024 suma otras 2.478 consultas. Además ahora no se requiere presencialidad y muchas de las consultas se hacen por teléfono (979 74 83 00 y 637 663 007) o por correo electrónico (aercyl@retornadosacastillayleon.org)), sin necesidad de acudir a la sede de la asociación en Palencia que está en la Avenida Vacceos, 3 Bajo de Palencia.
Las consultas de emigrantes activos se hacen en su mayoría desde Latinoamerica. «Son muchos los que quieren retornar, un número importante desde Venezuela, pero necesitan una vivienda y un trabajo», explica Francisca Cabello.
En cuanto a los países desde los que se retorna, los castellanos y leoneses que emigraron a Alemania son mayoría y hacen cerca del 80% de las consultas (2.628 de las 3.293 consultas que recibió la asociación en el 2023 fueron de emigrados a Alemania). «Solo en la fábrica de las famosas galletas Bahlsen llegó a haber mil palentinas trabajando», asegura Cabello, para dar idea del volumen de personas que tuvo que dejar esta tierra en busca de un futuro mejor. De hecho, unos 600.000 españoles emigraron a Alemania en los años 70 para trabajar en la industria germana. «Había una oficina de emigración y la gente se iba con contrato y con alojamiento», señala Francisca Cabello.
Es el caso de Rosario Scimenca, que salió de un pueblo situado cerca de Palermo cuando tenía 20 años para trabajar en Hanover. Allí conoció a su mujer, una palentina con la que se casó y por la que decidió establecerse en Palencia, donde ha vivido los últimos años. Recuerda aquellos tiempos difíciles, no tanto en Alemania donde llegó con empleo y un techo, como en Palencia, donde «prefería no decir que era italiano porque a los extranjeros no nos veían con buenos ojos en aquella época», explica. «Ahora todo ha cambiado mucho, pero antes no nos aceptaban», continúa, asegurando que sabe muy bien lo que es sentirse rechazado en un país que no es el tuyo. «Fueron años muy duros, trabajando como albañil muchas horas al día», añade. En la asociación encuentra respuesta siempre que lo necesita. Esta vez ha acudido porque le ha llegado una carta en alemán que no entiende. Y cuando Francisca Cabello se la está traduciendo entra Ángela Landero, una extremeña que trabajó en Suiza, Austria y Alemania y que pregunta por un problema con la domiciliación bancaria para recibir su pensión.
Otros retornados se fueron a Francia, Austria, Holanda o Suiza, principalmente, continúa explicando Francisca. Aunque también los hay del otro lado del charco, la mayoría latinoamericanos, pero también de Norte América. «La semana pasada vinieron unos canadienses que no sabían cómo conseguir el certificado de nacimiento en Palencia indispensable para obtener el DNI», explica.
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