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Coches aparcados en doble fila y con los intermitentes de emergencia, vehículos que se detienen a la puerta del centro escolar para que los pequeños salgan rápido y sin despedirse casi con sus mochilas desde la parte trasera del mismo y mucho caos, todo ello ... acompañado también de sonidos estridentes de claxon. Esta escena se repite dos veces al día alrededor de cada centro escolar de la capital palentina y es que del 37,8 al 49% de las familias acuden en vehículo particular a llevar a sus hijos a clase.
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«Tenemos que apostar por un modelo de movilidad escolar sostenible porque Palencia tiene toda la tipología de una ciudad cómoda por sus características. Es necesario sentar las bases para que dentro de unos años nadie se plantee llevar a sus hijos en coche a clase», señaló este jueves la alcaldesa de Palencia, Miriam Andrés. Con este objetivo se ha llevado a cabo el proyecto de investigación 'Laboratorio Urbano para la movilidad escolar sostenible', con la labor conjunto del Ayuntamiento y el departamento de Pedagogía de la Facuiltad de Educación de Palencia, bajo la financiacón de los Fondos EDUSI.
Julio Javier Díez Casero
Vicerrector del Campus de Palencia
La investigación que arrancó hace un año, coordinada por la profesora María Tejedor, ha realizado una muestra a 24 centros escolares de educación Infantil y Primaria de la capital, realizado 818 cuestionarios a las familias (dónde preguntaban los modos de movilidad y los miedos para acudir a pie) y trabajado con un total de 628 niños de Primaria en los procesos de acción-participativa. «También hemos hecho observación participativa a la entrada y salida de los colegios y organizado grupos de discusión y entrevistas a equipos directivos y familias», explicó, por su parte, María Tejedor. A partir de toda esta información recabada a lo largo de doce meses se han obtenido diferentes datos y patrones de movilidad.
María Tejedor
Coordinadora del proyecto
Más allá de la cifra de que hasta el 49% se desplaza en coche, el 71% de los mismos aparca cerca del centro escolar. El tiempo que tardan en trasladarse en el vehículo desde su casa oscila entre los 7 y 10 minutos, mientras que caminando sería de 12 a 15 minutos. «No es una cuestión de tiempo, es más bien de hábito o comodidad. Suelen acudir conduciendo por costumbre, prisa, si hace mucho frío o llueve o porque lo necesitan para ir al trabajo posteriormente», añadió. Y eso que tan solo el 8,2% vive lejos del centro escolar.
Julio Javier Díez Casero, el vicerrector del Campus de Palencia, subrayaba que «la universidad no es solo docencia, no se trata simplemente de dar clases para que aprendan cosas nuevas, también hay que generar información a través de proyectos de investigación que tratan de resolver problemas».
Para revertir el uso del coche y conseguir que se camine hasta el centro escolar se pretende trabajar desde dos principios: sostenibilidad y autonomía infantil. «Es un hábito más sano y saludable para la infancia porque ya son muchas las horas sentados en clase y el ir y volver tienen que ser momentos de alegría, de relación con la ciudad, con el medio ambiente...», argumentaba la coordinadora del proyecto. Solo el 13% de los niños mayores de 7 años acude solo al colegio, pero más del 62% de los menores a partir de esta edad se quedan solos en casa jugando con un dispositivo electrónico. «La conciliación de las familias y los niveles de autonomía de la infancia se ven resentidos con estas costumbres», resaltó.
Con todos estos datos y concluida ya la fase de investigación, ahora llega la de intervención en los próximos meses, donde van a participar estudiantes de la Facultad de Educación becados por el Ayuntamiento para que expliquen y comuniquen en la calle y en los comercios todo el trabajo y toda la información recopilada hasta ahora, junto con las acciones que se van a llevar a cabo.
Sátur Jiménez
Presidenta de FAPA
Se va a difundir en los colegios, para utilidad de familias y equipos directivos, una aplicación con el mapeo de los caminos escolares más transitados de la ciudad. Además, ya se ha realizado un proyecto piloto en el Padre Claret -que se irá ampliando al resto de colegios- con señalización horizontal y vertical con las rutas, junto con los puntos de encuentro seguros para los niños. Se contará también con la colaboración de la Policía Local para que vigile y asesore a los niños durante el trayecto.
Dentro de este amplio proyecto también se ha estudiado cómo facilitar y hacer más accesible y menos peligroso el camino diario con la mochila hasta clase. Por este motivo se va a ampliar el tiempo para los peatones en los semáforos (durante los horarios de entradas y salidas) y para final de curso se quiere experimentar en los entornos del centro piloto, el Padre Claret, con cortes de tráfico en las horas clave, que son de 8:45 a 9 y de 14 a 14:15 horas.
A todas estas acciones les va a acompañar otra clave, que es la formación. Los próximos meses todos los centros escolares recibirán cursos sobre movilidad sostenible para que la trasmitan a las familias. «Es muy bueno que los niños vayan caminando al colegio, hacen ejercicio físico, llegan más activos y mejoran las habilidades sociales», afirmó Sátur Jiménez, la presidenta de FAPA (Federación de Asociaciones de Padres y Madres de alumnado de colegios públicos de Palencia). «Es imprescindible que este proyecto continúe y que las familias se sientan seguras», agregó.
El proyecto 'Laboratorio urbano para la movilidad escolar sostenible' también ha querido contar con el pequeño comercio, punto de encuentro en muchas ocasiones y clave en el día a día en las calles palentinas. «Queremos implicar al comercio local en esta tarea», señaló la coordinadora del proyecto, María Tejedor, que no es otro que fomentar que los niños acudan andando al colegio y recorran las calles palentinas cada día con seguridad y sin miedo. «Muchas veces el pequeño comercio hace de vigilante, de dar un vaso de agua a un niño si lo necesita, al que no localiza a sus padres, por eso queremos que se incorporen y se hagan amigos de los caminos escolares», agregó. De esta forma, se pretende implicar en los próximos meses a los comerciantes de la zona con este proyecto. Así se consigue proporcionar a los niños lugares seguros de encuentro a la vez que frecuentar el comercio de proximidad.
«Queremos poner en valor la ciudad, repensar la calle como espacio educativo. Tenemos una ciudad ideal para que las escuelas utilicen los espacios urbanos como aulas, que no sea un espacio de transito, sino de aprendizaje y queremos que la ciudad también eduque», continuó María Tejedor. Por este motivo, desde la Facultad de Educación tienen apuntado en el calendario la fecha concreta del 'Street for Kids', que será el 3 de mayo. Este programa de la Iniciativa Global de Diseño de Ciudades tiene como objetivo sensibilizar e inspirar a los líderes, informar a los profesionales y hacer que las ciudades sean mejores para la infancia y, en consecuencia, para toda la población en general. «Queremos que las escuelas ocupen las plazas y las calles, lo vamos a cuantificar para medir si con este tipo de medidas las familias se animan a ir caminando al colegio», concluyó.
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