«Los palentinos tenían ganas de volver a jugar»

La alerta sanitaria obligó a paralizar los juegos de azar (de la Lotería a la Bonoloto, del Gordo a la Quiniela) y es ahora, dos meses después, cuando se puede tentar de nuevo a la fortuna con combinaciones de números, estrellas y complementarios. Aunque por el momento, no todas las posibilidades de juego que te ofrece una administración de loterías han recobrado su funcionamiento normal.

La suspensión del fútbol hace que todavía no sea posible decidir si uno, equis o dos, o acertar el pleno al quince, pero ya es posible sellar el boleto de la Primitiva o el Euromillones. Tampoco se puede marcar la casilla del caballo favorito, o jugar al Lototurf, pero poco a poco la mayor parte de los sorteos se irán poniendo en marcha. Pero para ello, los despachos de venta han tenido que adaptarse, como se ha hecho también en el resto de establecimientos comerciales a los que se les ha ido permitiendo la apertura. En algunos locales con varias ventanillas, se ha colocado una mampara de metacrilato entre ambas y los trabajadores suelen utilizar guantes y gel para no entrar en contacto directo tanto con los billetes que se expiden como con el dinero en metálico. «En nuestro caso, ya hemos encargado una mampara para proteger a nuestras vendedoras, puesto que dentro no se pueden dar los dos metros de distancia de seguridad. Por eso, de momento, solo hemos abierto una ventanilla. Hemos encargado la mampara a una empresa palentina, pero hay mucha demanda y hay que esperar, porque algunos materiales necesarios no son fáciles de conseguir. También contamos con gel hidroalcohólico, porque entendemos que la seguridad es fundamental, de los trabajadores y de los clientes», explica Carlos Morales, propietario de la administración número 3 de Palencia, conocida como La Gorda.

En cuanto al retorno de la actividad, este lotero palentino reconoce que había mucho interés por el regreso de los sorteos. «Los dos primeros días han sido muy buenos. La gente tenía ganas de jugar. Palencia es una provincia en la que se juega y se ha notado. No había más que ver las colas de gente en la puerta de las administraciones», indica Morales, quien señala que, de todas formas, todos los clientes no han acudido a comprar. «Hemos atendido muchas dudas, porque la gente no sabía qué pasaba con los premios no cobrados o qué iba a pasar con los décimos vendidos cuyos sorteos no se han celebrado. Ha habido que tranquilizar a la gente», señala.