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De niña salía a pasear y buscaba con paciencia en El Barco de Ávila piedras que pudieran asemejarse por su forma a las figuras de un nacimiento. Por eso, afirma con rotundidad: «Soy belenista desde que nací», y es totalmente cierto. Pasó de las piedras a las figuras, de montar los belenes en su casa a hacerlo en las iglesias, los conventos, las residencias... hasta llegar a la plaza de San Pedro, justo delante de la basílica que lleva el mismo nombre en la Ciudad del Vaticano. «Ha sido una experiencia realmente bonita. Nunca había estado en Roma, ni en El Vaticano y poder ir para recrear un belén, que es mi ilusión, pues ha sido increíble», afirma sor Carmen Cabrera, perteneciente a la congregación de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados de Ávila.
Pero antes de viajar en avión hasta la capital de Italia (los materiales para construir su preciado nacimiento se desplazaron en furgoneta), pasó casi un mes en Palencia, 25 días concretamente, para montar un belén de noventa metros cuadrados en distintas alturas en la residencia San José, situada al lado de Carrefour y de la misma congregación.
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«Estaba todos los días de diez de la mañana a diez de la noche montando el belén de Palencia, solo paraba para comer», rememora. «Me ayudó mucho sor María Lleida, porque había que estar agachada, entrar por huecos y una ya tiene una edad. Ella ha sido mi mano derecha y lo hemos disfrutado mucho», añade esta amante de los nacimientos, a punto de cumplir 74 años.
Y es que el belén de Palencia, más allá del increíble tamaño que tiene, ocupa toda una amplia estancia (que estaba prácticamente inutilizada en la residencia) y recrea una cueva, donde al entrar se viaja en el tiempo y se retrocede dos mil años. «Esa es la originalidad y lo que tanto sorprende a la gente, que hay que entrar en una cueva para verlo», argumenta. Dada su complejidad «no se puede quitar ni desmontar, imposible. No es un belén que se ponga para un día, este se quedará ya ahí», afirma.
A pesar de que no se ha publicitado casi y de que sea la primera vez que se monta, ha gustado mucho y más allá de los familiares de los usuarios de la residencia, muchas personas se han acercado a verlo y disfrutarlo. Y además se ha ganado el reconocimiento del concurso de belenes Antonio Lafuente que organiza el Ayuntamiento, con el galardón para entidades sin ánimo de lucro.
No sabe cuántas figuras ha necesitado para el escenario palentino, nunca las cuenta. «Pero sí que recuerdo es que me levantó mucho dolor de cabeza tratar de meter y organizar todo porque nunca hay bastante espacio para un belenista», analiza. «Quería montar un misterio bonito, con la Virgen arropando al Niño Jesús, y me gusta porque es simbólico de lo que necesitamos la humanidad entera», reconoce. Algunas piezas fueron adquiridas y otras reutilizadas de otros nacimientos, como de Zamora, de donde llevó sor Carmen algunas figuras.
Terminado ya el belén palentino, le propusieron desde la Universidad Católica de Ávila viajar hasta El Vaticano y montar un nacimiento en la misma plaza de San Pedro. «Cada país monta un belén entre dos columnas de la plaza y yo tenía que llevar algo de Ávila, así que preparé una figura de Santa Teresa y la muralla con corcho, además del 'Cimorro'», explica, en referencia a la cabecera de la catedral, que forma parte de la muralla de la ciudad. «Pensé que el espacio serían 5 o 6 metros, pero solo eran 2,5, pero quedó muy bonito, la verdad», afirma sor Carmen.
Además de recrear su belén con figuras grandes y doradas, también disfrutó viendo montar los dos propios de El Vaticano, uno fuera de la basílica y otro, en el interior de la misma. «Eran realmente preciosos», agrega esta hermana, cuya pasión le ha llevado hasta la sede central de la Iglesia Católica Romana. Eso sí, antes de llegar allí se ha detenido para exponer nacimientos en Ávila, Medina del Campo, Zamora, Zaragoza, Toledo y también Palencia, por supuesto. «Me llaman de los sitios para que vaya a montarlos. No soy la mejor belenista, pero es verdad que me gusta desde que nací», concluye.
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Óscar Beltrán de Otálora y Gonzalo de las Heras
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