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Procesión del Bautizo del Niño. Marta Moras

Palencia recibe al nuevo año al ritmo del 'Ea', bajo una lluvia torrencial de caramelos

El intenso frío de la primera tarde de 2025 reduce la afluencia de asistentes a la fiesta de interés turístico nacional

Miércoles, 1 de enero 2025, 23:31

Caramelos para todos, y para exportar. Una auténtica lluvia de dulce sabor que no dejó insatisfecho a ninguno de los cientos de personas que se arremolinaban bajo los balcones de la casa rectoral de San Miguel. Un episodio más de tradición cumplida en este primero ... de enero de 2025, año en el que se cumplirá una decena desde que la fiesta del Bautizo del Niño fuese declarada fiesta de interés turístico nacional.

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Porque esta es la forma en la que los palentinos dan la bienvenida al nuevo año, con el villancico del 'Ea', la renovación de las promesas del bautismo, la exaltación del Dulce Nombre de Jesús y la pedrea de caramelos.

«Conocía la festividad del Dulce Nombre de Jesús, pero no sabía que se vivía con esta intensidad y devoción en Palencia. Me habían hablado de esta fiesta y la verdad es mucho más bonita de lo que me había esperado.Es una gran experiencia, puedes bailar al niño, lanzar caramelos, cantar el 'Ea', que hace años me lo enseñaron unos sacerdotes palentinos en Roma. Es una fiesta muy bonita», explicaba el obispo de Palencia, Mikel Garciandía, que disfrutaba de la fiesta por primera vez, al tiempo que bromeaba sobre la afición de los palentinos de celebrar sus fiestas lanzado objetos desde un balcón, en referencia también a la pedrea del pan y el queso de Santo Toribio, fiesta que también vivió el pasado 2024 por primera vez.

La fiesta arrancó al mediodía, con un misa en la iglesia de San Miguel, en donde los niños protagonizaron una ofrenda floral a la imagen de Jesús, vestido en esta ocasión de color azul cielo. El nuevo obispo aprovechó la celebración para defender el modelo tradicional de familia. «Una sociedad sin padre y sin madre es estéril y enferma», señaló, destacando la importancia de la presencia de la figura padre, que, según denunció está desapareciendo en la sociedad actual. «Todo niño necesita el reconocimiento de su padre. Y en nuestra cultura la desaparición de la figura del padre está matando la vida, la familia, el desarrollo armónico de niños y jóvenes. Cuánta autoestima herida y arrasada por esa falta de reconocimiento», lamentó el obispo.

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Pero la fiesta encontró su verdadero apogeo en la celebración vespertina, a partir de las 16:45 horas, cuando cofrades y devotos renuevan las promesas del bautismo tras el oficio del rosario. A partir de ese momento, el fervor popular se dispara en torno a la figura del Niño Jesús, que ataviada con sus mejores galas, recorre primero en procesión el interior del templo, para después salir a las calles y circundar la iglesia de San Miguel a hombros de los palentinos.

El frío intenso, reinante durante toda la jornada, marcó la celebración del Bautizo del Niño, puesto que el número asistentes se vio considerablemente reducido, lo que al mismo tiempo permitió que la fiesta se desarrollase de una forma mucho más cómoda, vistosa y fluida, permitiendo a numerosos palentinos, cargar sobre sus hombros las andas con la figura del Niño y bailarlo al son del tradicional villancico del 'Ea'.

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Un año más fueron los dulzaineros de Ampudia quienes interpretaron la versión más popular de esta arraigada cancioncilla navideña, mientras que la Banda Municipal de Música, ponía el contrapunto formal, que se acompañaba del de las voces del coro parroquial de San Miguel.

La procesión discurrió alrededor de la iglesia, con bailes tradicionales ante la imagen de Jesús y paradas para el cambio de portadores de las andas. Al alcanzar de nuevo la entrada de la iglesia, los integrantes de la cofradía del Dulce Nombre y los representantes de las administraciones públicas subieron a la casa rectoral de San Miguel, para desde sus balcones iniciar el lanzamiento de caramelos a los cientos de personas que esperaban en la plaza.

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Mayores y pequeños reclamaban su premio y poco a poco bolsas y bolsillos se iban llenando con los preciados caramelos que volaban con inusitada fuerza por toda la plaza. «Ya me han advertido que tenga cuidado con el anillo», señalaba el obispo, rememorando la anécdota ocurrida uno de sus predecesores, Rafael Palmero, en una pedrea de Santo Toribio, cuando su anillo episcopal rodó por la ladera del Otero y no apareció hasta días después, cuando lo encontraron unos niños.

«Me ha gustado mucho ha sido una gran experiencia. Siempre he estado abajo esperando los caramelos con una gran emoción, por ello, tirarlos hoy ha sido especialmente emocionante», señalaba, por su parte, Carmen Arnáiz Vargas, la Madrina Niña elegida para la celebración de este año.

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En los balcones, junto a los miembros de la cofradía, los concejales se turnaban también con el subdelegado del Gobierno o el delegado de la Junta para ir vaciando los numerosos sacos cargados de caramelos. Algo más de cuatrocientos kilos que vuelan desde los balcones hasta las manos de quienes se arremolinan ante la iglesia de San Miguel.

Tras la pedrea, la Banda Municipal entonó el Himno de Palencia, para dar paso a un recepción en los salones de la cofradía. Las actividades continuarán hoy con un misa de difuntos, a partir de las 20:00 horas en San Miguel y con la visita de los Reyes Magos en la tarde del día 5 de enero.

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