Secciones
Servicios
Destacamos
Palencia no escapa a la caída demográfica en cada estadística que lanza el INE. Tampoco esta vez, y eso que en los datos publicados ayer no se registran aún los efectos demográficos de la covid. En el dibujo definitivo de la demografía palentina antes de ... la pandemia, que corresponde a 1 de enero de 2020, la provincia tenía 160.321 habitantes, con una pérdida de residentes de 659 respecto a 2019 y como una constante desde que empezó el siglo, cuando Palencia tenía 176.371 vecinos. Es decir, ha perdido 16.050 en dos décadas y 12.189 en la última, ya que en 2010 los registros de la población de la provincia hablan de 172.510 vecinos.
Sin contar cómo la covid ha puesto en jaque la demografía, ya que los datos definitivos no se conocerán hasta dentro de unos meses, Palencia ya venía registrando hasta este año una cifra de defunciones que duplica a la de nacimientos. El millar de niños que aproximadamente nacen cada año ha representado la mitad de las defunciones, presentando un índice de caída histórica en los datos que el INE registra desde 1975. La provincia no registra una cifra similar de nacimientos y fallecimientos desde hace treinta años. Los primeros no han dejado de caer, y los segundos de crecer, lo que explica el saldo vegetativo negativo.
La población española cruzó en 2005 la línea roja del crecimiento vegetativo negativo por vez primera desde 1999 porque la cifra global de defunciones superó a la de nacimientos. Este hecho, que no se registra en ejercicios completos desde la Guerra Civil o la epidemia de la gripe española en 1918, lanzó una señal de alarma en torno a un problema que sufre la sociedad española, y desafortunadamente la alarma ha sonado constantemente en Palencia tanto en caída del padrón, como en crecimiento vegetativo negativo, como en fuga de vecinos a otras provincias y países.
Las tablas estadísticas publicadas ayer evidencian también que los pueblos son cada vez más pequeños –ello, a pesar de que la covid parece que redirigirá cierta parte de la población hacia el ámbito rural–. En este momento, solo veinte de los 191 municipios están por encima de la barrera de los mil habitantes, una cifra que al comienzo de siglo superaban, por ejemplo, Alar del Rey, Becerril de Campos, Frómista, Torquemada, Villarramiel y Villada, pero que ahora solo cuentan vecinos en tres dígitos. Entre ellos, Alar del Rey, Torquemada y Villada se mantenían en 2010 también por encima del millar (con 1.046, 1.098 y 1.087, respectivamente, cuando ahora tienen 921, 954 y 920).
En la última década es significativa también la caída de la población de la capital, con 4.025 vecinos más, ello marcado por la marcha de jóvenes que se van para estudios superiores a otras provincias o comunidades e incluso al extranjero, y ya se asientan laboralmente allí y no regresan.
Entre los municipios más habitados por encima de la capital (que tiene 78.144 vecinos) está en primer lugar Aguilar de Campoo, que desbancó hace unos años a Guardo. También en el último año analizado por el INE la villa galletera ha ganado cinco habitantes, mientras que Guardo ha perdido 23.
Entre la veintena de pueblos por encima del millar de habitantes solo ocho han ganado población ligeramente, y en el caso de Astudillo, los once vecinos en los que ha visto incrementado su padrón le han hecho pasar a esa clasificación de pueblos por encima del millar, ya que de los 995 de 2019 ha pasado a 1.006 a 1 de enero de 2020.
También han ganado vecinos Baltanás (15 más), Dueñas (12 más), Grijota (41), Magaz (10 más), Paredes de Nava (7 más) y Villalobón (44 más), mientras que Villamuriel de Cerrato se ha mantenido en esta última estadística en los 6.469 vecinos de la tabla del año anterior.
Que las localidades del entorno de la capital han crecido considerablemente en lo que va de siglo es una evidencia. La proliferación de urbanizaciones con viviendas unifamiliares, más escasas y menos asequibles en la capital, son un reflejo de ese crecimiento urbanístico y poblacional. Pero los datos también constatan esas consideraciones. Y es que, de hecho, Villalobón se coronó en 2009 como el séptimo municipio de Castilla y León con un mayor crecimiento de la población entre el 2000 y el 2007, con un incremento porcentual del 149,4% en un estudio efectuado sobre más de ocho mil localidades españolas.
Grijota y Villamuriel de Cerrato, y Magaz de Pisuerga en menor medida, conforman el poblado alfoz de la capital. Se trata de municipios que vieron entre finales del siglo pasado y principios de este levantar numerosas urbanizaciones, convirtiéndose en pequeñas ciudades dormitorio para muchos palentinos, principalmente parejas jóvenes con hijos, lo que ha sido fundamental para que estos pueblos puedan escapar a la tónica de perder población que viene marcando al conjunto de la provincia. Y quizá con los efectos del covid estos pueblos del alfoz salgan también beneficiados demográficamente por el deseo latente de la población de vivir en casas más amplias y con zonas verdes y no en las ciudades.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.