Palencia se echa a la calle para disfrutar del Bautizo del Niño

«Ha sido muy importante para nosotros, porque nos ha permitido crecer mucho en estos años. Antes de la declaración, el Bautizo del Niño se limitaba a la celebración del día 1, pero ahora tenemos la Semana del Bautizo y cada año intentamos ampliar las actividades que organizamos», explicaba el hermano mayor de la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús, Ángel Hernández, quien destacaba también el crecimiento que ha experimentado en estos últimos años la celebración del bautizo infantil. «Lo hemos organizado cuatro años y cada vez sale mejor y participa mucha más gente. Estamos muy contentos de la acogida que está teniendo entre los niños y esto es importante, para que vayan acercándose a la cofradía y consigamos nuevos cofrades», recalcaba el hermano mayor.

Y mientras Ángel Hernández realizaba estas declaraciones, en la calle una multitud se agolpaba bajo los balcones de la casa rectoral de San Miguel para pelear por hacerse con algunos de los miles de caramelos que volaban hacia el suelo. En el edificio, integrantes de la cofradía, las madrinas de la fiesta, los alcaldes y mayordomos, acompañados de los representantes institucionales de Palencia (Ayuntamiento, Diputación Provincia, Junta de Castilla y León y Subdelegación del Gobierno) se afanaban por lanzar con todas sus fuerzas los caramelos a la marabunta de personas que se arremolinaba bajo los balcones.

Porque hacía buen tiempo y ya se sabe que este es uno de los principales ingredientes del éxito de cualquier celebración al aire libre. La misa de la mañana fue oficiada por el obispo Manuel Herrero, actual administrador apostólico de la Diócesis de Palencia hasta la llegada del nuevo titular, Mikel Garciandía, prevista para el 20 de enero. Por la tarde, llegó el momento culminante con la celebración del rosario y de la renovación de las promesas del bautismo, que dieron paso a la fiesta popular, con la procesión por los entornos de San Miguel de la imagen del Niño Jesús, al compás de los sones del histórico villancico palentino del 'Ea', interpretado por un un grupo de dulzaineros, la Banda Municipal de Música y el coro de la parroquia de San Miguel. Ante ellos, el nuevo grupo de danzas de la cofradía volvía, por segundo año, a bailar ante el Niño, rememorando las danzas de décadas pasadas y que habían permanecido perdidas durante años.

En la procesión, decenas de cofrades, pero también de palentinos devotos de la imagen de Jesús, se turnaron para portar a hombros la pequeña talla y mecerla al ritmo del 'Ea', el villancico más tradicional de cuantos se entonan en Palencia y que se ha convertido con el paso del tiempo en uno de los símbolos identificativos de la Navidad Palencia.

Y tras la procesión, llegó el momento más esperado por los asistentes, la subida de los protagonistas hasta los balcones de la casa rectoral de San Miguel para iniciar la tradicional pedrea de caramelos, en la que se lanzan cientos de kilos. «Como todos los años, tenemos unos cuatrocientos kilos, se lanzan algunos en el bautizo infantil, que este año lo hemos celebrado el día 23, y el resto se tiran ahora, que es el momento más especial y querido de la fiesta», explicaba el hermano mayor, muy satisfecho del resultado de la celebración.

«Estamos muy contentos de que haya salido todo bien y de que los palentinos hayan respondido como en los últimos años. Ya se han pasado los nervios de la organización y lo que nos queda ahora es esperar que el resto de actividades que organizamos tengan también una buena acogida», indicó Ángel Hernández, quien recordó que la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús está trabajando para organizar una gran exposición de imágenes del Niño Jesús de toda la provincia.