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Los tiempos no son de cine para este negocio, en el que la rentabilidad es cada vez menor, porque suben los gastos de personal, los ... costes fijos y las entradas no pueden subir porque el bolsillo de los espectadores no lo soportaría. Y eso que en otros países de Europa las entradas de cine cuestan una media de 15 euros y en Palencia la más cara está a 7,90 euros, aunque el precio medio se sitúa por debajo de 6 euros. «No hay ocio más barato, tener dos horas de entretenimiento por 6 euros», afirma Javier Margareto.
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En su opinión los precios del cine en España son totalmente adecuados a la oferta y la demanda que existe, además de ser uno de los países más baratos de toda Europa para ir al cine. Y Palencia es una de las provincias con el ticket medio más barato. Es cierto que mantener una sala abierta es más fácil en una ciudad grande porque hay más público objetivo, pero también los costes son mayores.
Con estos mimbres, asegura Margareto que las salas de cine viven del público fiel que acude todas o casi todas las semanas, pero sobre todo de la gente que acude de forma masiva al cine cuando hay películas como Barbie «que tiran de verdad». «Necesitamos películas grandes para que vengan los espectadores que solo vienen dos o tres veces al cine al año para ver películas de este tipo», continúa y las que mejor funcionan siguen siendo las familiares. Porque en el balance anual «el cine vive de todo el mundo, hay que tener mucha gente y un poco de cada uno», sostiene.
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