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El 22% de los cambios de casa con mudanza se deben al comienzo de una vida en parejaPalencia
El 22% de los cambios de casa con mudanza se deben al comienzo de una vida en parejaAlmudena Álvarez
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Lunes, 15 de enero 2024, 07:20
Cambiar de casa es un paso importante, meditado y costoso que nunca se toma a la ligera. No solo por la cantidad de cajas que puede necesitar media vida, sino por el cambio vital que implica cambiar de domicilio y llevarse la casa a cuestas. ... Las razones son numerosas y variadas, aunque, generalmente, responden a un cambio a mejor, ya sea para vivir en una casa más grande –pocas veces se muda uno a una vivienda más pequeña–, para emanciparse o para empezar a vivir en pareja. Pero también se cambia la casa por motivos económicos o laborales, porque se acaba el contrato de alquiler, por motivos de salud, por un divorcio o separación, o porque, en un momento determinado, la vida empuja a irse a otra ciudad.
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Un análisis independiente realizado por la web de encuentros SugarDates sobre los microdatos de la Encuesta de Características Esenciales de la Población y las Viviendas del Instituto Nacional de Estadística (INE) concluye que el motivo principal para meterse en una mudanza es empezar a vivir en pareja. En Palencia, en concreto, este argumento mueve el 21,8% de las mudanzas.
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En lo alto de la tabla están provincias como Murcia, Huelva y Lugo, que es donde las parejas se lanzan más a compartir techo, frente a otros territorios donde iniciar una vida en pareja tiene menos peso como motivo para una mudanza, como sucede en Guadalajara, Madrid o Girona. Además según la citada web de encuentros, los hombres palentinos cambian de vivienda en un 21,2% de los casos, mientras que en el caso de las mujeres, esta cifra es del 22,3%.
Pero que quede claro. Este motivo, el de iniciar una vida en pareja, que sin duda supone un enorme cambio para sus protagonistas, no es en ningún caso el que más trabajo da a las empresas de mudanzas. De hecho, sucede todo lo contrario, ya que son muy pocas la mudanzas contratadas cuando una joven pareja decide compartir casa y techo. «Cuando una pareja se casa o se van a vivir juntos, lo normal es que compren todos los muebles y no necesiten una mudanza», asegura Javier Nozal, de la empresa Mudanzas Nozal. «No conozco a nadie que se vaya de la casa de sus padres o del piso de alquiler compartido, a vivir con su pareja y se lleve los muebles de su habitación», añade con ironía Raúl Buj, de Transportes y Mudanzas Buj.
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Lo más normal, según los expertos en esto de llevarse la casa a cuestas, es que los palentinos contraten sus servicios para mudarse a una casa más grande. Según la web SugarDaters, esto ocurre en el 11,4% de los casos, aunque los profesionales de las mudanzas consideran que este porcentaje es mucho más elevado y se lleva el grueso de los portes. Además, se produce en una franja de edad muy clara, entre 35 y 45 años, cuando las parejas tienen una estabilidad emocional y laboral, y hasta hijos que demandan más espacio. De hecho, el 80% de los clientes de Mudanzas Nozal tienen más de 35 años. «Cuando eres joven tienes cuatro cosas y haces la mudanza con la ayuda de los amigos; con 30, con la ayuda del padre y el cuñado y con 40 llamas a una empresa de mudanzas», bromea.
Bromas aparte, dice Nozal que la mayoría de las veces contratan sus servicios para mudarse a una casa mejor y más grande o para irse a otra ciudad. Aunque, lo de llevarse media vida a otra ciudad en un camión de mudanzas no lo tiene tan claro Raúl Buj, porque, como señala, en muchos casos cuesta más el collar que el galgo y la gente que se va lejos prefiere empezar de cero.
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Raúl Buj
Mudanzas Buj
En lo que sí coinciden los dos empresarios es que esto de las mudanzas ha cambiado mucho. «Al principio muchas casas no tenían ascensor y había que subirlo todo por las escaleras», explica Javier Nozal, que pertenece a la cuarta generación de una empresa que lleva siete décadas haciendo mudanzas y realiza una media de 200 al año. Es cierto que se sudaba más, por eso de subir a pulso el sofá o el televisor cuando no eran planos, pero también lo es que había muchos menos muebles, enseres y ropa. «Hoy las casas están muy llenas», afirman. Hay que embalar el menaje de cocina, los enseres, la ropa, los libros, los juguetes, electrodomésticos y muebles que después hay que montar en la nueva morada. «Y los muebles son cada vez más complicados de montar», añade el propietario de esta empresa que se encarga de hacerlo absolutamente todo, de desmontar una vida entera y cambiarla de sitio en uno, dos o tres días. «Todo son facilidades, se embala todo, se montan los muebles y hasta se cuelgan las lámparas y los cuadros», explica. Hasta el punto de que algunos clientes pasan de una casa a otra con las manos en los bolsillos. Asegura que el 70% de las mudanzas se hacen en un solo día, aunque todo depende de la cantidad de muebles y enseres que haya que transportar y de la facilidad o dificultad para montarlos.
También es cierto, apunta Raúl Buj, que a veces las mudanzas son más sencillas, porque cada vez se llevan menos los muebles de empaque y las parejas cuando se van a vivir juntas amueblan sus casas con mobiliario más baratos, tipo Ikea, por los que después ni siquiera interesa pagar una mudanza. «Antes movíamos casas enteras, los muebles valían una fortuna, ahora los muebles son más baratos y las mudanzas más pequeñas», asegura. Aunque no cabe duda de que, por poco que sea, hoy en día somos mucho de acumular de todo, insisten.
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Pero, volviendo a lo de cambiar de casa «a mejor». Dicen estos profesionales que cada vez gusta más la vida urbana y que sus camiones cargados de muebles, ropa, enseres, libros, juguetes circulan generalmente en un sentido, del pueblo a la capital. Aunque también crece el gusto por las viviendas unifamiliares, adosados y chalets, lo que conlleva un cambio de barrio o zona. Un motivo que mueve el 4,8% de las mudanzas, según la web de contactos.
Javier Nozal
Mudanzas Nozal
Lo que no se produce casi nunca, señala Raúl Buj, es el camino inverso, es decir que la mudanza se haga de una casa grande a una más pequeña o de la ciudad al pueblo. «Cuando llevamos muebles al pueblo es para amueblar segundas viviendas», afirma Buj, que, en cincuenta años de profesión, se ha encontrado de todo. «Hasta gente que nos llama para que le llevemos la lavadora vieja al pueblo», sostiene.
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Otra tendencia que está empezando a entrar en las estadísticas, son los padres que se mudan para estar cerca de sus hijos y de paso cuidar a los nietos. Dice Javier Nozal, que se dan bastantes casos de abuelos que deciden dejar el pueblo para irse a vivir a la ciudad arrastrados por el apego familiar, pero también porque los pueblos cada vez se quedan más vacíos, sobre todo en los meses más fríos.
También señalan el cambio de hábitos que imprimió la pandemia en esto de las mudanzas. En aquellos meses de confinamiento, las familias pasaron mucho tiempo en casa y se dieron cuenta de las reformas que necesitaban la cocina o la habitación. Además se dejó de viajar y de gastar en restaurantes y ocio y con los ahorros y la nueva necesidad aumentaron las reformas en casa y con ello los portes de los camiones de mudanzas al guardamuebles, una línea de negocio que ha ido ganando peso.
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En cualquier caso, lo cierto es que cada vez se recurre más a las empresas de mudanzas, porque hay muchas cosas dentro de una casa y los profesionales lo ponen fácil. Además, aseguran que no han repercutido al cliente, que cada vez es más exigente, la subida de los costes del gasoil que mueve sus camiones, del cartón, el plástico o el precinto que usan en sus embalajes.
Aunque la ruptura de una pareja no sea el principal motivo por el que se contrata una mudanza, sí merece la pena señalar que el divorcio o la separación de la pareja siempre implican un cambio de casa, al menos para una de las partes.
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Según la web de encuentros SugarDaters , solo el 1,7% de los cambios de vivienda en Palencia sucede a raíz de una ruptura, y por sexo solo el 1,8% de los hombres palentinos cambian de vivienda a raíz de un divorcio o separación y entre las mujeres son el 1,6% de las palentinas.
De esta forma, en Palencia, la ruptura, separación o divorcio, está entre los motivos de menor peso para mudarse, como ocurre en otras provincias con índices similares, como Ávila, Soria, Lugo y Cuenca. Frente a ellas, Girona, Valencia y Álava lideran la clasificación en cuanto a las mudanzas que se producen por una ruptura, aunque siguen siendo muchas menos que las propiciadas por la unión de una pareja.
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Esto pone en evidencia que hay más personas cambiando de vivienda para iniciar una vida en pareja que tras una ruptura y que por tanto, el divorcio, no es un motivo que pese en el negocio de las mudanzas. Además, los divorcios, cuando son «por las malas» se convierten en una fuente de problemas para los encargados de la mudanza que se ven en medio de una pelea por cada mueble, libro, cd o electrodoméstico. «Si es posible, cuando son por las malas, mejor evitarlos», afirma Raúl Buj, porque estar en el medio puede suponer acabar con una citación en el juzgado, aunque solo sea para hacer una declaración con el listado de propiedades que se ha llevado cada cónyuge.
Aunque, lo cierto, continúa, es que en los últimos años estos, los divorcios «por las malas» son los menos y la mayor parte de las separaciones se producen de forma más civilizada, sin aspavientos y de mutuo acuerdo. También es cierto, que cada vez es más habitual en las separaciones que los hijos se queden viviendo en la casa familiar y sean los padres los que se muden a otra casa y se turnen en el cuidado de los hijos. Y aquí los padres se llevan cuatro cosas sin necesidad de grandes portes ni de contratar servicio alguno, cuando no vuelven a la casa familiar a ocupar su habitación juvenil. Cuando no hay hijos, la cosa cambia, porque las dos partes son más libres para tomar decisiones y siempre es bueno cambiar de aires, vivir en otro entorno y conocer gente nueva para olvidar la ruptura y a reconstruir la vida, sea o no con camión de mudanzas por medio.
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Por último, en la cola de los motivos que mueven un camión de mudanzas, están los problemas de salud y el fallecimiento de los progenitores. Generalmente cuando fallecen los padres, los hijos deciden guardar los muebles en un guardamuebles para vender el piso. Esto, a la larga nunca es una buena decisión, afirma Raúl Buj, porque esos muebles, que suelen ser muy buenos y muy grandes, en tamaño y valor sentimental, nunca van a volver a estar en una casa y los herederos acaban cansándose de pagar el alquiler del guardamuebles por lo que la empresa de mudanzas se ve obligada a deshacerse de ellos.
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