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Llegaron a principios de agosto del año pasado procedentes de Mali o Senegal. Huían de situaciones de violencia, guerra o hambre y en busca de ... un futuro mejor, de una vida mejor en España. Noventa hombres vinieron a Palencia con el programa de colaboración entre la orden hospitalaria San Juan de Dios y el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones para la atención a inmigrantes y refugiados por un periodo de cuatro meses a las instalaciones de los Barnabitas del Camino de la Miranda. Este Programa de Ayuda Humanitaria ha dado paso, desde enero, al Programa de Protección Internacional, un servicio –también del Ministerio– donde se acoge a estos migrantes y se hace un itinerario según sus necesidades. «Solicitan asilo porque han tenido que abandonar su país por situaciones violentas, extremas o por raza, sexo o religión. Son dieciocho meses y abarca mucha cartera de servicios, de psicología, jurídico, integración, profesoras de español para el idioma y orientación y formación laboral», explicó este lunes Yomar Ruiz, la coordinadora de este programa, también denominado Dispositivo Teranza, que significa hospitalidad en senegalés.
Los datos arrojan que desde agosto que arrancó el anterior proyecto ha habido una inserción laboral de 31 personas (siete más lo harán próximamente), mientras que en formación ya se superan las 92. «La mayoría de ellos, cuando encuentran trabajo, salen del dispositivo y hacen una vida autónoma», añadió.
Desde que comenzó, ha habido extranjeros que se han desvinculado ya del programa al encontrar trabajo, mientras que otros van llegando, siendo el máximo de plazas en Palencia de noventa. «Si hacemos inserciones laborales, entran personas nuevas. En Ayuda Humanitaria era solo población subsahariana, pero con el nuevo itinerario, con Protección Internacional, abarcamos más culturas y países, tenemos de Venezuela o Marruecos. En total, desde agosto hasta la actualidad, 158 personas han pasado por nuestro dispositivo», argumentó la coordinadora del mismo.
Con el objetivo de mostrar la verdadera cara de los migrantes a la población local comenzó en noviembre del año pasado 'África Voluntaria', un proyecto de integración social a través del voluntariado, a través del cual se han conocido instituciones, asociaciones y personas en un plan de encuentro y de compartir. «Hemos pasado por espacios públicos como la residencia de San Antonio, donde realizan un voluntariado y van cada semana. También en el colegio Maristas acuden dos personas para apoyar a la profesora de francés como hablantes nativos y en las canchas del Cristo hemos tenido encuentros casuales que nos han llevado a otros ya en el colegio Juan Mena», resume el monitor ocupacional del dispositivo Teranga de Protección Internacional de San Juan de Dios, Arsel Manuel Álvarez.
«Tratamos de buscar el encuentro. Pensamos que, si nos conocemos, nos damos cuenta de todo lo que tenemos para compartir y lo que nos podemos aportar unos a otros. La idea es eliminar y evitar que surja la discriminación racial, que normalmente surge por el desconocimiento», añadió.
Reconoció que se habían vivido momentos muy bonitos con «los chicos», que ellos acuden a ayudar, pero también reciben la experiencia de relacionarse con otras personas y el refuerzo del español. «En la residencia de ancianos les ayudaron a escribir y los ancianos pueden necesitar la compañía que aportan Sagui y los demás. Y lo mismo con las personas con discapacidad. Ahí preparamos una actividad de lógica para los usuarios de San Cebrián, pero para leer las palabras de la actividad, necesitaban su ayuda», explicó.
«Estos encuentros son muy importantes para nosotros porque conocemos muchas personas a través de las actividades y los talleres que hemos hecho en la ciudad. Donde viven los ancianos, acudir al colegio... Hemos visitado muchos lugares y conocemos muchas personas, y necesitamos a la gente de Palencia para ayudarnos a desarrollarnos y a trabajar y vivir aquí», explicó, expresándose despacio y en un buen español, Sagui Traoré, maliense que se encuentra en Los Barnabitas (tras llegar a Gran Canaria y estar después en Mérida) y uno de los voluntarios que acude como nativo a las clases de francés de Maristas. «Estamos muy bien en Palencia, nos gusta mucho y es una ciudad muy bonita y la gente de aquí es muy amable», agregó.
Todas las personas, asociaciones e instituciones con las que se han relacionado a lo largo de estos meses se reunieron este lunes en la Biblioteca Pública de Palencia para conmemorar el Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, que se celebra el 21 de marzo en memoria de las víctimas de la masacre ocurrida en 1960 en Sharpeville, Sudáfrica.
Además del equipo de Protección Internacional, el encuentro contó con Gema Manrique de Cruz Roja; con Jorge Benito, del propio San Juan de Dios; con Viviana Salgado, de la Unidad Pastoral de Santa María del Otero, junto con los migrantes Sagui Traoré y Mamadou Ndiaye.
«Palencia tiene buenas personas. Desde que llegamos aquí yo conozco muchísimas, porque yo siempre intento relacionarme con la gente, aunque no es fácil», reconoció Mamadou Ndiaye, que arribó a Tenerife y posteriormente fue dirigido a Alcalá de Henares, antes de recaer en Palencia, donde ya trabaja en Agropal. «Donde trabajo, los clientes me preguntan siempre. Ellos me tratan bien con todo corazón, y otros se paran a hablar conmigo», comentó.
El encuentro en la Biblioteca contó además con una exposición de fotos de las distintas actividades de voluntariado que han protagonizado los migrantes, como una repoblación de bosque autóctono o la reunión de migrantes de la unidad pastoral de Santa María del Otero.
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