Obras de ampliacion del aparcamiento de la Estación de Pequeña Velocidad. Manuel brágimo

Palencia apuesta por los grandes aparcamientos para liberar el centro

La ampliación de la Estación de Pequeña Velocidad permitirá descongestionar el centro y mejorar la fluidez del tráfico

Domingo, 23 de mayo 2021, 10:00

Aparcar en el centro de las ciudades nunca es fácil. De hecho, cada día resulta más complicado. La peatonalización comienza a imponerse como referente de calidad de vida. La contaminación, los ruidos o el riesgo de atropellos no cuadran bien con la creciente atracción por ... los hábitos saludables que impera en la sociedad actual.

Publicidad

El modelo de ciudad cambia, los sistemas de transporte, también, y el urbanismo se afana por ofrecer a las personas espacios más amables, atractivos, sostenibles y despejados en la mayor manera posible de ese elemento distorsionador en el que se han convertido los coches tradicionales. En este sentido, el Ayuntamiento ha encargado la elaboración de un Plan de Movilidad, con el que definir el modelo de transporte que en el futuro debe diseñarse para la ciudad de Palencia, aunque siempre con ese gran objetivo de la sostenibilidad y el protagonismo del peatón.

Este es un proceso general que se extiende por todas las grandes y pequeñas ciudades europeas, y que tiene, por supuesto, su reflejo también en las calles de Palencia.

El casco histórico, que ha recibido recientemente la declaración de elemento protegido como bien de interés cultural, ha ido en los últimos años ganando espacios para el peatón frente a las vías en las que está permitido el tránsito de vehículos. Y no solo esto, sino que en estos últimos días se ha impuesto una genérica limitación de velocidad a 30 kilómetros por hora en la mayor parte del casco urbano.

Se trata de medidas encaminadas a que las personas recuperen esos espacios y se transformen en protagonistas de la vida social. Y todo ello debe darse en unas calles que, por otra parte, cada vez cada vez cuentan con menor número de huecos reservados para el estacionamiento, al tiempo que un mayor volumen de vehículos registrados en el padrón municipal.

Publicidad

Es una paradoja que únicamente puede resolverse mediante la creación de nuevos espacios de aparcamiento que, sin embargo, salgan de esa zona de protección y de esparcimiento ciudadano que supone el casco histórico.

Durante décadas, para garantizar la existencia de esas plazas libres de aparcamiento, la mayor parte de los ayuntamientos han recurrido a modelos de regulación como el de la Zona Azul, que garantiza la rotación de los vehículos, así como de unos ingresos extraordinarios para las arcas municipales. En el año 2016, incluso se creó una Zona Naranja en los entornos de la Plaza de Abastos y de la centro de salud de los Jardinillos, con el fin de agilizar esa rotación de vehículos en áreas de alta demanda.

Publicidad

Diversos sectores

La ordenanza municipal con la que se regula el tráfico y los aparcamientos divide la ciudad en sectores en los que se aplica esa Zona Azul, pero aún quedan amplias áreas de la capital que no se encuentran sometidas a la regulación de la ORA y que el Ayuntamiento podría incorporar en el caso de que creciese la demanda de los ciudadanos, ante la imposibilidad de encontrar plazas de aparcamiento.

Sin embargo, el Ayuntamiento no tiene, por el momento, ningún interés de ampliar la Zona Azul, aunque vaya a licitar de nuevo la gestión del contrato de la ORA, sino que se inclina por una modalidad muy diferente para ampliar esa oferta de huecos para el estacionamiento de vehículos.

Publicidad

En este modelo, que se basa en la creación de grandes superficies de aparcamiento en la periferia del caso histórico con tarifas reducidas, se enmarca una de las últimas actuaciones en materia de obra pública que ha emprendido el Consistorio.

Se está reformando en estos momentos uno de esos grandes aparcamientos públicos de precios reducidos, el de la antigua Estación de Pequeña Velocidad, con el objetivo de duplicar su capacidad y alcanzar la cifra total de 662. A ellos, hay que sumar las 168 plazas que también se ofrecen en otro aparcamiento similar, también con tarifas reducidas y fijadas por el Ayuntamiento, que se ubica junto a las estaciones de trenes y autobuses.

Publicidad

Este tipo de grandes estacionamientos es el modelo que defiende del actual equipo de gobierno municipal, del PP y Ciudadanos, para contener la presencia de vehículos en el casco histórico. De hecho, la denominación que se maneja desde el Ayuntamiento es la de aparcamientos disuasorios, puesto que con sus bajas tarifas disuaden a los conductores de buscar otra plaza en el interior del casco antiguo de la ciudad, en donde impera la regulación de la ORA, cuyos precios son más elevados e incluye también desventajas como la necesidad de renovar el tique o si se trata de la Zona Naranja incluso de mover el vehículo a otro lugar de la ciudad.

Suelo ferroviario

Ambos aparcamientos, el de las estaciones y el de la Estación de Pequeña Velocidad se han configurado sobre terrenos pertenecientes a la empresa pública Adif, que gestiona el patrimonio del suelo ferroviario. En ambos casos, mediante un convenio, por el que el Ayuntamiento cede a Adif una pequeña compensación económica, el terreno pasa temporalmente a disposición del Consistorio (se han firmado acuerdos de cesión por quince años), que fija las tarifas de aparcamiento que considere convenientes. Se trata de estacionamientos vallados y controlados con barrera, pero que únicamente obligan al pago por el uso en el mismo horario en el que funciona la ORA. Es decir el resto del tiempo, como las noches o los fines de semana desde el sábado por la tarde, son gratuitos y basta con sacar el tique (aunque sin coste) para que se levanten las barreras.

Noticia Patrocinada

Además, se establecen tarifas muy económicas (1 euro por toda la mañana o toda la tarde o 1,5 euros por toda la jornada), con el fin de que resulten muy atractivos para los conductores y se abstengan de entrar con el vehículo en el casco de la ciudad.

El éxito del aparcamiento de la Estación de Pequeña Velocidad es tan notable, que la mayor parte de las mañanas de los días laborales resulta muy complicado encontrar una plaza libre, motivo por el que el Ayuntamiento decidió solicitar a Adif la posibilidad de ocupar más terrenos adyacentes para ampliar la zona de estacionamiento. La empresa ferroviaria concedió la petición y en estos momentos se trabaja ya en esa ampliación, que permitirá duplicar el número de plazas disponibles. En la actualidad, la Estación de Pequeña cuenta con 327 plazas de aparcamiento para turismo, y se espera que en los próximos meses, dado que las obras ya van muy avanzadas, al haberse completado la nivelación de los terrenos, puedan ofrecerse a los conductores un total de 662 plazas de aparcamiento, de las que 16 serán para personas con discapacidad (una de cada cuarenta aproximadamente) y se reservarán otras cuatro para el estacionamiento de autobuses.

Publicidad

Petición histórica

Esta es una demanda histórica de las empresas de transporte de viajeros, que se ven con grandes dificultades para encontrar un lugar adecuado para aparcar sus vehículos cuando se contratan excursiones o viajes y es necesario esperar durante unas horas a los usuarios. De forma habitual, los conductores de los autobuses tienen que alejarse del centro de la ciudad y buscar aparcamiento en zonas alejadas, en los entornos del polígono industrial o detrás del Pabellón de Deportes, por ejemplo, por lo que siempre han demandado la posibilidad de aparcar durante unas horas en un espacio adecuado próximo al centro, dado que muchas de esas excursiones o viajes organizados plantean la recogida de los viajeros en lugares como la parada de la plaza de San Lázaro o la plaza de Cervantes, junto a la Catedral.

El Ayuntamiento confía en que con las más de ochocientas plazas que suman los dos aparcamientos disuasorios la intensidad del tráfico en el casco histórico se reduzca y la circulación sea mucho más fluida, puesto que serán muchos menos los conductores que entrarán para buscar un hueco donde dejar su coche.

Publicidad

Este tipo de medida se enmarcan en esa nueva política de descongestionar los cascos urbanos y fomentar la peatonalización, aunque esta medida también encuentre muchos detractores, especialmente en aquellas zonas en las que la antigüedad de los edificios y el modelo constructivo de hace décadas no contemplaba la construcción de garajes. Sin embargo, desde el Ayuntamiento se insiste en que aunque se haya impulsado la peatonalización de muchas calles del centro o que las nuevas actuaciones de mejora urbanística incluyan la desaparición de plazas de aparcamiento, son muchas más las que se han creado en los últimos años en diferentes grandes áreas de estacionamiento, también situadas en la periferia del casco antiguo.

En este sentido, el Consistorio recuerda que en el marco de la construcción de la pasarela elevada en la zona de los Tres Pasos (barrio de San Antonio) se creó un aparcamiento gratuito en la calle Pedro Berruguete, junto al parque de la Carcavilla, con 53 plazas. Y en otra zona próxima, junto al acceso al subterráneo de los Tres Pasos se ha acondicionado también el área que se usaba irregularmente como aparcamiento para que ofrezca el aspecto de un solar abandonado y se transforme en una verdadera zona de estacionamiento público.

Publicidad

Asimismo, también en los últimos años se ha incrementado el número de plazas de forma notable en el polígono industrial, con el acondicionamiento de zonas que se encontraban degradadas y que se venían usando ya de forma indebida. Se han creado en torno a 500 plazas en las calles Curtidores, Francia y Comunidad Europea, con una inversión de 676.000 euros.

Los privados

Pero al margen de todas estas plazas de carácter público, en la ciudad también pueden encontrarse aparcamientos privados que facilitan aún más la circulación en la zona centro de la ciudad.

Publicidad

En ambos casos se trata de aparcamientos subterráneos construidos en terrenos municipales, que han sido cedidos por un largo periodo de tiempo, superior a los treinta años, a las empresas que ejecutaron las obras de construcción. La empresa Gessa gestiona el aparcamiento de la plaza de los Juzgados desde 1990, mientras que el otro estacionamiento se ubica en la plaza de Pío XII y entró en servicio en el año 2005, con una cesión por 50 años.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

0,99€ primer mes

Publicidad