Las orquestas, desbordadas de trabajo

El verano de 2024 está siendo el gran estabilizador del mercado de estas celebraciones tras todas las complicaciones que sufrió durante la pandemia y los años posteriores. El nivel de trabajo de este fin de semana es superior incluso a la oferta que puede atender este sector tras la 'fuga' de muchos trabajadores. «Trabajo hay mucho y los ayuntamientos cada vez programan más. El sector está recuperado por completo, estamos saturados de trabajo y al 100% de nuestra capacidad, incluso con cifras superiores a antes de la pandemia. Es una tendencia que está afectando a muchísimas más actividades, más allá de las orquestas. Este verano el trabajo ha subido, aunque también se nota que algunos ayuntamientos cuentan con presupuestos más bajos», afirma Rafael Paniagua, responsable de la empresa promotora Señor P Producciones.

Aumento de los costes

La demanda de orquestas para este puente ha desbordado por completo a todas estas empresas. El puente de la Asunción supone el plato fuerte para estas compañías palentinas antes de la llegada de las fiestas de San Antolín. «El año pasado fue muy bueno y este está siendo raro, no sé si puede deberse a que ha sido electoral y muchos ayuntamientos han cambiado de gobierno. En nuestro caso, estamos muy bien y teniendo mucha repercusión. Este fin de semana estamos trabajando hasta en 75 municipios. Aunque el aumento de los costes, que está disparado respecto al de hace dos años, hace que tampoco puedan tirar la casa por la ventana», expone José Antonio San Millán, propietario de Espectáculos San Millán, con hinchables y otras animaciones.

La gran aglomeración de celebraciones durante estas fechas obliga a los municipios a pagar un coste más elevado y reservar con mucha antelación, y normalmente esas reservas se realizan hasta un año antes, lo que también supone un pequeño inconveniente por los constantes cambios de personal entre las mismas orquestas. «Normalmente el producto que vendemos este agosto lo hemos vendido el pasado mes de octubre. Jugamos con una desventaja muy grande, que es comprar un nombre, porque ves una orquesta estrella que quieres para el año que viene y no sabes si va a cambiar de cantante, de bailarines o de repertorio», cuenta Rafael Paniagua.

Las fechas cercanas al 15 de agosto están más que llenas y adjudicadas desde el año pasado y ahora comienzan las reservas para 2025. «Tenemos muchas reservas cerradas para el año que viene. Si quieres un producto exclusivo, que tenga demanda y de calidad, tienes que reservarlo un año antes», argumenta José Antonio San Millán.

La mayor demanda sobre la oferta obliga a estas empresas a rechazar clientes para estas fechas. «Peticiones tienes muchísimas y sí, muchas veces te toca rechazar trabajo, porque no hay producto o porque no tienes lo que están buscando. En nuestra empresa consideramos que antes de quedar mal con un cliente, es preferible no hacer ese pueblo porque no todo vale», reconoce Rafael Paniagua.

La pérdida de trabajadores durante la pandemia ha dejado muy tocado al sector en este apartado. Las contrataciones han vuelto a la normalidad este verano, aunque gran parte de esos trabajadores han optado por no regresar al sector. Una problemática que en caso de prolongarse, seguirá provocando estos rechazo de peticiones durante los próximos años. «El sector perdió muchísimo personal en pandemia y eso ha derivado en la escasez que vivimos ahora. Mientras no hagamos cantera y volvamos a recuperar, hay ciertas fechas al año donde no se puede atender la gran demanda que existe», opina José Antonio San Millán.

Discomóviles y DJs

La falta de personal y los altos costes han propiciado un escenario idóneo para que el rival de las orquestas cobre fuerza y protagonismo. Las discomóviles, DJs y macrodiscotecas han conseguido hacerse un hueco en este sector y cada vez son más frecuentes a la hora de llenar la programación de los pueblos. «El pueblo grande apuesta por la orquesta y después tiene ese hueco para la gente joven con una discomóvil o un DJ. Los pueblos pequeños sí suelen apostar por suplir una orquesta por una macrodisco con algo de animación. Hay una diferencia muy grande en lo económico y los complementos están tomando mucho protagonismo en las fiestas de los pueblos, como son el 'tardeo' con bandas tributo o los espectáculos de calle», señala Rafael Paniagua.

A pesar de todo, la diferenciación entre ambos productos hace que desde el mismo sector no lo vean como una competencia directa. «No lo considero competencia porque es otro producto anexo a las fiestas como pueden ser las charangas o los parques infantiles. No tiene nada que ver una orquesta con un DJ, no es sustituible una por otra. Lo veo más un producto que atiende las necesidades de juventud, ayuntamientos o particulares que buscan algo más asequible y pueda cubrir una fiesta determinada», concluye José Antonio San Millán.