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Las Fuerzas Armadas Españolas participan en 16 misiones en el exterior, con 2.816 militares y guardias civiles desplegados en cuatro continentes. Bajo bandera de la UE están presentes en Malí, en Somalia, en Bosnia-Herzegovina, la República Centroafricana, en las costas de Somalia ... y el Mediterráneo. En Senegal y Gabón, España tiene dos destacamentos de apoyo aéreo a las misiones de Francia en la región del Sahel. En el marco de la OTAN, forma parte en Letonia de un batallón internacional. En Afganistán suma en la misión Resolute Support, y en Turquía tiene una batería Patriot. En el Mediterráneo aporta un submarino a la operación Sea Guardian, y en el Atlántico Norte, una fragata se halla integrada en las Fuerzas Navales Permanentes Aliadas. Respecto a la lucha contra el Daesh, contribuye al adiestramiento de las fuerzas de seguridad iraquíes, y España también contribuye a la ONU con un amplio contingente de cascos azules en el Líbano y un grupo de observadores en Colombia.
Dos son palentinos de cuna, el teniente Pedro Javier Ruiz, de 33 años, y el sargento primero Iván Pajares, de 37. Y el tercero de ellos, el soldado Alejandro Torres, de 28, aunque nació en Colombia, vino desde muy pequeño a Palencia con su familia. Los tres militares del Ejército de Tierra están destinados en el Regimiento de Transmisiones I, cuya base está en Castrillo del Val (Burgos), pero desde el pasado 21 de noviembre están en la EUTMMalí, misión internacional de la UE para adiestramiento de las tropas de ese país africano. Estarán seis meses en la antigua colonia gala, en concreto en Koulikoro, por lo que no podrán pasar las navidades con sus familias. Para el teniente Ruiz y el soldado Torres, esta es su primera misión, pero el sargento Pajares suma ya otra en su hoja de servicios, puesto que estuvo hace siete años en el Líbano, durante casi cinco meses.
«Esta de Malí es una misión muy diferente a la del Líbano, allí la base era muy grande y casi todos éramos españoles», incide Iván Pajares, para quien la experiencia en Malí «está siendo muy buena». «Aquí, el día a día es totalmente distinto al que se vive en España, empezando por la temperatura, pues ahora igual hay 20 grados. Aquí es muy complicado ver nubes, y así vamos a estar hasta finales de mayo», señala Pajares, para quien lo peor será estar lejos de la familia estos días de Navidad. «Es lo más duro, porque el teniente y yo tenemos niños pequeños. Yo, por ejemplo, tengo un niño de 2 años y medio y el teniente, tiene dos, uno de 3 años y otro de meses», apunta el sargento primero palentino, que tendrá que conformarse con ver a su retoño como el resto de los días, a través de videollamadas.
«Es más difícil por el niño, por la ilusión que le hace la Navidad. Pero en abril ya empezamos a preparar a la familia. Pero uno siente aquí más el sentimiento de patria y está muy satisfecho de poner su granito de arena», añade Pajares desde Malí, en una misión en la que «somos unos 200 militares». «El contingente más grande es del tercio de Ronda de la Legión, pero hay gente de 27 o 28 nacionalidades, porque la misión de entrenamiento es europea. Nosotros tres estamos como especialistas en transmisiones, pero los principales actores son los instructores, el resto les prestamos apoyo, cada uno en su especialidad», enfatiza Pajares, cuyo día empieza siempre antes de las 6:00 horas.
«Empezamos haciendo deporte, corremos por dentro de la base o en el gimnasio, luego ya desayunamos y cada uno va a su dependencia. Se hace una parada para comer y tenemos un poco de tiempo libre antes de volver al trabajo, pero no salimos de la base. No se puede salir, cuando lo hacemos, siempre es en vehículos. La vida está dentro de la base, que es pequeña, tenemos un kilómetro de circunferencia para correr. Hay que mentalizarse de que hay que
estar aquí y es lo que hay. El tiempo libre lo dedicamos a hacer deporte, porque es lo que mejor viene para la cabeza después de trabajar. Juegas al fútbol sala con gente de otros países y está bien, porque absorbes cosas de la gente con la que te relacionas. Yo estoy muchas horas con un militar de la República Checa y al final te llevas un amigo de otro país», señala Pajares, que incide en que el agua que beben es embotellada pero que la comida es buena. «Malí fue colonia gala y la base la lleva una contrata francesa. Comemos bien, aunque echo de menos la tortilla de patata de mi madre», subraya el sargento primero palentino, que indica cómo en la zona sur «hay más calma, la población es más tranquila, se la ve contenta viendo tropas militares». «Pero hay que estar atento siempre», concluye.
«Son treinta años ya de misiones OTAN, Unión Europea, Naciones Unidas y acuerdos bilaterales con Francia o solo españolas. Donde más gente tenemos ahora es en misiones OTAN, 908 personas, y después, en Naciones Unidas, con 615; la UE, con 575; en la coalición internacional de apoyo a Irak, con 545; en misiones bilaterales con Francia, 105, y por último, en misiones españolas, con 68 efectivos» , señala el subdelegado de Defensa en Palencia, el coronel Carlos Hidalgo Rilova, que incide en los once militares palentinos que prestan servicio en alguna de esas misiones. «Son datos del censo de votantes. Uno está destinado en la EUTM Malí, en Koulikoro; cuatro, en la coalición internacional de apoyo a Irak; otros cuatro, en la Enhanced Forward Presence, en Letonia; uno, en Finul-Libre Hidalgo, en Líbano, y uno, embarcado en el Mediterráneo, en la Armada. De los once militares palentinos, diez son hombres y uno, mujer, esta última destinada en la unidad logística de la coalición de apoyo a Irak, que tiene el objetivo de adiestrar al Ejército de Irak para derrotar al Daesh», apunta Carlos Hidalgo, que aporta datos de las otras misiones con militares palentinos.
El subdelegado de Defensa en Palencia, el coronel Carlos Hidalgo, estuvo en 2007 en el Líbano en misión internacional, y antes había estado en Etiopía. Así que sabe mucho y bien sobre la presencia de tropas españolas en el extranjero.
«El Líbano fue una experiencia muy curiosa. Vas a un sitio donde estás en guerra, vas con el chaleco antibalas hasta arriba y con el casco metido pensando en que no te explote un coche. Eres casco azul y se supone que te van a respetar, pero no es verdad, a los cuatro días de llegar yo reventaron un blindado y mataron a seis españoles. Pero vas con una misión y no hay vuelta de hoja», afirma Carlos Hidalgo, que recuerda también la satisfacción de la gente con la presencia de los militares españoles.
«Te reconocen que gracias a que estamos allí, llevan años de paz, que no la habían visto nunca, porque llevaban años de guerra. Es una paz inestable, pero ellos lo agradecen y se ve que prospera el país, que pueden tener una estabilidad y que pueden hacer cosas que no podían hacer en plena guerra. En el Líbano se van reconstruyendo poco a poco las ciudades y las carreteras que han sido destruidas», añade Carlos Hidalgo, que incide en cómo las Fuerzas Armadas Españolas «están muy bien consideradas».
«Las tropas españolas destacan en todo.Aprincipios de año hubo un ataque contra el cuartel general de Malí y fue rechazado por tropas de protección españolas. No tenemos grandes medios, pero sí sabemos usarlos bien. Francia lo agradeció mucho. Combatir intentamos no hacerlo, lo que vamos es a apoyar a esos países a que se desarrollen. En Irak y en Malí enseñamos a las tropas de ese país africano cómo deben trabajar, y ellos tienen que hacer el trabajo, es su país», añade el subdelegado de Defensa, que
explica cómo las solicitudes para las misiones «tienen que partir del organismo que lo necesita. Si la OTAN necesita intervenir en un sitio, manda una solicitud a todos los países y estos dicen si pueden aportar tropas o no. Intervenimos donde España tiene capacidad, posibilidad e intereses», concluye Carlos Hidalgo.
«En la EUTM Malí colaboramos con los franceses, pero dentro de la UE, en adiestrar al Ejército del país. Estamos desde enero de 2013, con 200 militares entre instructores y fuerza de protección en Bamako y Koulikoro. En la Enhanced Forward Presence, los españoles participan en un batallón multinacional de 350 militares en Letonia. En el Líbano, 610 españoles vigilan el cese de las hostilidades desde el año 2006, y en el mar Mediterráneo, el objetivo de las unidades navales es de primera respuesta ante situaciones de crisis», apunta el subdelegado de Defensa en Palencia, que incide en cómo la zona de mayor inestabilidad en la actualidad es «la zona de Oriente Medio».
El colegio Sagrado Corazón de Venta de Baños también está en Malí, aunque sea solo a través de las tarjetas navideñas que los alumnos han hecho llegar a los militares españoles. «La Ampa del colegio se puso en contacto con nosotros porque querían mandar unas tarjetas de Navidad a la gente que está en operaciones en el extranjero. Nos pusimos en contacto con el Estado Mayor de la Defensa
y nos dijo que la mejor operación para hacerlo es la que teníamos desplegada en Malí. Escribieron las tarjetas niños desde Primero de Educación Infantil hasta cuarto curso de la ESO y nos las entregaron en octubre, fuimos metiéndolas en una caja y la mandamos a Valladolid. De allí a Madrid y de allí a Malí, donde ya las han recibido», señala Carlos Hidalgo, subdelegado de Defensa.
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