josé carlos díez
Guardo
Domingo, 21 de octubre 2018, 19:52
Guardo ha acogido este domingo la segunda edición del Concurso de Castilla y León de Ollas Ferroviarias, que busca recuperar una tradición gastronómica que se remonta a los tiempos del ferrocarril de vapor, en los que los ferroviarios cocinaban sus guisos en las vías del tren con el carbón de la propia máquina en las peculiares ollas que ayer pudieron volver a verse en la villa norteña.
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Existe en la localidad una creciente afición por este plato y así lo demuestran la decena de encuentros que se han celebrado, tanto locales como regionales, hasta haber logrado un número tan alto como los 98 participantes que ayer se encontraron en la plaza del Ayuntamiento para elaborar sus guisos.
En esta ocasión la organización, a cargo del Ayuntamiento de Guardo, ha proporcionado a los participantes alubias remojadas, chorizo, tocino y morcilla de Alimentos de Palencia como ingredientes básicos para la elaboración de la olla, a la que los cocineros podían echar cualquier verdura u hortaliza a su elección, así como especias, pero ningún caldo, a riesgo de ser descalificados, algo que el juego limpio de los concursantes y el buen trabajo del jurado evitó que sucediera.
Algunos de los participantes que llegaban a Guardo por primera vez, destacaron la buena organización del evento y, algunos asiduos pusieron en valor el lugar de desarrollo, la plaza del Ayuntamiento, donde todos los concursantes pudieron estar juntos y era muy fácil disfrutar del evento.
El día, con un tiempo propicio, así como el hecho de que la organización pusiera música en la plaza desde la nueva casa consistorial, hizo que el evento luciese aún más y que la afluencia de público fuera muy superior a la de otros años.
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Además del buen sabor y la buena presentación del plato, el jurado tuvo que valorar que el tocino hubiese quedado en el punto justo y se pudiera untar con pan, así como que la olla no contuviese ningún ingrediente no autorizado.
Tras la deliberación, que fue complicada por el alto nivel de los guisos, el jurado decidió que el ganador del primer premio fuera el guardense José Antonio Rodríguez, que obtuvo los 1.000 euros del premio regional, así como el reloj de mesa donado por Joyería Aparicio para el mejor concursante local. En segundo lugar se situó María Isabel Gil, llegada desde Llodio (Álava) que se alzaría con los 500 euros del segundo premio y Óscar Sáinz, llegado desde Pamames (Cantabria) haría lo propio con el tercer premio, dotado con 250 euros.
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Además de las ollas concursantes, algunos cocineros aprovecharon el fuego para preparar fuera de concurso su propia olla como una de patatas con pulpo que hizo salivar a más de uno, aunque también hubo quien, como novedad, echó setas en la olla participante, haciendo de su sabor uno más intenso y peculiar.
Cabe destacar que los participantes de esta edición llegaron desde toda Castilla y León, País Vasco, Cantabria y Asturias.
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