Palencia

Ocho extrabajadores de Lactoduero reclaman una deuda de 360.000 euros

Tras periodos de retrasos en los pagos de las nóminas, la situación empeoró y los trabajadores llevaban sin cobrar sus nóminas desde diciembre de 2021. Cuando se les rescindieron los contratos emprendieron la demanda, en octubre de 2022.

Ahora, el concurso de acreedores continúa sus fases de tramitación correspondientes y los ex-empleados siguen a la espera de poder acudir Fondo de Garantía Salarial (Fogasa), ya que Lactoduero ha declarado en el expediente presentado que no cuenta con bienes suficientes para poder hacer frente a las deudas contraídas.

Los exempleados viven con desánimo cómo las instalaciones se están desmantelando mientras avanza el tiempo sin medidas cautelares que impidan la salida de bienes y maquinaria y mientras la deuda con ellos se dilata en el tiempo. Porque los exempleados tienen constancia de una sentencia de ejecución y embargo de bienes en su favor para cubrir parte de las deudas, pero si esta situación se prolonga, temen que cuando llegue la resolución del concurso de acreedores por parte del juzgado solo queden las paredes de las instalaciones.

Lactoduero nació en 2004 para dar servicio a la ganadería de la comarca de Saldaña y ofrecer al ganadero una gestión profesional en la venta y comercialización de la leche, si bien su negocio se amplió. La empresa popularizó en 2011 la distribución de agua de mar embotellada, convirtiéndose así en la única empresa del mundo que ofrecía al público en general el líquido elemento envasado y convenientemente tratado, que se vendía en envases de uno hasta cinco litros.

En Barrios de la Vega, localidad situada a unos cinco kilómetros de Saldaña, la empresa invirtió cerca de un millón de euros para la adquisición de una finca de 12.800 metros cuadrados, que albergan unas instalaciones de 1.800 metros en los que se desarrollará la actividad. La planta se ha edificado sobre una antigua instalación ganadera caída en desuso.