El objetivo palentino en las bodas más exclusivas del mundo

Casi cuatrocientos invitados en el Resort Trump de Miami para celebrar la boda de Raheli y Ran, que se alargó durante días. Los hombres bailaron en círculo, los invitados auparon en sillas a los novios después de haber roto un vaso para celebrar que el oficiante les había declarado marido y mujer. Al otro lado del objetivo, inmortalizando estos momentos únicos, estaba la palentina María Martínez, fotógrafa de bodas, junto a su pareja, Ricardo Carranza, en su empresa Captured Group. «Los judios, por lo general, tiran la casa por la ventana con las bodas», afirma María, que vive en Nueva York desde hace seis años.

Sin contar con las bodas civiles, muy comunes en Manhattan, en el Empire State o Central Park, habrán trabajado en un centenar de enlaces. «Al poco tiempo de empezar, ya tenía clientes para bodas cada vez más grandes y nos encontramos trabajando, de repente, alrededor del mundo», señala. Sobre todo, han cubierto enlaces en Estados Unidos o México, pero ya tienen encargos para 2023 en Canadá o Bahamas.

«Creo que las bodas han evolucionado para bien. Hoy en día es más fotoperiodismo. Captas los momentos, las reacciones, los sentimientos, ya no hay poses. Me encanta fotografiar al tío de la novia bailando solo en la pista o las lágrimas de alegría que surgen», reconoce.

María Martínez era recepcionista en 'Pachá' en Ibiza cuando su hermano le regaló su primera cámara de fotos. Desde allí viajó hasta Nueva York para trabajar en un hotel. En la Gran Manzana comenzó con la fotografía. Primero hizo 'fashion photography' con modelos, posteriormente eventos, embarazadas, bebés, inmobiliarias... hasta que aterrizó en el mundo de las bodas.

Ricardo comenzó a estudiar en una escuela de cine para ser el videógrafo de Captured Group, mientras que María estaba siempre con la cámara en la mano. «Los dos hemos empezado a viajar desde muy jóvenes. Él por el Ejército y yo empujada por la crisis laboral en España y este trabajo nos permite hacerlo, algo que nos encanta. Aún no hemos trabajado en España, pero nos gustaría mucho, así podríamos ir a ver a la familia», afirma.

Captured Group sigue creciendo y ya tiene cuatro miembros más en Miami. Las bodas son distintas al otro lado del Atlántico. Normalmente los novios se vuelcan en estas celebraciones, con las montañas de copas de champán o los fuegos artificiales como punto final, además de arriesgarse a probar cosas nuevas. Y a esto hay que sumar, la amplitud de culturas y religiones de allí.

Reconoce que las pedidas de matrimonio son muy creativas. Han tenido proposiciones en helicóptero, en barco delante de la Estatua de la Libertad, sobre el Empire State o en mitad de la pista de patinaje de Rockefeller en Navidad o en el Gran Cañón del Colorado. Las bodas, como la moda, van creando tendencias. Ahora se lleva verse antes de la ceremonia, el 'first look', tirando por tierra toda la tradición de no ver a la novia que da mala suerte o el 'first touch', que es el tocarse sin verse.

María y Ricardo van a lanzar una rama más privada de bodas, Phi, dedicada a enlaces de destino más exclusivos o de aventuras. «Es para aquellos que se casan en el pico de una montaña o en un glaciar de Alaska, por ejemplo», explica. Su trabajo ha sido publicado en medios tanto de Nueva York como de Miami. Se promocionan a través de su web y de wedding wire, parecido al portal nupcial de bodas.net.

La covid no se interpuso mucho en su trabajo, ya que «Nueva York no llegó a parar por la pandemia y desde hace un año ya todo sigue como antes». María y Ricardo aprovecharon para venir a Palencia en febrero. «Me gusta el vermut y la caña, una buena barra de pan, las persianas en las ventanas, comer tomates con sabor o el cierzo en las noches de verano», concluye, rememorando su tierra.

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