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La imagen se repite cada día. Muebles, electrodomésticos y enseres de todo tipo acaban en las calles de la ciudad cuando sus dueños se cansan de ellos. Rara vez los contenedores de basura no tienen a su lado televisores, sofás, ventanas o cualquier otro tipo de elemento que espera la llegada del servicio de recogida de enseres de Urbaser para ser retirado de la vía pública.
Estas estampas que afean la ciudad se podrían evitar tan solo con una llamada. El número de teléfono 979 712 526 atiende de lunes a viernes a los vecinos que desean deshacerse de sus enseres, que lo único que deben hacer después de llamar es bajar los bártulos al portal y el personal de Urbaser los recoge de 15:00 a 17:00 horas los lunes y los jueves.
Puede parecer sencillo hacer esa llamada y esperar la llegada del servicio de recogida, pero cada vez son más las personas que no llaman y abandonan sus trastos en la calle sin reparar en que ese acto convierte la calle en un vertedero hasta que el personal de Urbaser se percata de su presencia y lo retira. «Si no nos llaman, muchas veces no somos conscientes de que hay enseres en la vía pública», inciden desde Urbaser, una empresa concesionaria que el año pasado recogió 17.230 enseres de la vía pública que fueron depositados sin una llamada previa.
Este año se está experimentando un aumento notable de este tipo de incidencias y en Urbaser cifran sus previsiones de recogida de enseres para este año en más 19.000, lo que supone un aumento de un 11% con respecto a las cifras de 2017. «Hay que hacer una llamada para que la gente se conciencie de que no puede dejar los trastos por ahí porque nuestros operarios tienen que andar localizándolos y saltando de unos sitios a otros para recoger enseres todos los días. Pueden llamarnos antes y, además, tenemos el punto limpio donde los vecinos los pueden llevar de forma gratuita», explica el gerente de Urbaser, Julio Gancedo.
Se da la circunstancia de que, mientras ha aumentado el número de enseres tirados a la calle sin aviso, está disminuyendo el de los objetos que se recogen con cita previa. Y es que, en 2017 fueron 2.361 los enseres que se retiraron después de avisos de vecinos, mientras que las previsiones para este año ofrecen unos datos ligeramente inferiores.
Los datos de recogida de enseres reflejan que los valores cívicos están de capa caída en la capital, mientras que las previsiones de aumento del número de kilos de basura orgánica y de envases de plástico tienen una lectura muy distinta para el gerente de Urbaser. «Hemos pasado de los 323 kilos de basura orgánica por persona y año a los 324 y pensamos que esto se debe a la mejora de la capacidad económica de los palentino», incide Julio Gancedo, que cree que el aumento de más de un kilo en la recogida por habitante y año de envases responde también a la misma razón y a la preocupación por el reciclaje.
Los empleados de limpieza celebran hoy San Martín de Porres, su patrono. Por ello, Urbaser solo efectuará servicios imprescindibles, como la recogida de carga lateral nocturna, el mantenimiento de los Mercados de Abastos y los centros hospitalarios, que se desarrollarán de la forma habitual. Sin embargo, no prestará ningún otro servicio en la ciudad. Por ello, Urbaser pide a los palentinos, sobre todo al sector del comercio, que no saque hoy basura a las calles para mantener de esta forma el estado de limpieza de la ciudad, debido a que no se prestarán servicios de barrido de calles, limpieza de parques y jardines o recogida de enseres.
Abandonar muebles, enseres o cualquier otro elemento similar en los espacios públicos está tipificado en el Reglamento de Limpieza Urbana y Eliminación de Residuos del Ayuntamiento como una infracción grave que lleva a aparejada una multa de entre 601 y 1.500 euros. La prohibición está reflejada en el artículo 34 del reglamento, pero parece que varios vecinos lo desconocen o se lo saltan, arriesgándose de esta forma a recibir una sanción.
Paradójicamente, el Punto Limpio de la capital, ubicado en la calle Sevilla, es el lugar de la ciudad en el que se incumple con más frecuencia la normativa.Y es que son muchos los vecinos que tiran en la puerta muebles, electrodomésticos y demás enseres.Las restricciones del número de objetos por persona y día y la imposibilidad de recoger material de la provincia hace que muchas de las personas a las que se les impide depositar los enseres dentro opten por dejarlos en la puerta, convirtiendo la entrada en un vertedero.
El máximo de enseres por persona y día es de un colchón, un sofá, dos bolsas de escombro y 50 kilos de madera, restricciones que llevan a muchos vecinos a saltarse la normativa.
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