Los niños de Palencia adelantan la Nochevieja

El bullicio de la Plaza Mayor impedía que se oyeran las campanadas del reloj del Ayuntamiento o incluso de cualquiera de las iglesias cercanas. Por ello, hubo que improvisar. El director de la Escuela de Rock anunció que él cantaría las campanadas, mientras que uno de los alumnos las iba marcando con la baqueta en uno de los platos de la batería.

Y así, una a una, los niños palentinos, que por cientos se habían dado cita en la Plaza Mayor, fueron tomándose unas 'uvas' adelantadas, que más que uvas fueron 'chuches', gominolas, Lacasitos, gusanitos, patatas -de todo podía encontrarse-, puesto que cada pequeño se había traído su producto favorito.

Pero la fiesta había empezado mucho antes, con unas previsiones totalmente desbordadas. Era la primera vez que se organizaba una fiesta infantil de Nochevieja y las expectativas del Ayuntamiento no eran excesivamente elevadas, por lo que la masiva asistencia de familas deseosas de disfrutar de una alegre mañana navideña sorprendió gratamente a los responsables municipales.

«Es un exitazo. Yo no esperaba tanta asistencia, pero lo que está claro es que las familias están esperando que se organice algo para poder disfrutar junto a los niños. El año que viene, haremos un verdadero fiestón, con una gran equipo de sonido, con grupos, y con unas verdaderas campanadas. Esto era una prueba piloto y la hemos superado, por lo que habrá que repetir, y por todo lo alto», explicaba el concejal de Cultura y Fiestas, Francisco Fernández, quien señalaba que se estudiará también la posibilidad de modificar horarios de la San Silvestre infantil para que no coincidan, como ha ocurrido este año.

En los primeros momentos, los concejales repartieron entre los niños asistentes las doscientas bolsas de cotillón que están previstas, pero la demanda no se acababa, con lo que finalmente se repartieron en torno a cuatrocientas, y aún así hubo quienes se quedaron sin ella. Al tiempo, los asistentes iban entregando juguetes usados para destinarlos a un fin solidario. La fiesta continuó depues de las campanadas con una cápsula del tiempo para recoger los deseos de los niños y con una sesión de música y baile.

A esa misma hora, comenzaba también a extenderse la fiesta a las zonas de bares de la ciudad, que iban poblándose de jóvenes animados al disfrutar del último 'vermú del año'.

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