Castellanos, saludado y felicitado por numerosos palentinos, cuando se dirige en la Cámara de Comercio a presentar sus memorias. MANUEL BRÁGIMO
Obispo de Palencia

Nicolás Castellanos: «La mujer tiene que poder participar en todas las decisiones de la Iglesia»

Considera que la institución eclesial las margina y aboga por ordenar sacerdotes a personas «de virtud, más allá de su sexo»

Carmen aguado

Viernes, 5 de noviembre 2021, 06:57

Ha dejado una huella profunda en los palentinos y se ha convertido en un ejemplo de vida sencilla y comprometida en el trabajo por la justicia y la paz. Es Nicolás Castellanos, obispo emérito de Palencia, que dejó su cargo en 1991 para servir como ... misionero en Bolivia. Desde hace más de 28 años reside en uno de los barrios pobres de Santa Cruz de la Sierra, en el país andino, donde creó la Fundación Hombres Nuevos, desde donde fomenta que «si toda la humanidad tomara conciencia, este mundo sería habitable para todos». Ha sido galardonado con números premios y distinciones, entre las que destaca el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia en 1998. Este año, además, ha sido propuesto como Premio Nobel de la Paz. Una candidatura impulsada desde la Fundación Hombres Nuevos y apoyada por numerosos organismos.

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Nicolás Castellanos visita estos días Palencia (llevaba dos años sin pisar tierras palentinas debido a la pandemia), donde presentó ayer en la Cámara de Comercio su nuevo libro arropado por el arquitecto, dibujante y escritor José María Pérez 'Peridis' y por el exministro y político socialista José Bono, autor del prólogo de la obra. Con José Bono le une a Nicolás Castellanos una relación «de amistad y solidaridad» que se remonta a hace más de veinte años, cuando renunció a su cargo como obispo de Palencia y el manchego le escribió una carta mostrándole su respeto y admiración por el gesto realizado. Poco después, Bono visitó Bolivia y el proyecto Hombres Nuevos y pudo comprobar en primera persona la labor que la fundación hace en el país iberoamericano. Así lo recuerda el exministro, quien define a Nicolás Castellanos como «un hombre de ley, amable, trabajador y simpático que tuvo un cargo por el que muchos batallan para hacer carrera eclesiástica y que abandonó».

-Lo primero de todo, ¿qué tal se encuentra?

-Fenomenal. Afortunadamente, con 86 años que tengo, gozo de una excelente de salud.

-Su último libro, 'Memorias: vida, pensamiento e historia de un obispo del Concilio Vaticano II', ¿en qué momento llega y por qué decide escribirlo ahora?

-Nunca había pensado escribir mis memorias, pero mi editor me planteó esta posibilidad como algo interesante que realizar y, según me fui metiendo en ellas, percibí que merecía la pena no solo a nivel cívico y social sino también de iglesia. Y esta fue la razón de hacerlas. Creo que refleja muy bien el latido de mi vida.

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Admitida la candidatura de Castellanos al Nobel de la Paz

Nicolás Castellanos anunció ayer, en la Cámara de Comercio de Palencia durante la presentación de su libro 'Memorias, vida, pensamiento e historia de un obispo del Concilio Vaticano II', que recoge los pasajes más #significativos de su vida, que el comité internacional de los Premios Nobel había admitido, de forma oficial, su candidatura al Nobel de la Paz.

-¿Qué proceso de creación ha tenido el libro?

-Ha sido todo realizado por mí, tanto el índice como su contenido. He querido reflejar el importante manantial que es el Concilio Vaticano II, no lo suficientemente aplicado en ocasiones. Cuento lo que ha sido mi vida desde mi infancia, pero quería mostrar el perfil de un obispo inspirado en este evento.

-¿Es su libro más personal?

-Totalmente. Habré publicado anteriormente unos veinte libros, pero en este recojo todo lo que he ido plasmando en otras publicaciones con anterioridad y este es el resumen y la síntesis de lo que ha sido mi vida.

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La Iglesia

«Necesita una reforma profunda, tiene que hacerse desde los dichos #y hechos de Jesús»

-¿En qué momento cree que se encuentra la Iglesia?

-Hay que distinguir dos niveles. El primero, el del Papa de Roma, del Papa Francisco, se encuentra a la altura del Concilio Vaticano II y de una Iglesia inspirada en el Evangelio y en la tradición noble de esta. Pero luego está el segundo, el que formamos el pueblo de Dios, y este sí que creo que necesita una innovación, una renovación y una reforma profunda. La Iglesia tiene que hacerse desde los dichos y hechos de Jesús. Aquí creo que tenemos mucho camino que recorrer. De hecho, el Papa acaba de convocar un Concilio para el año 2023 y en esta línea va mi libro.

-¿Cree entonces que la Iglesia se tiene que adaptar a los tiempos que vivimos?

-Efectivamente. El Concilio dice claramente que la Iglesia se tiene que renovar desde el Evangelio y teniendo en cuenta la tradición de la Iglesia, y tiene que hacerse según las circunstancias cambiantes de los tiempos que vivimos. Esto es muy importante. No es lo mismo explicar la Iglesia a un pueblo rural y campesino que a una sociedad tecnificada y que tiene otros parámetros. La Iglesia tiene que adaptarse y aplicar el Evangelio al hombre y la mujer de hoy.

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-¿Puede hablar de alguna renovación concreta que se pudiera llevar a cabo?

-Sí, por supuesto. En la Iglesia todas las decisiones las toman hombres y, además, mayores. La Iglesia tiene que cambiar. La mujer tiene que participar en todas las decisiones de esta. Es una renovación muy necesaria. Otro de los problemas concretos es que la Iglesia está incómoda en el mundo de los jóvenes y ellos se sienten incómodos en esta. Habría que ver cómo pueden encontrar en la Iglesia un hogar y una familia y un lugar donde se sientan felices.

La covid

«El Papa Francisco ha logrado que la Iglesia esté implicada totalmente en la pandemia»

-Que se adapte a la realidad que vivimos, ¿no?

-Ahora mismo, la mujer está marginada en el mundo musulmán, pero también en la Iglesia. Si las mujeres se borran de la Iglesia, nos quedamos sin ella.

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Los jóvenes

«Están incómodos con la Iglesia y esta tiene que ser un lugar donde se sientan felices»

-¿Podemos llegar a ver mujeres sacerdotes?

-Claro, cómo no. Desde el punto de vista de la Biblia no hay inconveniente en que las mujeres sean sacerdotes. Esto es algo que bulle en la Iglesia. Hay que ordenar a personas de virtud más allá de su sexo. Esta posibilidad está ahí y yo creo que llegará.

-Hablando de la realidad que vivimos, ¿cree que la Iglesia como institución ha estado a la altura de las circunstancias que ha traído la pandemia?

-Rotundamente sí. Lo explico así en este libro. El Papa desde el primer día nombró una comisión de seguimiento de ayuda y colaboración. Hay unas cinco comisiones que están acompañando el proceso. Yo defiendo y digo que con el Papa Francisco se ha logrado que la Iglesia esté totalmente implicada en todo el tema de la pandemia.

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-Esta pandemia ha marcado aún más las desigualdades entre países. ¿Cómo ha vivido este tiempo en Bolivia?

-Nosotros nos encontramos en el Plan Tres Mil, uno de los barrios más pobres de Santa Cruz de la Sierra y una población de 500.000 habitantes, donde hemos establecido trece puntos de ayudas y en cada punto 300 familias han recibido alimentos. Ahora mismo en Bolivia se está pasando mucha hambre porque hay hogares que no tienen ni un trozo de pan. Es manifiesta la desigualdad en la que se encuentra el mundo. Es necesario que los países del hemisferio norte sean solidarios con los del sur.

-¿Sigue residiendo actualmente en Bolivia?

-Sí, así es. Llevaba dos años sin poder venir a España debido a las circunstancias sociosanitarias en las que nos encontramos, pero normalmente vengo muy a menudo debido a las relaciones que desde la fundación mantenemos con diferentes organismos que conforman unas importantes fuentes de financiación.

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-A pesar de la gran distancia geográfica que mantiene con Palencia, ¿guarda relación estrecha con la ciudad?

-Toda la posible. Es una ciudad a la que estoy muy agradecido y que se porta conmigo de maravilla. En el mes que llevo aquí he podido participar muy activamente en la ciudad y en la provincia. Mi relación con la Diócesis y su obispo es total y plena. Lo mismo ocurre con el Ayuntamiento y con la Diputación, además de con cantidad de instituciones. Para mí Palencia es mi segundo hogar y me agrada ir por la calle y que me saluden. La quiero muchísimo y me siento embajador de Palencia por todos los lugares que voy del mundo.

-Este año se está celebrando el VII Centenario de la Catedral, historia de la que usted forma parte de forma destacada...

-Así es. Me invitó el obispo, Manuel Herrero, a la misa de inauguración, y me parece una efeméride fantástica. Es una maravilla de Catedral que todos los palentinos tenemos muy bien cuidada y todo el mundo que viene queda admirado. Estoy muy orgulloso de ser palentino como hijo adoptivo de la ciudad que soy. Mi vinculación es entrañable y quiero mucho a los palentinos.

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