Bárbara rodríguez valbuena
Palencia
Lunes, 26 de noviembre 2018, 14:24
Desde que Nicolás Castellanos constituyera la Fundación Hombres Nuevos en 1992 en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia) y años más tarde y tras reunir los apoyos necesarios, en 1999 en España; el obispo emérito de Palencia ha ejercido de presidente de la misma, pero ahora ha creído que es tiempo de «darme a un lado» y ceder el testigo a Marta Sánchez Mediavilla.
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«Entrego el testigo con toda la alegría y satisfacción. He terminado mi tiempo y es momento de darme a un lado para dar paso a gente joven y gente nueva», ha señalado el obispo emérito refiriéndose a su sucesora, Marta Sánchez Mediavilla, que ha reconocido conocer de primera mano «tanto la obra de Nicolás, como el proyecto, desde siempre». Y es que Sánchez ha crecido conociendo de cerca el proyecto, ya que su madre, Carmela Mediavilla, es la mecenas de Hombres Nuevos, y su padre, ha sido el vicepresidente desde que se inició el proyecto. Sánchez, sabedora de la labor que supone sustituir en el cargo a Castellanos, ha admitido que «solo voy a continuar con su trabajo, porque Nicolás es insustituible».
A rasgos generales y tan sólo una semana después de haber aterrizado en la presidencia, Marta Sánchez Mediavilla tiene claro que quiere guiar su labor a conseguir «afianzar la obra increíble que ha creado y cimentado Nicolás Castellanos». Una obra que hace referencia a los más de cien colegios que se han construido, y a lo que hay que sumar comedores sociales, internados, etc., y en la que «desde Hombres Nuevos se quiere seguir avanzando».
En la lista de objetivos y desafíos para los próximos años están la creación de un instituto tecnológico en el Altiplano para que la gente joven se pueda quedar a estudiar; que el proyecto llegue a autofinanciarse a crecer en una autofinanciación que consiga ayudar a los pobres; la remodelación urgente del Hospital que supone «la inversión más costosa de lo que tenemos entre manos», señala; además de llevar el proyecto de un experto en captación de recursos locales para realizarlo 'in situ' con las gentes de allí, de tal manera que sirva para generar recursos a los habitantes.
Pero Nicolás Castellanos ha adelantado que aunque «cuando digo que me aparto, me gusta apartarme totalmente para que quien venga tenga toda la libertad y las posibilidades; seguiré luchando en Bolivia y seguiré siendo un apoyo incondicional para el trabajo que se realice y en mi tarea de búsqueda de medios para seguir adelante», ha anunciado. Además, Castellanos ha señalado que «seguirá allanando el camino con las instituciones de aquí de España, porque allí hay muy pocas empresas para ayudar».
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Y es que una de las principales y más repetidas denuncias que ha hecho el obispo «en numerosas ocasiones ante los medios de comunicación ha sido la falta de apoyo de instituciones locales bolivianas, tanto políticas como civiles, en el objetivo de ayudar», ha destacado.
Fue en 1991 cuando Nicolás Cstellanos presentó su renuncia a ser obispo y le fue concedida por el papa Juan Pablo II. En 1992, Castellanos, se establece en uno de los barrios más empobrecidos de la periferia de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), al tiempo que constituye la Fraternidad Hombres Nuevos, acto que repetirá en España, en 1999, cuando se consiguen los apoyos necesarios. Tras más de 26 años ejerciendo de presidente, el obispo emérito de Palencia abandona la presidencia y cede el testigo de una fundación a la que seguirá apoyando de manera «incondicional».
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